El pasado miércoles, Guillermo Lasso firmó los decretos que reinstituyen el Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA) y el reglamento de la Ley de Transformación Digital y Audiovisual. En el evento, celebrado en las salas del cine independiente Ochoymedio, el mandatario aseguró que el instituto se centrará en la formación de camarógrafos, directores, guionistas y otros profesionales del séptimo arte, mientras que la ley atraerá la inversión extranjera en la producción audiovisual.

De esas dos aseveraciones, la primera está errada y la segunda no representa los verdaderos intereses del sector cinematográfico. Así lo explicó Tania Hermida, una reconocida cineasta cuencana, en una entrevista con Punto noticias, un programa de Radio Pichincha.

“El ICCA es un instituto de fomento, no es una institución académica de formación de profesionales del cine”, aclaró Hermida, quien añadió que ese discurso del presidente podría haber pasado como un error si la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia (Segcom) no hubiera publicado un video del mismo momento en el que Lasso comete la “impericia” de confundir la función del instituto.

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“El presidente firma un decreto y en realidad no sabe lo que está firmando (...). Lo que hace evidente que esta firma es parte de un lavado de imagen de último minuto, de un gobierno que está en estado de descomposición”, señaló la cineasta.

Pero ese es solo uno de los problemas que reflejan el estado del sector cinematográfico ecuatoriano. De acuerdo con Hermida, hay una historia de inconstitucionalidad que rodea al Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA), creado en el 2016 con la Ley Orgánica de Cultura. En el 2020, durante la administración de Lenín Moreno, el ICCA fue fusionado con el Instituto de Fomento de las Artes, Innovación y Creatividades, creando a su vez el Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación y “vulnerando la ley orgánica”.

Tania Hermida comentó que en el 2021 con un grupo de cineastas presentaron una demanda a la Corte Constitucional para que se derogue ese decreto, algo a lo que se comprometió Guillermo Lasso cuando llegó a la Presidencia, pero recién está haciendo ahora, en los últimos meses de su gestión.

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“Derogar un decreto es muy fácil con una firma, pero restituir lo que fue el ICCA en el momento en el que estaba funcionando implica, para empezar, presupuesto y partidas para contratar a todo el personal necesario para que funcionen los dos institutos, cada uno en su especialidad. Ha quedado claro que no hay voluntad política en este gobierno para ampliar el número de gente que está contratada en una institución pública”, indicó Hermida.

También recordó que en el 2022 fue el único año en el que no se organizó una convocatoria de fondos para el fomento del cine. La próxima convocatoria ya fue anunciada el pasado viernes, pero esta no será para este año: “Mirando el calendario, el concurso terminará a finales de noviembre. Eso significa que los contratos y los fondos van a salir en el 2024, ya no van a salir en el 2023″, detalló.

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“Uno no puede dejar de ver eso como un gesto muy irresponsable, no haber sido capaces de firmar la convocatoria cuando aún tenían tiempo de firmar los contratos en su administración”, expresó la cineasta.

Sobre la Ley de Transformación Digital y Audiovisual, Hermida dio a entender que no todos los integrantes del sector audiovisual persiguen la misma agenda. La Corporación de Productores y Promotores Audiovisuales del Ecuador (Copae) era una de las entidades precursoras de la firma del decreto, que incentiva a la inversión y producción extranjera en Ecuador.

En el artículo 30 de esta ley, en el capítulo del Sector Audiovisual, se describe el incentivo al desarrollo del talento y la economía nacional. Se explica que para acceder a los incentivos y exoneraciones tributarias, los sujetos del sector audiovisual deberán preferir los insumos, equipos y mano de obra ecuatorianos.

La palabra ‘preferir’ abre un abanico de dudas para los cineastas, entre ellos Hermida. “Se viene, se contrata mano de obra poco calificada con pocas garantías laborales. En el mejor de los casos, lo que se ofrece es un servicio de producción donde el productor local ayuda a buscar las locaciones, a buscar el catering, pero la creatividad y el talento vienen de afuera”, especificó.

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Según la cuencana, aún no hay una industria nacional consolidada para que el país produzca sus propias películas, y ahora “viene esta tendencia de convertir al país en un país que ofrece servicios y se ofrece como escenario, y eso no ayuda al fortalecimiento del cine nacional”.

“Esta apuesta de que Ecuador sea escenario para películas extranjeras no necesariamente es una buena deriva para el crecimiento de una industria nacional”, agregó.

Lo que hace falta para seguir consolidando la industria del cine nacional, dijo Hermida, es voluntad política.

“Yo creo que la industria volverá a tener vigor en el momento en que haya un nuevo gobierno que tenga esa voluntad”, concluyó. (I)