Quito se prepara para acoger el 53.° Congreso Eucarístico Internacional (CEI) del 8 al 15 de septiembre de 2024. Con el lema “Fraternidad para sanar el mundo”, este evento no solo reunirá a delegaciones de 53 países, sino que también servirá como un momento clave de reflexión y renovación espiritual tanto para Ecuador como para la Iglesia católica en el mundo entero.

El proceso de preparación para este evento de magnitud global comenzó en marzo de 2021, cuando el papa Francisco anunció oficialmente que Quito sería la sede del congreso, en conmemoración de los 150 años de la consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.

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Desde ese momento se han creado diversas comisiones encargadas de diferentes aspectos del evento, como la comisión financiera, la de liturgia, la teológica, la de logística, entre otras.

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Monseñor Alfredo Espinoza Mateus, arzobispo de Quito y primado del Ecuador, quien también preside el comité local del CEI, destacó que la coordinación se ha realizado en estrecha colaboración con el Comité Pontificio Eucarístico Internacional.

“Hemos trabajado en conjunto, y muchas de las decisiones siempre requieren la aprobación de Roma”, explicó monseñor Espinoza.

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En la actualidad, los esfuerzos se concentran en dos vertientes principales: la finalización de los preparativos para el simposio eucarístico que precede al congreso y la logística general del evento.

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El simposio, que se desarrollará del 4 al 7 de septiembre, contará con la participación de destacados expositores internacionales, entre ellos, el arzobispo de Sídney y profesores de la Pontificia Universidad Gregoriana.

Una de las características distintivas de este congreso eucarístico es su enfoque en la inclusión y diversidad de voces. Las autoridades han anunciado que no estará dominado exclusivamente por figuras clericales.

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“Queremos que haya ponencias de cardenales y obispos, pero también de laicos y religiosas”, enfatizó monseñor Espinoza. El objetivo es crear un espacio donde diferentes perspectivas puedan converger en torno al tema central del congreso: la fraternidad.

En el contexto ecuatoriano, el simposio abordará la fraternidad desde varios ángulos, como la historia, la política, la realidad indígena y social. Esta diversidad temática se refleja también en la organización de las actividades del congreso, que incluirán misas en varios idiomas y la participación de representantes de todos los continentes.

La organización de un evento de esta magnitud no ha estado exenta de desafíos. Uno de los principales retos ha sido la movilización y concienciación de la comunidad local sobre la importancia del congreso.

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Otro reto ha sido la logística, que incluye la coordinación con diversas entidades locales, como el Municipio, el aeropuerto de Quito, el Cuerpo de Bomberos y los servicios de seguridad.

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“No se pueden imaginar todo lo que ha significado estos últimos días en reuniones con mesas de trabajo”, afirmó el arzobispo. Desde la obtención de permisos para celebraciones campales hasta la organización de las exposiciones y la coordinación de seguridad y ambulancias, cada detalle ha requerido una planificación minuciosa.

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Un evento histórico para Quito y el Ecuador

El 53.° Congreso Eucarístico Internacional es un evento único en la historia del Ecuador y de América Latina. Han pasado 20 años desde el último encuentro de ese tipo en América Latina, celebrado en México en 2004.

Este evento, que reunirá a representantes de 54 países, incluyendo Ecuador, es visto como una “gran bendición y un desafío organizativo” para la Arquidiócesis de Quito.

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El congreso también servirá como una plataforma para la reflexión global. El documento base del congreso, que ha sido traducido a nueve idiomas, incluyendo el chino, será la guía central para las ponencias y discusiones.

Este documento refleja en gran medida la realidad latinoamericana y ecuatoriana, y su propósito es fomentar una reflexión profunda sobre el papel de la fraternidad en la evangelización y en la sanación del mundo.

Actividades

El programa del congreso incluye una serie de actividades que permitirán a los participantes conectar con la cultura y espiritualidad ecuatoriana. Una de las actividades más emblemáticas será la misa final del simposio, que se celebrará el 7 de septiembre en la Mitad del Mundo, un lugar simbólico que refuerza el carácter global del evento.

Durante el congreso, los obispos de todo el mundo se distribuirán en más de 73 parroquias de Quito para celebrar la eucaristía con las comunidades locales.

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También se celebrarán misas en varios idiomas en las iglesias del centro histórico de Quito, así como habrá una procesión eucarística el 14 de septiembre que partirá desde la plaza de San Francisco hasta la Basílica del Voto Nacional, siguiendo un recorrido adornado con alfombras de rosas y semillas.

Organizar un evento de esta envergadura ha requerido una inversión significativa. El presupuesto total asciende a $ 4 millones, que se han recaudado a lo largo de tres años gracias a donaciones y campañas como el “Dólar eucarístico”, en la que se añadió un dólar a los libros de catecismo de los niños para contribuir al congreso.

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El 53.° Congreso Eucarístico Internacional en Quito será un momento de encuentro, reflexión y renovación espiritual para miles de fieles de todo el mundo. Bajo el lema “Fraternidad para sanar el mundo”, este evento no solo prevé fortalecer la fe de los participantes, sino también dejar una huella indeleble en la Iglesia de Quito y en la comunidad católica mundial.

A medida que se acercan las fechas, Quito se prepara para recibir a miles de peregrinos y delegaciones que, sin duda, contribuirán a hacer de este congreso un hito histórico. (I)