La noche del domingo 25 de septiembre la embarcación de cabotaje Angy, que prestaba el llamado servicio de interislas y que se movilizaba desde Isabel hasta Santa Cruz, se hundió. Según la Armada del Ecuador, a consecuencia del siniestro cuatro personas, dos ecuatorianos y dos extranjeros, fallecieron. 33 pasajeros fueron rescatados.

La embarcación, que había zarpado de Puerto Villamil hacia Puerto Ayora, cometió al menos cinco contravenciones registradas en la Ley Orgánica de Navegación, Gestión, Seguridad y Protección Marítima. Es que desde el registro de pasajeros hasta en el llamado de auxilio se realizaron varias omisiones.

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1. Navegar con equipos defectuosos

La lancha estaba previsto que zarpara a las 15:00. Sin embargo, salió a las 15:30 porque se esperó a pasajeros y se realizaron “arreglos al motor”, comentó una de las pasajeras sobrevivientes y que fue contactada por EL UNIVERSO.

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Según la normativa, una contravención administrativa de primera clase es navegar con equipos defectuosos, averiados, que afecten la operación o seguridad de la nave.

2. Exceso de pasajeros

Otra infracción es exceder la capacidad del número de pasajeros del barco. En la embarcación podían ir hasta 32 personas, pero en el registro de zarpe constan 35 y a estas se sumaron dos más que se habrían subido en la bahía.

Pablo Caicedo, director nacional de Espacios Acuáticos de la Armada, afirmó, en rueda de prensa realizada este 26 de septiembre, que de forma preliminar la lancha Angy no se habría hundido por exceso de pasajeros, sino porque se dañaron dos de los tres motores y se quedó sin combustible.

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Cuando no está navegando las olas se empiezan a cortar y empiezan a bañar a la embarcación y la cubierta principal se empieza a llenar de agua y puede provocar el hundimiento de una embarcación menor como esta (Angy). El exceso de pasajeros no provocó el hundimiento, sino quedarse al garete”, dijo.

Añadió que la embarcación tenía todos los documentos estatutarios en regla: la información general de la nave en el sistema Sigmap, la matrícula, permiso de tráfico, certificado de seguridad vigente, soporte de los equipos de comunicación, el zarpe y rol de tripulación, listado de pasajeros, trayecto y las hojas de cambio estructurales.

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3. Sin suficientes chalecos salvavidas

Tampoco disponía de los chalecos salvavidas suficientes. En los videos que se viralizaron en redes sociales se observa que la gran mayoría de pasajeros no llevaba este dispositivo de flotabilidad. Navegar sin la dotación mínima de seguridad es considerada una contravención de segunda clase.

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4. Incumplimiento de disposiciones del tráfico marítimo

Pasajeros indicaron que se pudieron comunicar vía celular con la Capitanía de Puerto Ayora para informar de la falla de los motores y se pidió al capitán de la nave que se comunique con la Capitanía en Isabela para que se autorice el regreso, pero, al parecer, hizo caso omiso al llamado.

Incumplir las disposiciones emitidas por el servicio de tráfico marítimo, poniendo en riesgo la seguridad de la vida humana en el mar, seguridad de la navegación o el ambiente marino también se considera una contravención de segunda clase.

5. Maniobras inadecuadas

También es una infracción realizar maniobras inadecuadas poniendo en peligro la seguridad de la vida humana en el mar. El capitán de la lancha Angy realizó maniobras y procedimientos que complicaron la ayuda y rescate de pasajeros.

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Caicedo confirmó que existen falencias en los controles, ya que la revisión para el certificado de seguridad se realiza una vez al año debido a la cantidad de embarcaciones que hay en el archipiélago.

“Entre revisión y revisión, de una manera irresponsable, suelen las embarcaciones prestarse los salvavidas (para aprobar la inspección) y todo esto se determinará con las investigaciones. En el tema del número de pasajeros, en puerto, personal de la Armada registra la lista de pasajeros que a su vez se suben a embarcaciones conocidas como taxis que los llevan al interior de la bahía para que se embarquen en la lancha definitiva. En el registro constan 35 personas y la nave era de 32, allí hay una observación que deberá ser sancionada”, indicó.

Todas las contravenciones conllevan multas cuyos montos dependen de la gravedad de las mismas y también se establece la suspensión temporal o definitiva de la matrícula de la gente de mar. Todo esto sin perjuicio de las acciones legales que conllevan estos actos.

Según el medio digital Bitácora Ambiental, la lancha Angy ya tenía reportes de fallas similares. Además de denuncias por llevar pasajeros “de pie” y por recoger personas luego del zarpe. Es por esto que la Armada, junto a pescadores, mantiene la búsqueda de sobrevivientes o cuerpos de personas.

El capitán de la embarcación y un ayudante huyeron apenas desembarcaron en Puerto Ayora luego de ser rescatados. Personal militar y policial los busca. Varias personas residentes en Puerto Ayora fueron contactadas por EL UNIVERSO, y pidieron mantener en reserva sus nombres, confirman las versiones que señalan que el capitán estaba ebrio.

Además, aseguraron que las falencias de seguridad en las naves de cabotaje son frecuentes, ya que los controles han sido deficientes y que pese a que la ciudadanía ha denunciado estos actos “por años” las autoridades locales y nacionales no han trabajado en la problemática.

La Fiscalía General del Estado, a través de redes sociales, anunció que inició de oficio una investigación por el hundimiento. (I)