La extracción petrolera en el Yasuní, bloque 43-ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini), fue rechazada por la mayoría del pueblo ecuatoriano en una consulta popular. De acuerdo con el dictamen de la Corte Constitucional (CC), el plazo es de máximo un año para desmantelar la infraestructura tras la proclamación de los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Sin embargo, autoridades gubernamentales y expertos en el sector petrolero han argumentado que sería “imposible” abandonar el sitio en un año. En eso coincide José Dávalos, ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.

En una entrevista con el programa El Mono López, transmitido por Radio City (89.3 FM en Guayaquil), Dávalos dijo que no se puede detener la actividad “simplemente porque un juez, una corte o una consulta popular dice ‘salgan en un año’”. El funcionario lo explicó: “Hay procedimientos que cumplir, uno de esos es asegurarnos de que exista un plan de cierre y abandono, con un cronograma real”.

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Este plan de cierre y abandono, comentó el ministro, podría tomar tres meses en elaborarse, por lo que le correspondería al siguiente gobierno garantizar su implementación. Mientras tanto, su rol es trabajar de la mano de Petroecuador y el Ministerio de Energía y Minas para no abandonar el sitio de forma abrupta y que la maquinaria se convierta en pasivos ambientales.

“Es un reto”, señaló Dávalos, porque “nunca se ha hecho el cierre y abandono de un bloque petrolero de esta magnitud”.

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¿Qué viene después?

En el espacio radial, el funcionario se refirió a que en la provincia de Orellana, donde se concentra el bloque 43-ITT, ganó el No en la consulta popular, lo que significa que se prefirió que continúe la explotación. Dio una cifra de 2.000 familias que reciben empleos directa o indirectamente de las empresas petroleras.

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Pero contemplando el fin de la actividad petrolera, “en una primera fase, el Gobierno debe garantizar que los servicios de educación, de salud, continúen en el sector, eso ya lo estamos trabajando. Más adelante, tratar de buscar alguna fórmula para que puedan seguir teniendo ingresos”, indicó.

Históricamente, estas zonas en donde existe la explotación petrolera no han sido tan atendidas por el Estado ecuatoriano”, admitió Davalos. “Lo que ocurría es que donde no llegaba el Estado llegaba la petrolera y era la petrolera la que construía la vía, hacía la cancha, el subcentro de salud, entonces sí ha existido cierta dependencia” de las comunidades locales con estas empresas.

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Para mitigar el impacto que pudieran sufrir los habitantes del sector, el ministro comentó de un plan de descarbonización en Ecuador que se había pensado para un futuro pospetrolero, que contempla actividades de turismo sostenible y bioeconomía.

“Lo que tenemos que hacer es acelerar los planes y aplicarlos en la zona de lo que hoy es el bloque 43 para que la gente pueda tener ingresos”, expresó. “Tenemos una biodiversidad enviable para cualquier otra nación y necesitamos aprovecharla, no explotarla”. (I)