La comunidad científica solía pensar que solo existía una especie de anaconda verde en Sudamérica, la Eunectes murinus. Sin embargo, una nueva investigación, realizada por un grupo de científicos de alrededor del mundo, cambió este paradigma.

Encontraron que las anacondas verdes en realidad se dividen en dos especies: la Eunectes murinus y una segunda, nueva, la Eunectes akiyama.

Datos claves para el descubrimiento de la nueva clasificación de serpiente surgieron a partir de un viaje que realizaron los investigadores a Bameno, territorio baihuaeri waorani en la Amazonía ecuatoriana, en 2022. Fueron invitados por Penti Baihua, líder de esa nacionalidad indígena.

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A esa expedición los acompañó el actor Will Smith, quien se encontraba filmando para una serie del medio National Geographic.

Decidieron bautizar a la Eunectes akiyama con el nombre de anaconda verde del norte. Habita en Ecuador, Colombia, Venezuela, Trinidad, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. Eunectes murinus, en cambio, vive en Brasil, Perú, Bolivia y la Guyana Francesa.

Las dos especies se ven similares pero su genética es distinta

La composición genética de la anaconda verde del norte es lo que permitió a los científicos separarla de la otra especie.

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Su nivel de divergencia genética, del 5,5 %, es asombrosa. En contraste, la diferencia genética entre humanos y primates es de aproximadamente 2 %”, escribió Bryan Fry, uno de los coautores de la investigación, en una publicación en el medio de divulgación científica The Conversation.

Además de la selva ecuatoriana, el equipo de investigadores tomó muestras de varias zonas del hábitat de las anacondas en Sudamérica, extrayendo tejidos y sangre de cada espécimen.

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Esto, además de ayudarlos a determinar la gran diferencia genética entre los dos tipos de serpiente, también les permitió establecer que la anaconda verde se convirtió en dos especies distintas hace aproximadamente 10 millones de años.

El biólogo neerlandés Freek Vonk, uno de los coautores del estudio, se grabó nadando junto a la serpiente verde del sur, además de tomar algunas fotos sosteniéndola.

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Aunque las anacondas son temidas por su gran tamaño (las anacondas verdes pueden pesar más de 200 kilogramos) no son venenosas. Usan su masa corporal y su longitud para estrangular a sus presas.

Este descubrimiento se suma a la descripción de dos nuevas víboras de pestañas en territorio ecuatoriano por parte de investigadores liderados por la Fundación Khamai. La publicación científica identificó 5 nuevas serpientes de este tipo, distribuidas en Colombia, Ecuador y Perú. (I)

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