Las protestas en Ecuador están siendo marcadas por enfrentamientos y el uso de artefactos para atacar a la fuerza pública, así como implementos para la defensa.

Los reclamantes usan desde palos, piedras y machetes hasta artefactos explosivos de fabricación artesanal que han sido descubiertos por la Policía.

Justamente, el pasado 9 de octubre, el ministro del Interior, John Reimberg, informó, a través de su cuenta de X, que se allanó un domicilio en San Miguel del Común (Quito), donde las fuerzas de seguridad desmantelaron una instalación que se dedicaba a la fabricación y el almacenamiento de artefactos explosivos artesanales, incluyendo bombas molotov usadas en contra de policías y militares.

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El operativo de inteligencia descubrió en el inmueble diversos instrumentos y materiales diseñados para la confrontación.

Según el ministro Reimberg, se encontraron elementos para construir barricadas y trincheras que, presumiblemente, serían usados para obstaculizar la movilidad en la zona e intentar atentar contra las fuerzas del orden que custodian las manifestaciones.

En este contexto de enfrentamientos, varios medios han reportado un intercambio de agresiones en diversos puntos del país: gases lacrimógenos lanzados por la Policía y la respuesta de los manifestantes, incluso con las denominadas papas bomba.

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Este artefacto, de uso frecuente en protestas en Colombia, se ha convertido en una preocupación para las autoridades. Su nombre es engañoso, pues no son tubérculos, sino paquetes esféricos de aluminio, de dos a seis centímetros de diámetro, que contienen una carga explosiva.

Las papas bomba se arman con una mezcla base de químicos, explosivos, tierra, aserrín o incluso veneno, a la que se añaden elementos metálicos como tornillos o balines para aumentar su capacidad de daño, de acuerdo con reportes de varios medios.

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Este explosivo artesanal puede alcanzar un rango de detonación de hasta cinco metros.

Agentes policiales han advertido que, al ser de fabricación casera, la capacidad de destrucción y la letalidad de las papas bomba resultan impredecibles, incluso para quienes las manipulan, haciendo su uso extremadamente peligroso.

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La fabricación de estos artefactos es riesgosa y existen numerosos casos en Colombia, donde se utiliza como técnica de guerrilla urbana. Personas han perdido extremidades o la vida durante su manipulación.

Las autoridades recomiendan a la ciudadanía no acercarse ni tocar cualquier elemento extraño, como papas u otros objetos inusuales, que encuentre en la calle durante o después de las manifestaciones.

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En Quito, el domingo pasado, el ministro Reimberg indicó que se usaron juegos pirotécnicos, tipo voladores, para atacar a un helicóptero en el que se monitoreaba la marcha. Similar situación se dio el pasado 22 de septiembre en Otavalo, donde un helicóptero también sufrió un ataque parecido mientras intentaba aterrizar.

Reimberg también ha dicho que en una zona de Quito retiraron adoquines para atacar a la fuerza pública.

Ese día, un comando policial fue incendiado por parte de un grupo de personas. En ese contexto, manifestantes encapuchados usaron piedras y armas caseras para atacar vehículos de carga, tanqueros y buses de transporte de pasajeros.

Adicionalmente, en estas tres semanas, las manifestaciones, especialmente aquellas que derivaron en enfrentamientos con la fuerza pública o con conductores que intentaban cruzar, han incluido el uso de objetos destinados a la defensa o a la inmovilización vehicular.

  • Objetos cortantes y con puntas: ha sido evidente la colocación de “objetos cortantes y con puntas” en focos de protesta, con manifestantes “al grito de ‘¡Pínchale, pínchale!’ persiguiendo neumáticos que trataban de esquivar los obstáculos.
  • Palos y machetes: en enfrentamientos con militares y policías se ha documentado la presencia de manifestantes que portaban palos y machetes, según imágenes que circulan en redes sociales.
  • Piedras: en el contexto de las marchas, varios medios han documentado que manifestantes en Quito arrojaron piedras y objetos a la Policía, lo cual es un patrón observado en confrontaciones de protestas anteriores.

En medio de los enfrentamientos, personal policial ha hecho uso de uniformes especiales, toletes, protectores y gas pimienta.

Por parte de las Fuerzas Armadas, se informó el uso del VKS, un armamento no letal. Su uso, según autoridades, busca disuadir manifestaciones con un alto nivel de violencia. Los proyectiles son de impacto cinético, no letales, de pintura o gas, señaló el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco).

El VKS, según las Fuerzas Armadas, utiliza una munición especial de pintura y gas. Los impactos pueden causar hematomas, pero no la muerte, afirmó la institución en redes sociales.

En medio de las agitadas protestas también se han dado agresiones a miembros de prensa. Incluso se han hecho alertas sobre procedimientos de la fuerza pública hacia comunicadores.

Lo que dice la ley

La actuación de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas (FF. AA.) se encuentra regulada por la Ley Orgánica que Regula el Uso Legítimo de la Fuerza, vigente en el país desde agosto de 2022. Esta normativa establece los límites y los procedimientos bajo los cuales la fuerza pública debe operar durante las protestas, diferenciando claramente entre manifestaciones pacíficas y acciones violentas.

Uno de los pilares de la ley es la obligación de los policías y los militares de precautelar la vida e integridad de las personas. La normativa exige que, como principios y reglas del uso legítimo de la fuerza, se prioricen los medios no violentos antes de cualquier escalada. Esto implica que la negociación y la verbalización deben ser los primeros recursos utilizados antes de recurrir a la fuerza física o al uso de armas, sean estas menos letales o letales.

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El uso de armas letales está restringido a escenarios de extrema gravedad. Según la ley, estas solo pueden ser empleadas en caso de:

  • Amenaza inminente de muerte o lesiones graves.
  • Detener a una persona que represente dicha amenaza y se resista al arresto.
  • Evasión o fuga de un individuo que represente esa amenaza.
  • Evitar la comisión de un delito que implique peligro inminente.

La legislación realiza una distinción entre reuniones violentas y manifestaciones sociales pacíficas. En el caso de las protestas que se desarrollen de manera pacífica, la ley es enfática al prohibir la dispersión como mecanismo de gestión.

Además, en este tipo de manifestaciones, la fuerza pública tiene prohibido usar fuerza potencial e intencionalmente letal. El límite de acción en protestas pacíficas se establece en el uso de armas de tipo menos letal.

El catálogo de armamento menos letal que pueden utilizar las autoridades incluye:

  • Escopetas lanza gases.
  • Escopetas para munición antitumulto.
  • Arma propulsora de agente químico.
  • Cañón neutralizante de agua.

Adicionalmente, la ley faculta a las autoridades a utilizar inhibidores de frecuencias para dispositivos como radio, celular y aeronaves no tripuladas, entre otros, como parte de la gestión de la seguridad durante las movilizaciones.

La aplicación estricta de esta ley será crucial para garantizar el derecho a la protesta pacífica y, al mismo tiempo, el mantenimiento del orden público durante el paro nacional, bajo la observancia de la comunidad nacional e internacional sobre los procedimientos de la fuerza pública. (I)