Los ingresos petroleros y tributarios, que se han visto seriamente disminuidos en los primeros siete meses del año, son una suerte de ‘salario del fisco’. Dependiendo de su comportamiento, el Estado va cumpliendo con pagos o acumula atrasos (unos $ 1.700 millones). Ese salario se va depositando todos los meses en la Cuenta del Tesoro, que recientemente registró una cantidad mínima de $ 270 millones.