Daniel Calderón es un educador guayaquileño de 32 años. Es licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) e hizo una maestría en España. Actualmente cursa otra en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Ha tenido experiencia en temas de docencia y gestión educativa en los sectores público y privado. Es el ministro de Educación y en una entrevista con este Diario, el jueves 11 de enero, se refirió a la implementación de un pilotaje en alimentación escolar, el nuevo currículo que será obligatorio desde 2025 y el Plan Nacional de Educación cuya meta es que dure 15 años.

En diciembre pasado conversamos sobre el tema de la malla curricular y me había dicho que iba a ser obligatorio en el 2025 y que este año van a hacer una aplicación progresiva.

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Transición curricular.

¿Qué incluye la transición?

Incluye capacitación a los maestros del sistema educativo nacional, pilotajes de instituciones educativas identificadas que podamos determinar para poder ver cómo se aplicaría ese nuevo currículo, testeos específicos a nivel generalizado.

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Tendremos un periodo, el cual vamos a dedicar solamente a experimentar en este nuevo enfoque competencial donde los docentes van a poder desarrollar actividades que tengan este enfoque y van a ver los resultados que esto puede tener.

De los tres periodos del año, uno va a estar dedicado específicamente a ello.

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Nueva malla curricular está lista y a la espera de su oficialización por parte del Ministerio de Educación

Vamos a hacer validaciones territoriales, retroalimentaciones porque el currículo es un documento, es una producción intelectual, académica, pero se hace una producción pedagógica y política cuando pisa el territorio.

Entonces, ¿cuál es la idea? Que los docentes, las comunidades, nos puedan decir oiga esto está funcionando bien, o saber que esto hay que calibrar y eso es bueno porque ahí es donde vamos a poder ver cien por ciento cómo nuestro currículo puede avanzar.

Esto es bueno también porque la historia de las reformas curriculares es que se imprime y al día siguiente hay que aplicarlo. Aquí lo que queremos y precisamente orientado a un cambio de enfoque sobre el aprendizaje a nivel nacional debemos dedicar un año entero, un ciclo lectivo entero a poder comprender y apropiarnos de esa lógica pedagógica que hoy limita el currículo.

Y ahora sí, a partir del 2025 todos obligatoriamente lo vamos a hacer y tendremos los tres primeros años de esta implementación obligatoria donde vamos a ver ahora sí cómo funciona.

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Nuevo currículo educativo se implementará de manera obligatoria en el 2025

¿Durante tres años?

Claro, porque cada subnivel tiene tres años de promedio, por ejemplo, la básica media tiene quinto, sexto y séptimo. En tres años, todos los subniveles ya tendrán implementado todo el currículo y esa va a ser la primera fase de implementación desde la transición curricular hasta ese tercer año en donde habremos tenido ya una primera generación graduada en este modelo competencial y luego hacer los ajustes posteriores de cualquier proyecto.

¿Podría haber cambios a lo que dejó hecho el Gobierno anterior?

De hecho, hay ajustes ya porque lo que dejó fueron lineamientos, pero sobre eso nosotros tenemos que trabajar o definir ya el plan de estudios, por ejemplo.

Tenemos que trabajar cuáles son los indicadores de evaluación que se van a trabajar a nivel de aprendizaje y en las instituciones educativas. Es una especie de fortalecimiento del trabajo que recibimos y obviamente las decisiones pedagógico administrativas más de cara a cómo esto aterriza en las instituciones escolares porque la ejecución la tenemos nosotros.

Esta decisión de dejar este año como transición curricular lo hicimos precisamente para favorecer la aplicación. Más allá de lo que se suele pensar que es una reforma curricular, que es un cambio de materias, un cambio de horas, acá lo que estamos cambiando es el enfoque, incluso el enfoque podría cambiar el formato materias, es el que usualmente nosotros conocemos en la distribución curricular: a las 8, Lenguaje; a las 9, Matemáticas; a las 10, Ciencias; a las 11, recreo.

Ese es el más común, pero no es el único formato de distribución curricular, existen otros en los que, por ejemplo, hay proyectos, aprendizaje autónomo y autodirigido, talleres, y el estudiante va escogiendo.

Acá lo importante, más allá de la distribución que será al final del día lo que responda a las necesidades territoriales, es cómo de cualquiera de estas formas alcanzamos estas competencias que hemos declarado en el nuevo currículo.

¿Podría haber un cambio en este formato?

Incluso en el formato como conocemos hoy las escuelas, o sea, eso es lo interesante porque es un proceso no de cambio curricular solamente, sino de transformación curricular.

