‘Se renta’ se lee en un local donde antes funcionaba un restaurante en la calle Juan León Mera y Wilson.

Frente al mismo otro letrero con un número de teléfono y con la leyenda “Rento”. La edificación tiene locales cerrados y a un costado hierba crecida.

Junto a ese sitio, en otro establecimiento, hay grafitis pintados con una malla metálica blanca que la protege y una de sus puertas blancas a medio abrir.

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En una casa donde antes funcionaba un local denominado Foods And Drink hay una gran tela que anuncian su venta o renta.

Una cuadra más adelante hacia el norte, en la calle Joaquín Pinto, anuncios de que se rentan locales siguen.

Son solo algunos ejemplos de la depresión económica que, con un cambio normativo se busca cambiar a fin de potenciar comercialmente a La Mariscal, sector del norte de Quito, que no logra llegar a su nivel luego de la pandemia del coronavirus.

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Los límites de La Mariscal comprenden la avenida Patria (al sur), avenida Orellana (al norte), avenida 10 de Agosto (al occidente), y la avenida Isabel La Católica (al oriente).

En mayo del 2022, La Mariscal cumplió sus primeros 100 años de creación. Es conocida como una zona de bares y discotecas, pero también como cuna de escritores, pensadores, artistas, autoridades nacionales y casas antiguas, aunque hay quejas de delincuencia, microtráfico de drogas y prostitución informal.

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Se estima que hay unos 10.000 habitantes, y también alta cantidad de población flotante, que son las personas que acuden a las escuelas, colegios, universidades, entidades bancarias, oficinas, restaurantes y hoteles.

Andrés Coral, administrador zonal del Municipio de Quito de La Mariscal, indicó que a raíz de la pandemia el sector ha atravesado por una depresión económica que ha ido mejorando.

Un aspecto que considera el funcionario que falta para generar mayor atractivo con sitios de diversión con la denominada zona rosa.

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El barrio La Mariscal de Quito tiene más 100 años de vida. Carlos Granja Medranda / EL UNIVERSO Foto: Carlos Granja Medranda

El limitante de ese espacio es que, con la vigencia del nuevo plan de uso y gestión del suelo, de noviembre del 2022 para el Distrito Metropolitano de Quito, los establecimientos deben cumplir, además de la denominada preexistencia, con varios requisitos relacionados con la distancia con instituciones educativas y de salud o actividades comerciales similares.

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Pero, de acuerdo con Coral, uno de esos requisitos no se puede cumplir. Se refiere a una distancia mayor o igual a 50 metros de otras actividades comerciales similares.

“Fue concebido como una concentración precisamente de este tipo de locales”, adujo.

Otras de las condiciones es que no haya otro centro de diversión en un lote y que no existan actividades restringidas como centros de tolerancia.

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La preexistencia se refiere a que si la persona desea incluir un local como bares, karaokes, discotecas y salas de recepción, estos deben funcionar donde ya había un negocio previo.

Quienes deseaban poner el negocio debían buscar a los dueños anteriores y obtener una cesión de la LUAE o Licencia Metropolitana Única para el Ejercicio de Actividades Económicas.

La administración La Mariscal ha propuesto una reforma al Código Municipal para que se permita a locales como bares, karaokes, discotecas, y salas de recepción, que están dentro de un polígono definido, realizar su actividad sin tomar en cuenta ni el distanciamiento ni la preexistencia, pero sí se deberá cumplir con los permisos correspondientes como la de los bomberos, por ejemplo.

Este polígono va desde las calles Luis Cordero (al norte), Pinto (al sur), avenida Amazonas (al occidente) y la Diego de Almagro (al oriente).

“No se busca (...) que en toda La Mariscal se puedan implantar bares, karaokes, discotecas”, manifestó Coral.

La reforma pasó el primer debate y se espera el segundo en el Concejo Metropolitano.

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Bares y discotecas rodean la Plaza Foch, en La Mariscal. Este lugar es conocido como la zona rosa de Quito. Varios turistas eligen este sitio para divertirse, bailar o consumir alimentos, pero hay depresión económica. Foto: Andrés Salazar

Para David Hernández Montesinos, director de la iniciativa urbana Mariscal Sur, la concentración de un tipo de negocio en un punto de la ciudad es un error.

“El modelo que se creó en La Mariscal (...) de concentrar locales nocturnos en un área de 16 manzanas es un absurdo”, señaló.

Cuestionó que se pretendan hacer modificaciones a pocos días de que haya cambios en la administración municipal. El próximo 14 de mayo Pabel Muñoz asumirá la Alcaldía y habrá nuevos concejales.

A su criterio, además, respondería a intereses de algún tipo.

“Me permito poner el escepticismo por delante (...) No pueden hacer la ordenanza sin contravenir o sea contraviniendo el plan único de gestión del suelo ni los planes únicos complementarios, que son los que determinan el uso del suelo”, indicó.

De ser aprobada la reforma, se espera que haya una reactivación de la denominada zona rosa con la reapertura de alrededor de 420 locales dentro de ese polígono.

Se estima que con ello se crearían unos 1.600 empleos. Hay interés en reactivar la zona, pues de acuerdo con autoridades municipales, se han presentado 68 solicitudes de esos negocios, pero fueron negadas.

Actualmente más del 50 % de locales comerciales están cerrados lo que ha hecho que habitantes de calle los usen para pernoctar. (I)