Para algunos, cocinar es una tarea diaria, pero para Carlos Villacís la cocina es su pasión, su razón de vida. Desde muy pequeño, este chef quiteño mostró un interés especial por la gastronomía. Sus abuelitas, amantes de la buena comida y de las recetas tradicionales, le enseñaron todos sus secretos culinarios, en especial los de su platillo favorito: el viche.

Con cada plato que preparaban juntos, él iba descubriendo su amor por los sabores y las texturas, y aprendía a valorar la comida nacional. “A los 7 u 8 años ya estaba metido cocinando, viendo programas, leyendo libros, ya estaba haciendo y buscando la forma de entrar en ese mundo de la cocina”, señala el docente universitario, que vive desde los 10 años en Portoviejo.

Cuenta que “por cosas del destino” estudió una Ingeniería en Hotelería en Quito, pero que luego se dio cuenta de que su pasión no era esa, sino la cocina. Cuando concluyó esa carrera, a los 22 años, Carlos decidió por fin perseguir su sueño de convertirse en un chef profesional. Estudió en el Instituto Mariano Moreno de Argentina, especializándose en técnicas culinarias de vanguardia, llegando a obtener la medalla al mérito por mejor graduado en el posgrado de Alta Cocina y Gerencia Gastronómica.

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A su regreso al Ecuador, cuando tenía 23 años, este chef abrió su primer restaurante gourmet, en donde proponía una cocina ecuatoriana de autor: lo llamó Momentos Resto Bar, establecimiento que tuvo que cerrar después de trece años. Para entonces, su talento ya había sido reconocido por otros chefs y críticos culinarios, y de a poco, su nombre sonó más en la escena gastronómica del Ecuador.

Foto: El Universo

Pero no contento con quedarse en lo local, Carlos decidió llevar su arte culinario más allá de las fronteras, convirtiéndose en embajador de la gastronomía nacional ante la Unesco. Ha participado en competencias internacionales, en donde ha demostrado sus habilidades y destrezas en la cocina, siempre destacando las bondades de la cocina ecuatoriana. En junio pasado estuvo en un evento gastronómico de la Unesco en Macao, China.

Yo tengo un dicho en la cocina que lo utilizo en casi todos mis videos, que es: tu cocina, tus reglas. Pero aplica en la vida también, tu vida, tus reglas. Tú te puedes manejar en la vida como decidas, pero toda es cuestión de decisión. El estar bien o el estar mal, en muchos de los casos es cuestión de decisión, cómo yo manejo una situación u otra.

Carlos Villacís, chef, docente y creador de contenido.

Además de ser un exitoso chef, este cocinero con alma manabita difunde sus conocimientos y experiencias como docente en universidades del país. También lo hace través de programas en redes sociales como Tu cocina, tus reglas, en donde comparte con sus más de 350.000 seguidores recetas innovadoras y consejos culinarios para que todos puedan disfrutar de la cocina como él lo hace.

“Por ejemplo, La visita del chef (uno de sus recientes proyectos) nace justamente, y tal vez muchos se vayan a enojar por lo que voy a decir, de esos influencers o foodies gastronómicos que solo se dedican a hacer daño, a calificar a los negocios al azar, sin responsabilidad, cuando no saben todo lo que hay atrás de un restaurante. Si yo tengo el poder de un micrófono, tengo el poder de una pantalla y tengo una audiencia que me está escuchando, lo que yo puedo hacer, es decir: esto es lo que hay en este restaurante, ven y decide por ti mismo”, resalta el creador de contenido, quien en abril pasado presentó su primer libro de cocina, en el que se incluyen todas las recetas y cursos presenciales y en línea que ha ofrecido durante los últimos años.

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La pasión de Carlos por la cocina no se detiene ahí. Ha tenido varios restaurantes como La Calaca (de concepto mexicano), que es muy solicitado por críticos y comensales, en donde sigue mostrando su creatividad y amor por la comida. En cada plato que sale de su cocina dice que involucra siempre sus emociones y su memoria, la dupla perfecta para sacar siempre una excelente propuesta gastronómica.

Pero no todo en la vida del consultor gastronómico han sido miel sobre hojuelas. Como todas las personas, el chef también tuvo momentos que pusieron a prueba su fe y confianza en sí mismo, como el cierre de su primer restaurante durante la pandemia de la COVID-19, así como las consecuencias físicas, emocionales y financieras que este virus tuvo sobre millones de personas en el Ecuador y el mundo.

Tal vez lo que más lo golpeó en su vida, hasta el momento, ocurrió en 2018, cuando un simple resfriado, que luego evolucionó al síndrome de Guillan-Barré (una rara afección en la que el sistema inmunitario de un paciente ataca los nervios periféricos) lo puso al borde de la muerte. Contra todo pronóstico, luego de diez días en terapia intensiva y un año y medio de rehabilitación física logró vencer esta enfermedad, que años atrás se había llevado a su abuelo.

“Al principio fue traumante y no quería hacerlo (cocinar, grabar contenido, hacer terapia, etc.), pero dedicarme a trabajar en ello, a mejorar y a poderlo manejar de una forma que no genere un trauma, sino que simplemente me genere esa fuerza de seguir adelante me ayudó mucho. Y ahora, para el que me escuche, si le puede servir de algo mi experiencia, sepa que, de estar al borde de la muerte, se puede estar en un sitial distinto. Sí se puede, pero es con ganas, es haciéndolo y luchando”, dice el chef, y recalca que la cocina es y siempre será su refugio.

Carlos Villacís es un ejemplo de cómo seguir nuestros sueños y pasiones puede llevarnos a alcanzar el éxito en el campo que se elija. Su historia inspira a muchos a no tener miedo de perseguir lo que se ama y a trabajar duro para lograr sus metas. (I)