La declaratoria de emergencia en el sector eléctrico es una “herramienta útil”, pero “no corrige los problemas de fondo” que existen en Ecuador en el campo de la generación de energía. Si bien se abre el camino para que puedan “fluir los recursos”, en Ecuador se requiere inversión, según expertos.

El presidente Daniel Noboa el martes 16 de abril declaró en emergencia el sector eléctrico como medida para hacer frente a los cortes de energía que nuevamente se registran en el país. El Ministerio de Energía y Minas anunció la noche previa “racionamientos temporales para gestionar la demanda a nivel nacional” porque de “no hacerlo implicaría comprometer el suministro de energía para todos”.

¿Qué implica declarar en emergencia al sector eléctrico?

Para el analista energético Fernando Salinas, la declaratoria de emergencia es para que puedan “fluir los recursos” de parte de la caja fiscal para atender las necesidades urgentes y emergentes del sector eléctrico.

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Explica que estos son recursos que se pueden canalizar a través de préstamos internacionales o recursos que existan en la caja fiscal para la compra de nueva infraestructura eléctrica, que incluye generación, es decir, centrales de generación especialmente de energía térmica, centrales de generación de otra naturaleza, como hidroeléctrica.

Además, permitirá reforzar el sistema nacional de transmisión con el incremento de capacidad de las subestaciones de Celec Transelectric y también algunos tramos de subestaciones y líneas de subtransmisión de las distribuidoras que actualmente están atravesando problemas de capacidades, especialmente en el área de servicio de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), es decir, en la zona litoral.

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Por su parte, el editor de la publicación Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo, indica que la declaratoria de emergencia es “una herramienta útil”; sin embargo, “no corrige los problemas de fondo, que está en una legislación estatista que cerró la puerta a la inversión privada, creó el monopolio estatal en la generación eléctrica y permite la participación del sector privado solo por excepción y en contadas ocasiones”.

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Acosta Burneo comenta que eso es un problema, porque desde 2019 el Estado -antes incluso- se quedó sin dinero, se acabó la bonanza petrolera y ya no tuvo para invertir, por lo que desde esa época no ha crecido de manera significativa la generación eléctrica, es decir, la oferta, mientras que la demanda energética sigue subiendo porque la economía también crece, por lo que los apagones solo era cuestión de tiempo.

Agrega que se debe tener claro que los cortes de luz no son causa del fenómeno El Niño ni mucho menos “es un sabotaje como dice ahora el presidente”, sino que es un tema técnico, de una legislación que limita la inversión privada, que es el equivalente a querer volar un avión con un solo motor prendido, el motor de la inversión pública, lo cual sirve mientras el Estado tiene una bonanza como fue en la época petrolera, pero cuando “se acaba la plata todo el modelo colapsa como lo estamos viendo ahora”.

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En ese sentido, indica que una solución de fondo es una nueva legislación que acabe con ese monopolio estatal, que abra la puerta a que cualquier empresa, pública, privada o mixta, pueda invertir en generación, en transmisión, en distribución eléctrica, de manera libre.

Además, que promueva un mercado eléctrico en donde existan precios que se fijen en función de la oferta y la demanda, “ese sería el único mecanismo para que sea atractivo invertir en generación eléctrica y eso atraería a muchos inversores a participar en la generación eléctrica en Ecuador”.

Los racionamientos fueron anunciados para el martes 16 y miércoles 17 de abril, aunque los cortes ya se habían registrado desde el fin de semana anterior. La CNEL señaló entonces que “por mantenimientos emergentes al momento se presentan algunas desconexiones eléctricas temporales en varios sectores”.

El mandatario durante la entrega de becas en Guayaquil este martes 16 de abril además de pedir la renuncia a la ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, y una investigación por sabotaje, declaró en emergencia el sector eléctrico. (I)

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