El Salón del Chocolate 2024, realizado en junio pasado en Cumbayá, fue el marco para presentar los avances logrados por la organización internacional Ayuda en Acción que impulsa la producción orgánica y sostenible de cacao en zonas rurales donde la migración, la pobreza y la violencia han reducido notablemente el desarrollo y la calidad de vida de las comunidades.

A través de la Escuela Nacional del Cacao se ha impulsado a más de 600 familias a nivel nacional en la producción sostenible de cacao. Más de 500 familias de Esmeraldas lograron incrementar y mejorar su producción de cacao fino de aroma y sus distintos derivados, a las que se suman otras 100 en Cotopaxi, en el cantón La Maná.

De esta forma, los productores cacaoteros cuentan con certificación orgánica en sus productos, riego tecnificado, una biofábrica, centro de acopio para secado y fermentación del cacao, un plan de comercialización con estrategias de marketing digital para e-commerce, y gobernanza con equidad de género.

Empaques biodegradables

El objetivo de impulsar cadenas productivas sostenibles se complementa además con la producción de un bioplástico creado a partir de la cáscara de cacao, elemento que antes se desechaba y ahora permite que más de 500 familias esmeraldeñas, productoras de derivados de cacao, comercialicen sus productos con empaques biodegradables, bajo un modelo de economía circular.

Comercializar productos derivados del cacao con certificación orgánica, empacados en un material 100% biodegradable, y hechos principalmente por mujeres, le permite a estas familias ampliar su mercado comercial, incrementar sus ingresos, y posicionar su chocolate como uno de los mejores del país y del mundo.

Susana Guzmán, científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) que se encargó de la capacitación en este tipo de producción, señala: “Actualmente, la cascarilla de cacao es considerada un subproducto de la industria agroalimentaria con usos de escaso valor añadido, se considera un excedente que se convierte en un residuo para la comunidad, ahora lo hemos transformado en algo útil”.