Vicente Paredes realizó su primera careta en 1971. Todo se inició con un viaje desde su natal Píllaro, en la provincia de Tungurahua, hacia Quito, la capital de Ecuador. El joven con solo 13 años llegó a la ciudad para aprender a ser un peluquero.

El bus le dejó en el bulevar de la 24 de Mayo, caminó unos pocos pasos y ya se encontró con una peluquería. No conocía la ciudad, por eso apostó por el primer lugar que pudo encontrar. Se acercó y pidió al maestro que le enseñe, él accedió.

A los pocos meses, en noviembre, se percató que el peluquero dueño del local empezó a colocar caretas de cartón, ahí nació la curiosidad de Vicente, quien se encontró por primera vez con ese elemento tradicional que era usado en los bailes y desfiles de fin de año en Quito.

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Las primeras caretas que pudo ver fueron las que se quemaban en los monigotes, elaborados con ropa vieja y aserrín.

No recuerda exactamente cuál fue la primera careta que fabricó, lo que le llamaba la atención es que solo en las peluquerías se ofrecían estos productos. El 8 de noviembre de 1971 el pillareño se graduó como maestro en la peluquería, su madre y hermanos compraron el mobiliario de una peluquería y arrendaron un local cerca del centro.

QUITO.- Vicente Paredes creó el Palacio de la Careta en 1971, desde ese entonces ha vendido infinidad de modelos en cartón, caucho y fibra de vidrio. Foto: Andrés Salazar

Él pensaba tomar alcohol de festejo por tres días, pero no, después del primer día de celebración, su hermano le obligó a tomar una ducha, cambiarse y salir. El nuevo lugar donde trabajaría de estilista por años esperaba por su asombro, era su familia y su regalo de graduación.

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Como tenía que continuar con la tradición de vender máscaras, acudió junto a un colega al sector de la Villaflora, ahí comprarían para revender.

“Cuando llego al taller con las lunas de caretas, me pongo a pensar ¿qué tiene que ver esto con la peluquería? Porque todos vendían con la razón social de la peluquería. Entonces dije no, esto es otra cosa, pongamos el Palacio de la Careta”, dice entre risas.

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Su palacio con más de 300 modelos de caucho y más de 150 caretas de cartón, ha pasado por varios lugares, actualmente se encuentra en las calles Cristóbal de Acuña y avenida América, en el centro norte de la ciudad.

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Familiares y trabajadores reciben a las personas y brindan una verdadera asesoría para adquirir los productos. Las caretas más solicitadas son de los políticos, los expresidentes Rafael Correa y Guillermo Lasso, así como el actual presidente Daniel Noboa, son el principal pedido en este local. De hecho, las del presidente Noboa ya se terminaron.

QUITO.- Vicente Paredes creó el Palacio de la Careta en 1971, desde ese entonces ha vendido infinidad de modelos en cartón, caucho y fibra de vidrio. Foto: Andrés Salazar

Una mañana encontró a uno de sus colaboradores con una máscara muy diferente a las de cartón, era de caucho. De inmediato nació la idea de replicar. Las primera no salió perfecta, ahí tuvo que esperar la llegada de “un ángel”, un ingeniero que perfeccionó la mezcla y permitió crecer hasta lo que hoy se conoce como el único local dedicado a esta actividad.

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“En las caretas de caucho se puede hacer las arrugas, lunares, más detalles, las de cartón son planas (…) cerré durante la pandemia y no pensaba volver a abrir, los clientes me llamaban y me decían, no puede cerrar este local es una tradición, ¿quién nos va a ayudar? Y en verdad, es el único local de este tipo en el país”, agregó.

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Él atiende a los clientes, con una sonrisa, con precios de remate, como dicen. Las caretas de caucho rodean los $ 20, las de cartón están en $ 2, también ofrece caretas de fibra de vidrio y antifaces.

Así hace 15 años solo se ha dedicado a las caretas, su gabinete de peluquería fue cerrado, al ser uno de los estilistas más reconocidos en la ciudad, en aquel entonces. (I)