Desde este mes de mayo, las bebidas alcohólicas, cervezas y cigarrillos del país se comercializan bajo nuevas reglas de trazabilidad (marcación y registro de producción e importación). Esto, luego que las autoridades fiscales (los Servicios de Rentas Internas -SRI- y de Aduanas -Senae-) decidieran no renovar el contrato con la empresa suiza independiente Sicpa que venía realizando el monitoreo, desde el 2017, a cargo del presupuesto estatal.

Así, ahora las propias empresas privadas han empezado a ejecutar contrataciones para implementar sus propios modelos de trazabilidad. Esto en medio de advertencias de una generación de inseguridad sanitaria y fiscal, por parte de la empresa Sicpa; así como la salida definitiva de la misma empresa que ha declinado seguir en este campo del mercado ecuatoriano.

Sicpa se encargaba de la implementación de dos sistemas de control: el Sigvef (Sistema de Gestión y Verificación de Etiquetas Fiscales), a cargo del Senae para el control de licores y vinos importados; y el Simar (Sistema de Identificación, Marcación, Autentificación, Rastreo y Trazabilidad), a cargo del SRI para el control de la producción local de licores, cigarrillos y cervezas. A través de ellos se logró la marcación fiscal y trazabilidad de más de 5.000 millones de productos sujetos a impuestos especiales (licores, cigarrillos y cervezas).

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Ahora, de acuerdo con Sicpa, Ecuador pasa de esta manera de un modelo de trazabilidad integral gubernamental a un modelo declarativo, en el cual cada contribuyente escoge el proveedor para la marcación y trazabilidad de sus productos sin necesidad de calificación alguna, reduciendo drásticamente los niveles de seguridad requeridos para una marcación inviolable. La decisión de terminar el contrato se dio en abril del 2021 y se hizo efectiva un año después, en abril del 2022.

Paola Cobo, gerente general de Sicpa, comentó que “el hecho de que se comercialicen simultáneamente productos con diferentes etiquetas, o simplemente no marcados, como conocemos es el caso actualmente, podría generar impactos en el ámbito sanitario con dificultades para detectar productos adulterados o de dudosa procedencia. Así también, la reducción de los niveles de seguridad de las marcaciones los hace más vulnerables a intentos de copia o falsificación y esto podría legitimar productos informales”.

En todo caso, frente a esta nueva realidad, las tres principales asociaciones de licoreros más grandes del país se han organizado para buscar un procedimiento seguro para el control. De esta manera, la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores (AEIL), la Asociación de Industriales Licoreros del Ecuador (Adile) y la Asociación de Productores y Distribuidores de Licores (Aprodile) han iniciado el proceso de generar un timbre común.

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Felipe Cordovez, presidente de AEIL, explicó que el proceso de trazabilidad no desaparece, aunque haya salido la empresa Sicpa. Sostuvo que sigue existiendo el proceso, pero la diferencia es que pasa a ser manejado por los privados. Expresó además que la normativa se ha vuelto más complicada.

Cordovez confirmó que las reglas de este mercado cambian. Por un lado, se termina el “monopolio” de Sicpa, y que de esta manera otras empresas pueden concursar, y cada empresa puede contratar a su proveedor. Sin embargo, reconoció que la existencia de varios sistemas de control y de etiquetado puede volver más complicado el tema del control. Por ello, las asociaciones legales se han juntado para unificar los procesos y así minimizar los riesgos. Refirió que desde mayo ya empezaron a sacar sus propios timbres. Sin embargo, se trata de un proceso que durará todavía algunas semanas o meses en unificarse. Por un lado, hay licores en stock que todavía tienen el timbre Simar (licor local) y Sigvef (licor importado). En otros casos, hay ciertas empresas que tienen una complicación a la hora de colocar esos timbres en su línea de producción. Sin embargo, aclaró que el hecho de que no tenga timbre no significa que no tengan trazabilidad. Dijo que el SRI al momento los vigila.

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Cordovez también comentó que como empresas a ellos les están incrementando costos productivos y operativos al haberles entregado esta responsabilidad, sin embargo, dijo que espera que sea en beneficio de combatir el contrabando. Para el dirigente gremial, este nuevo proceso de trazabilidad tendrá éxito si es que las autoridades de Gobierno hacen un control posterior efectivo.

Sicpa se queda en Ecuador en negocio de exportación de software

Sicpa, por su parte, recordó que gracias a su rol en la trazabilidad de estos productos en Ecuador se incrementó la recaudación de impuestos en más de $ 100 millones. Además, dio paso a una importante formalización de contribuyentes que incrementó la competencia leal en el mercado.

Simar y Sigvef establecieron un nuevo estándar de control fiscal en América Latina que fueron reconocidos por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial. En el caso de República Dominicana se los replicó con el proyecto Tráfico.

Sicpa indicó que continuará sus operaciones en el Ecuador, enfocándose en el desarrollo de nuevas oportunidades de negocio, exportando además servicios de desarrollo de software a diferentes mercados a través de su Centro de Excelencia, ubicado en Ecuador, uno de los pocos centros especializados que mantiene a nivel mundial. (I)

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