Cada vez son más los consumidores que realizan sus compras con dinero plástico, es decir, las tarjetas de crédito. Antes de realizar un pago, los clientes deben decidir entre pago corriente o diferido. ¿Cuál resulta más conveniente?
En el pago corriente, el comprador hace el compromiso de liquidar el valor total de la compra en un solo pago al final del periodo señalado. Sin embargo, cuando llega el estado de cuenta tendrá dos opciones:
- Pagar el saldo total y no pagar intereses.
- Pagar la cuota mínima, que es de un 10% del valor adecuado. Esto traerá consigo el pago de intereses sobre la compra.
Es importante tener en cuenta que en el segundo caso tiene la posibilidad de pagar solo la cuota mínima lo que implicará que la deuda crezca debido a los intereses sobre la compra. Comprar en corriente, pero pagar solo el mínimo es el equivalente a pagar en diferido, solo que es un diferido a 10 meses con intereses.
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Por otro lado, en el pago diferido se divide el valor de la compra al plazo que se acuerde entre el establecimiento y el cliente. Hay locales comerciales que ofrecen diferir una deuda sin intereses, lo que resultará conveniente para su bolsillo, pero hay otras que no tienen ese beneficio y debe tener en cuenta el adicional por intereses.
Mientras más largo sea el plazo del pago, los intereses serán más altos. De acuerdo al coach financiero Andrés Mortola, lo recomendable es cancelar el total lo antes posible y además, debe estar consciente de su capacidad de pago.
Un estudio desarrollado por el portal Multitrabajos.com, que concluyó como premisa principal que nueve de cada diez personas trabajadoras en el país mantienen deudas y no logran ahorrar. Por este motivo, muchos de los consumidores optan por los pagos en diferedo a fin de cancelar un monto inferior cuando llega la fecha de corte de la tarjeta de crédito.
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Mortola aconseja que las compras pagadas en diferido deben estar destinadas únicamente a aquellos bienes que tendrán una larga duración de vida. Por ejemplo: una computadora, celular, refrigeradora, elementos para el hogar, entre otros. Mientras que la opción de corriente debería usarse para gastos que se consumen en un corto plazo como la alimentación.
“No puedes pagar en diferido algo que vas a consumir de forma inmediata”, señala el coach financiero. Los consumos en alimentos que terminan siendo diferidos pueden generar un problema a futuro, cuando el deudor continúa pagando algo que ya consumió. Para evitar este conflicto se aconseja manejar un presupuesto mensual.
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El asesor financiero resalta que a larga uno termina pagando un valor superior en el caso de los pagos diferidos debido a los impuestos adicionales. Al realizar pagos pequeños se acumula más deuda y se termina pagando un valor mucho más grande que la compra.
El presupuesto
Un presupuesto permite planificar a dónde van a ir los ingresos. Al crearlo, se debe tomar en cuenta metas financieras y los valores a pagar.
Hay ciertos gastos que deben tener prioridad en el presupuesto, como los gastos de alimentación, educación, vivienda y salud.
Luego de sumar todos los ingresos fijos que se tienen en el mes, el experto recomienda la siguiente fórmula: destinar el 50 % a gastos básicos, el 40 % a gastos no básicos y pago de deudas y el 10 % al ahorro. (I)
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