El elevado costo de la vida, salarios de miseria, precarización laboral, malos tratos por parte de los empleadores, entre otros motivos, provocaron las protestas masivas que se realizaron los primeros quince días de noviembre de 1922. Estas manifestaciones tomaron fuerza gracias a la victoria de los trabajadores del ferrocarril que con su huelga de diez días (del 17 al 26 de octubre) lograron que la The Guayaquil and Quito Railway Company aceptara su pliego de peticiones.