Transformación implica cambiar de forma, lo que conocemos podría lucir de una forma diferente a como nosotros lo vivimos, pero eso también va a estar sujeto a por lo menos: uno, las condiciones pedagógicas y sociocontextuales de cada comunidad educativa, y, dos, a la pertinencia territorial.

Puede ser que haya un contenido más pertinente en Saraguro, otro en Pintag y otro en Guayaquil.

Sin embargo, a pesar de que sea el contenido diferente por la pertinencia territorial, la competencia sí es universal, es igual. Yo puedo aprender razonamiento lógico, desarrollando ejercicios de lógica como nos enseñaron a nosotros: P entonces Q, o también jugando ajedrez, ¿quién tiene que decidir si es P entonces Q o ajedrez?, las mismas comunidades educativas porque van a responder a sus lógicas territoriales, a la disposición de los recursos.

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¿También me había comentado que van a elaborar un Plan Nacional de Educación?

Uno de los cuatro resultados que buscamos en esta administración es pensar un Plan Nacional por la Educación. Yo le había dicho que era del 2025 al 2035, pero también en esta lógica de desarrollo de política participativa incorporamos algunas voces que nos fueron diciendo que es mejor desarrollarlo del 2025 al 2040.

¿15 años?

Correcto, porque en 15 años una generación entera ha vivido un progreso curricular. Además tenemos nuevo currículo, vamos a poder ver cómo la generación que entra, sale.

Entonces son 13 años de escolaridad, un año de evaluación final y el otro para preparar los próximos 15 años. Vamos hacia el Plan Nacional por la Educación 2025-2040.

En los próximos meses empezaremos el gran diálogo nacional al respecto donde vamos a tener que hacer acuerdos sobre qué queremos que ocurra en la educación en los próximos 15 años. Quizá y no lo podamos resolver todo, pero sí debemos tener algún tipo de acuerdos mínimos sobre hacia dónde deberíamos avanzar ya como país, y esto obviamente lo pensamos porque hay una prioridad por encima del Gobierno que es el país.

Pero el problema ahí es que se van ustedes y capaz que el Gobierno que viene dice: no quiero esto.

Eso puede pasar, pero lo que nosotros buscamos es que al ser un gran diálogo abierto no sea un diálogo que solo responda a las condiciones actuales del Gobierno, sino a las necesidades del país.

Al ser un diálogo participativo lo que busca también es no solamente recoger esas voces de los territorios, sino legitimar esto, o sea cuando lo hacemos juntos lo cuidamos juntos y eso no significa que entonces no pueda cambiar y sea una camisa de fuerza para los próximos gobiernos, al contrario, la idea es que esta metodología sea ajustable en el tiempo, o sea, si algo vamos viendo que no logramos no vamos a esperar al año 15 para poder ver que no funciona, al contrario, queremos que si al año 3, cada dos años vamos viendo que algo hay que ajustar lo recalibramos, lo reajustamos y eso lo puede hacer cualquier persona.

¿No sé si han hecho una evaluación de cómo ha estado la implementación de los trimestres?

Lo que sí nos ha permitido es hacer un acompañamiento más directo porque al ser un tiempo más corto permite que si vemos que hay resultados que no son favorables para el aprendizaje de los niños, pueden tomar decisiones más pronto.

En el sistema de quimestres lo que pasaba es que se esperaba la mitad del año lectivo, digámoslo así para poder tomar decisiones, y solo nos quedaba una segunda oportunidad.

Acá lo que tenemos es un tiempo más corto para poder tomar las decisiones pertinentes y los ajustes necesarios mucho más inmediatamente.

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¿Qué pasa con la entrega de libros?

Empezamos el régimen Costa la última semana de abril del 2024 y estamos apostándole no solo a la entrega de libros como lo establece la ley, sino también a que como sistema educativo nos preguntemos cuál es el rol de los recursos educativos en los procesos de aprendizaje porque venimos de una lógica.

La lógica que hemos heredado es la del libro manda, entonces hoy página 15, mañana página 16.

El libro es un medio y, en ese sentido, también este es un año para repensar cuál es el lugar que debe tener un libro en el proceso de aprendizaje.

Una de las cuestiones que vamos a implementar este año dentro de esta dotación de recursos, textos escolares, es el diario agenda. Lo que busca es no solamente conectar al sistema educativo con sus niños, sino que también sea un recurso para las instituciones educativas como para los estudiantes, les sirva para poder ser timonel de su aprendizaje.

