Que uno de los galpones en los que se hallaron más de un millón de unidades de galletas y 400.000 coladas caducadas desde el 2017 estaba arrendado desde el 5 de septiembre de ese año a Pablo R. G., representante legal de la compañía Moceprosa S.A., pero que al no haber pago por casi tres años se inició un juicio de inquilinato en el que en marzo de este año se dispuso la devolución del espacio.