En dos semanas, la planta ensambladora de GM OBB de General Motors (Chevrolet) dejará de operar tras más de cuarenta años. El próximo 4 de septiembre es la fecha en que se cerrarán las puertas y no se producirán más vehículos en Ecuador. EL UNIVERSO tuvo acceso a las instalaciones, ubicadas en el norte de Quito, para ver de cerca el proceso de ensamblaje del único modelo que actualmente se produce en el país: la camioneta D-Max, el vehículo más vendido en el mercado nacional.

Aunque en el ambiente hay sentimientos de nostalgia y tristeza por el cierre, el ánimo de los trabajadores y su ritmo de trabajo no decae. Quieren dar todo su esfuerzo hasta que llegue la hora cero y los equipos se apaguen definitivamente.

Mientras transcurre el tiempo, en la parte de ensamblaje de motores los operarios unen meticulosamente las piezas, acompañados por el ritmo de la música tropical que suena desde un parlante inalámbrico.

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Los motores son traídos desde Tailandia; son parte del 78 % de componentes importados desde varios países para ensamblar la camioneta D-Max. El 22 % restante es de componentes de fabricación ecuatoriana, como las ventanas, baterías, radios, alfombras, asientos, balde, entre otros, explica Juan Fernando Reinoso, líder de Comunicación General Motors Ecuador.

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Las piezas de componentes nacionales son colocadas manualmente en cada vehículo. Los trabajadores conocen de memoria cada paso y material que se necesita.

Hay dos líneas de ensamblaje que se alistan por separado y avanzan en carriles paralelos. Una es la parte del interior de la camioneta, donde va el conductor y los pasajeros, se colocan también detalles externos de la carrocería. La otra corresponde al chasis.

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Finalizadas las dos líneas de ensamble, estas se unen en lo que se denomina “matrimonio” y la camioneta queda prácticamente lista para salir a la venta. Quedan por revisar temas de balance, resistencia al ruido y verificar si no hay filtraciones de agua.

QUITO (21-08-2024).- Dos operarios ensamblan las piezas que van junto al motor de la camioneta. Foto: Carlos Granja Medranda

En su mejor momento, allá por el año 2015, General Motors Ecuador llegó a tener alrededor de 2.000 trabajadores y se producían 248 unidades al día. Pero las condiciones del mercado cambiaron, debilitando a la industria nacional, por factores internos y externos, como crisis globales, medidas gubernamentales y el ingreso de nuevas marcas de otros países, entre otros.

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Ahora la nómina cuenta con cerca de 400 personas, de las cuales 280 están en la parte de manufactura. La producción apenas llega a 46 unidades por día. La contracción del mercado redujo las actividades, lo que provocó que la planta esté subutilizada los últimos años. Únicamente se emplea el 13 % de toda la capacidad; por eso, al recorrer las instalaciones se observa gran parte de maquinaria apagada y oficinas administrativas desocupadas.

Estas fueron las razones principales que llevaron a la empresa a tomar “una decisión de negocio” y cerrar el ensamblaje, lo que no significa que la marca Chevrolet —con todos sus modelos— dejará de comercializarse en Ecuador.

“El cierre de la planta de producción no significa que la marca se va del país. Chevrolet continúa fuerte, sigue siendo una marca líder y va a seguir con su proceso de comercialización, de servicios posventa, para atender a los clientes”, aclara Reinoso.

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Desde enero y hasta la primera semana de septiembre, el plan de producción de la camioneta D-Max es de 8.200 unidades, que servirán para abastecer la demanda del mercado nacional en lo que resta del 2024 y, posiblemente, hasta inicios de 2025.

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Una vez que se acabe ese lote, las nuevas camionetas D-Max que ingresarán al país serán importadas, explica Reinoso, e indica que se ultiman detalles para definir el país de origen.

A criterio de Reinoso, “una de las falencias que tiene el país, de manera estructural, es no contar con una política industrial sólida que promueva la producción nacional, que proteja los empleos”.

QUITO (21-08-2024).- Zona de suelda. Aquí llegan parte de los componentes CKD ('completly knock down') que son ensamblados para dar forma a la camioneta D-Max. Foto: Carlos Granja Medranda

Hace cuatro meses, en abril de este año, los directivos anunciaron a los trabajadores la decisión que se había tomado. Pero también les informaron que les brindarían capacitaciones y acompañamiento para reinsertarse en el mercado laboral, surgir como emprendedores u optar por la jubilación (quienes estén próximos a cumplir su tiempo de aportaciones al seguro social).

Pablo Lagla Taipe cuenta que aún analiza con su familia la posibilidad de incursionar en el mundo de los negocios y convertirse en un emprendedor, pero no descarta reinsertarse en otra fábrica aprovechando su conocimiento y experiencia.

Él es uno de los trabajadores más antiguos de la planta: tiene 23 años en General Motors. Este ha sido su único empleo y dice sentir orgullo de pertenecer a la empresa. Ingresó en septiembre del 2000, cuando tenía 18 años. Fue operario de producción; ensamblaba los modelos Rodeo, Vitara y Gran Vitara. Hoy es ingeniero de calidad del área de ensamble.

“Fue muy duro al comienzo enterarnos de que una empresa con tanto prestigio y con más de cuarenta años en el país tome esta decisión. La empresa siempre ha estado respaldándonos y esta vez no ha sido la excepción”, dice Lagla.

Jéssica Íñiguez, operaria de producción del área de ensamble, lleva dos años en la empresa. Para ella ha sido una gran oportunidad y un reto haber podido ingresar a una industria que tradicionalmente tiene mayor participación de operarios hombres.

“Siempre ha habido ese incentivo para que las mujeres estemos involucradas dentro de los procesos. Siempre ha habido facilidad y apertura”, resalta, y cuenta que la consigna de todos los trabajadores es “que la última unidad (camioneta) tiene que salir con la misma calidad como se hizo la primera”.

Ella se prepara para reubicarse en otro espacio laboral. Explica que ha recibido capacitación y orientación.

QUITO (21-08-2024).- Línea de ensamble manual de piezas que van dentro de la cabina de conducción, así como en los exteriores de la carrocería. Foto: Carlos Granja Medranda

La planta de GM OBB inició su funcionamiento en 1975. Desde entonces, y hasta el 4 de septiembre, la producción total de vehículos llegará a 887.297 unidades, que abarca a los 22 modelos que se han ensamblado a lo largo de la historia.

Cuando se concrete el cierre y concluya la producción, la planta entrará en un proceso de apagado progresivo e hibernación, así como el desmontaje de las áreas.

Reinoso explica que hay equipos que serán trasladados a las plantas de General Motors en Brasil porque están en condiciones operativas. Otras máquinas y equipos serán vendidos en Ecuador, para lo cual se trabaja con la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae).

Aquellos materiales que ya están en condiciones obsoletas serán chatarrizados. En cuanto al predio donde se encuentra la planta, este también será vendido. (I)