“Todos los días pasan con su botellita, bebiendo hasta altas horas de la noche”, es el clamor de José, ingeniero de profesión que ha vivido por más de 20 años sobre la avenida Veintimilla y Leonidas Plaza, en el norte de Quito.

Él, junto con un grupo considerable de ciudadanos, moradores de esta zona, se reunió en la avenida Veintimilla para reclamar y hacerse sentir, bajo su perspectiva, ante la problemática de libadores, sobre todo jóvenes, en el barrio.

“Desde los años 90 vivimos este calvario. Ha sido el clamor de la gente a las autoridades, estamos cansados de esto”, apuntó el vecino sobre la situación que ha ido empeorando.

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El ciudadano aseguró que todos los días, de lunes a viernes, estudiantes —presuntamente de universidades cercanas— beben licor en exceso y dejan las aceras totalmente sucias. Incluso, según José, realizan sus necesidades fisiológicas en las paredes.

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“¡No borrachos en la Mariscal!”, gritaban, mientras mujeres sostenían un cartel que rezaba: “Nuestras calles no son una cantina y tampoco lo son las tiendas de barrio. ¡Chao, libadores!”.

Ellos aducen que los patrullajes y el esfuerzo de las autoridades municipales no han dado resultado, ya que, cuando se acaba el control, los jóvenes acuden nuevamente al lugar y, por las noches, nadie les dice nada, según los vecinos.

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“Es increíble, todos los días uno no puede caminar por las aceras. Tengo una hija pequeña, mi madre es de la tercera edad y los chicos no respetan nada, hasta se orinan en las calles. Es invivible. Nuestro barrio se está acabando”, exclamó Teresa, otra vecina.

Las calles con basura dejada por estas personas y desorden entre los negocios, ese es el panorama que deben presenciar frecuentemente los vecinos que residen entre la avenida Veintimilla, Leonidas Plaza y José Tamayo.

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“He visto un montón de peleas, un montón de sangre regada en el piso, siempre botellas rotas, y es triste ver cómo el barrio, cada día, está peor”, sostuvo Andrés, estudiante universitario.

Como respuesta a esta problemática, la Administración Zonal La Mariscal, a través de su directora de Desarrollo Social y Económico, Nancy Guamba, anunció una serie de ferias culturales y de emprendimiento para recuperar el espacio público.

“Queremos replicar la experiencia positiva de la calle Andalucía, donde se trabajó junto con universidades, como la Politécnica, Salesiana y Católica”, explicó la delegada, en días pasados.

Además preparan una propuesta de reforma al Código Municipal que prohíba el expendio de alcohol en un radio de 500 metros a un kilómetro de instituciones educativas.

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Esta reforma busca frenar la venta descontrolada de licor en locales que operan con permisos para víveres, pero donde más del 70 % de sus productos son bebidas alcohólicas, según Guamba.

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La mañana del lunes 19 de mayo, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) y la Policía Nacional realizaron un operativo en la calle Leonidas Plaza, donde sancionaron a varios jóvenes con botellas de licor escondidas en mochilas. Se les impuso una multa de un sueldo básico unificado ($ 470). (I)