Permite que sea el estudiante quien se empodere y pueda ir tomando las decisiones a partir de esto que va registrando más autónomamente.

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¿El tema de la alimentación escolar cómo está?

Estamos fortaleciendo el sistema de alimentación escolar, no solamente porque ha sido una promesa de campaña, sino porque creemos que la alimentación escolar nos permite asegurar la permanencia de los estudiantes en los sistemas educativos. ¿En qué consiste este fortalecimiento? Estamos haciendo un pilotaje este año para 10.000 estudiantes en los cuales vamos a incorporar alimentación nutritiva, pertinente, territorialmente diversa y que nos ayude, por un lado, a mejorar las condiciones de salud de nuestros estudiantes, pero, por otro lado, ayudar a la permanencia.

Un estudiante que puede recibir su alimentación en la escuela puede tener más tiempo en la misma y, por lo tanto, desarrollar otros talentos y otras capacidades.

También optimizando recursos que hoy entregamos. Enfocarlo directamente adonde exista la necesidad y mejorar su distribución.

Y el segundo componente es el almuerzo escolar, que también se va a sumar a este pilotaje de 10.000 estudiantes.

El almuerzo escolar al ser una alimentación fresca y saludable va a permitir que nuestros estudiantes, una vez terminada la jornada matutina, puedan tener otros espacios y otros recursos para desarrollar actividades deportivas, culturales, artísticas, tecnológicas, de desarrollo de otras competencias y habilidades para la vida.

¿Este pilotaje en qué provincias?

En Pichincha, Manabí y Guayas, en cantones priorizados bajo ciertas condiciones que tenemos que asegurar para que esto sea posible como temas de almacenamiento, de dónde puedan consumir estos alimentos frescos, que no es lo mismo que consumir los procesados industrialmente.

En estas tres provincias vamos a focalizar. Ahora nuestra expectativa es poder llegar a más, este mismo año, pero inicialmente para poder asegurarnos bien de este pilotaje y poder hacer que llegue en las mejores condiciones.

¿Cuándo empezará?

En el ciclo Costa 2024.

¿Cuántas unidades educativas?

De las tres provincias son siete instituciones educativas, fiscales, rurales y sectores urbanos de difícil acceso o priorizados por temas de desigualdad.

¿Y qué alimentos van a incluir?

Vamos a agregar, por ejemplo, fruta, tiene pertinencia territorial. Si nos vamos a la provincia de El Oro, sabemos que el banano es un alimento que se consume con frecuencia. Si nos vamos a la Sierra centro, nos vamos a encontrar con las bayas o las manzanas.

La idea es que pueda ser fruta fresca del entorno con otros alimentos como chochos, tostado. La idea es que se puedan adherir a lo que hoy tenemos.

Actualmente tenemos 5 fichas, que son como los menús, que se entregan a los estudiantes. Vamos a ampliarla a 11. De estas 11, 3 están directamente orientadas a la alimentación fresca, territorialmente pertinente y que pueda dotarse a este pilotaje.

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¿Y el almuerzo escolar?

Es que el almuerzo escolar hoy no se dota, es algo totalmente nuevo. En este mismo pilotaje, la idea es poner todo en un mismo lugar para ver ahora sí el impacto de la decisión.

¿Para los 10.000 igual?

Exactamente.

¿Igual será de acuerdo a la zona?

Claro.

¿Y qué monto de inversión?

Una inversión, un presupuesto adicional de $ 4,4 millones. Una de las cuestiones que estamos promoviendo bastante a propósito de la Ley de Eficiencia Económica son las alianzas público-privadas, y hay varias instituciones atentas a poder ayudarnos a la levantar este piloto: organizaciones internacionales, de cooperación internacional, Gobiernos autónomos descentralizados (GAD), porque hay un porcentaje de su presupuesto que pueden invertir en educación. Ese porcentaje también lo están apostando para que se dinamicen las económicas locales, del territorio.

Estamos trabajando intersectorialmente con el MIES, con el Ministerio de Agricultura, con el de Economía y de Salud, cuáles serían esos criterios sobre los cuales se erigiría este nuevo Programa de Alimentación Escolar, este fortalecimiento, cuáles son las decisiones que hay que ir tomando, cuáles son los correctivos que hay que ir ajustando.

Actualmente tenemos la Ley de Alimentación Escolar, elementos de contratación pública que debieran ajustarse para que esto se oriente. Tenemos una mesa técnica intersectorial que nos permite llevar adelante esto, liderada por el Ministerio de Educación. (I)