A los jubilados les preocupan las reformas que se quieren hacer al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), sobre todo cuando se habla de que aportaron doce meses al año cuando eran afiliados y ahora en su retiro reciben catorce pensiones que incluyen los décimos tercero y cuarto. Sin embargo, desde el Consejo Directivo se asegura que no se piensa suspenderlos, sino financiarlos.
El representante del Frente Único Nacional de Defensa del IESS, José Ortiz, cuenta que en 1973 -en el Decreto Ejecutivo 954 del expresidente Guillermo Rodríguez Lara- se determinó que desde ese año los trabajadores en relación laboral de dependencia cotizaron el 1 % mensual al IESS para el financiamiento de esas decimotercera y decimocuarta pensiones en la cuenta de esta institución, para efectos de contabilización y capitalización.
Por eso aseguran que tienen el derecho irrenunciable a los décimos, porque cotizaron en su vida laboral para hoy ser sujetos de esta prestación.
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Ellos defienden su pensión porque de ella viven y sobreviven. El promedio de pensión jubilar -según Ortiz- es de $ 600 a $ 700. Pero hay jubilados que reciben entre $ 240 a $ 300 por 10 años de aportación con el Salario Básico Unificado (SBU).
Cuánto te pagará por jubilación el IESS si ganas el sueldo básico
En el promedio está Bernardo Jaramillo, quien se desempeñó como abogado y se jubiló a los 60 años con 40 de aportes. Hoy tiene 84 años y recibe mensualmente $ 750 de pensión que la emplea para subsistencia y la compra de medicina cuando no hay en el IESS.
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Él advierte que hay intenciones de privatizar la seguridad social y un negociado con clínicas privadas, además que el Banco del Instituto Ecuatoriano del Seguro Social (Biess) tiene 74 fideicomisos de propiedades, que están vacías como elefantes blancos, mientras hace falta establecimientos para brindar salud dentro del Seguro Social, son “inversiones mal desarrolladas por parte del Biess”.
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El propio Ortiz cuenta que tiene 73 años y en su vida laboral fue auxiliar e inspector fiscal. Se jubiló a los 65 años con 40 años de aportes y percibe una pensión de $ 1.008 que destina principalmente para investigar sobre el Seguro Social y la historia del IESS: “Mi pensión me brinda estabilidad emocional, jubilarse es un derecho al trabajador”.
Y para destacar la importancia de la cobertura del IESS narra que un allegado suyo falleció y dejó huérfanos a dos personas y una viuda, quienes salieron adelante por la cesantía que se les entregó. El fondo que recibieron por el afiliado fallecido fue al estudio de estos dos hijos, quienes ahora ya son ingenieros y se desempeñan laboralmente.
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Sin embargo, reconoce que en la actualidad debido a los malos gobiernos de turno el Seguro Social ha ido en declive y los fondos de pensiones y la prestación de salud se ha deteriorado y ya no es la misma, además, se suma la mora patronal privada y pública. Es un “Desangre económico al IESS”, aseveró.
Cifras muestran que “la situación del IESS va a continuar siendo crítica”
Carlos Guerrero fue docente y tiene 83 años. A él le tomó seis meses de espera para jubilarse. Su esposa tuvo que ayudarlo con sus finanzas, identifica esa etapa de su vida como un “viacrusis”. Sus gastos se dirigen principalmente para la alimentación y ayudar a sus hijos que aún no tienen empleo, él recibe $ 1.100, menos unos $ 300 que lamenta no los estar recibiendo porque la universidad en la que trabajo se encuentra en mora patronal.
Teme que los jóvenes no se puedan jubilar y que no reconozcan al IESS como una alternativa que garantice realmente la seguridad social. Los jubilados de hoy tienen sus pensiones, pero de aquí en unos 50 años asegura que el futuro de esta institución es incierto.
Jaramillo considera que los jóvenes ahora no tienen preocupaciones de afiliarse porque sus cuerpos gozan de buena salud, pero que la realidad al llegar a la tercera edad es otra en la que “el cuerpo no entiende” de que no hay medicina en el IESS, cuando toda su vida aportaron para gozar de ese derecho en su vejez.
Los jóvenes ya no sienten una apropiación hacia el IESS, los jubilados cuentan con nostalgia que antes la Seguridad Social era un bien que se inculcaba de generación en generación, era el reconocimiento a los años de trabajo y el aseguramiento de tranquilidad para tu vejez.
Aunque la realidad es que no muchos jubilados pueden gozar de este derecho atribuido de la Seguridad Social, así lo reconoce José Vilatuña, quien se desempeñó como obrero en una fábrica y con 350 aportaciones y 23 años de trabajo se jubiló a sus 72 años. En su caso el destina su pensión jubilar a subsistencia: comida, arriendo y medicina.
La solución que avizoran para salvar al Seguro Social se remite a la solicitud de una reforma a la Ley de la Seguridad Social, establecida dentro de la Constitución de 2008, una reforma que no sea regresiva y tome en cuenta los argumentos y propuestas de las agremiaciones que giran entorno al Seguro Social.
En marco del día de la jubilación en Ecuador, este jueves 18 de julio, se congregarán en las afueras del Consejo Directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) para exigir el respeto a sus derechos y la renuncia del presidente del Consejo Directivo, Eduardo Peña, por las propuestas que ha mencionado. (I)
