El proceso milenario de extraer la savia del penco o tzawar misky, que es parte de los saberes y conocimientos andinos que se han pasado de padres a hijos, incluso antes de la llegada de los incas, y el hecho de que las plantas endémicas conocidas como pencos o agaves crezcan en la mitad del mundo, con más horas de luz para su crecimiento, son parte de las características que hacen que el destilado de su savia sea único. Por ello también en estos días, esta bebida espirituosa, procesada por al menos 60 productores a lo largo de la cordillera andina (desde Carchi hasta Loja), está en el camino de formar parte del aún reducido grupo de productos que tienen la denominación de origen.