Los jóvenes cuyas edades oscilan entre los 20 y 35 años conforman el grupo que más frecuentemente sale reactivo en las pruebas para detectar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Ecuador, que si no se trata puede provocar el sida (etapa más grave y final de esta enfermedad infecciosa).

La preocupación de los que reciben la noticia se centra en la incertidumbre de lo que pasará con su vida sexual y el futuro laboral, ya que están en plena etapa de población económicamente activa.

El miedo ante el estigma que persiste en torno a esta enfermedad se apodera inicialmente de los que recién se enteran, pero este se va disipando con más información, como que hay tratamiento disponible en la red pública de salud, que se denomina antirretroviral.

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La terapia permite a las personas que viven con VIH (PVV) controlar el nivel del virus en la sangre, lo que se conoce como la carga viral suprimida. Así se vuelven indetectables y no transmiten.

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Lo preocupante es que el número de casos reportados pasó de 3.960 en 2021 a 5.142 en 2022, un aumento del 29,8 %. La cantidad casi iguala a los registrados en 2010 cuando se reportaron 5.267.

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La meta del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida hasta el 2030 es que el 95 % de los que tienen conozcan su condición, 95 % de los que conocen accedan al tratamiento y que el 95 % de los que toman los antirretrovirales obtengan la carga viral suprimida para que no transmitan.

A siete años del cumplimiento del plazo de esta meta los últimos datos del país indican que el 85 % de las personas que tienen VIH conocen de su estado serológico, 87 % de los que saben ingieren los antirretrovirales y el 66 % de los que reciben esta terapia están con la carga viral suprimida.

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De lograrse la estrategia del 95-95-95 al 2030 a nivel mundial se pondría fin a la epidemia del sida, el que pasaría a ser considerado como una infección.

En la oficina de Kimirina, ubicada en Lorenzo de Garaycoa entre Urdaneta y Padre Solano en el centro de Guayaquil, se ofrece información y pruebas gratuitas para detectar el VIH. Foto: El Universo

María Elena Acosta, directora técnica de la ONG Corporación Kimirina, afirma que la epidemia del VIH en el país es concentrada en la población de hombres que tienen sexo con hombres, las mujeres trans y las personas con prácticas de riesgo. “Si bien es el grupo más afectado no quiere decir que por ser gay va a tener comportamientos de riesgo, no necesariamente está relacionado con la orientación sexual”.

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La especialista recalca que durante 2022 se dio un mayor esfuerzo de diagnóstico. “No podemos saber si son nuevos casos, lo que se revela es la intensificación de las actividades dirigidas a más diagnósticos, de ahí que haya aumentado el número que se direcciona a los servicios de salud”.

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Lo trascendente es que son personas que pueden empezar la terapia antirretroviral y conseguir en su momento una carga viral indetectable por lo que no transmitirán el VIH, agrega.

“Es beneficioso porque si se inicia el tratamiento enseguida el paciente tendrá un menor deterioro de su sistema inmunológico, por lo que llevará una mejor calidad de vida durante más tiempo. Si avanza la enfermedad es más difícil su recuperación, va a ser posible, pero tomará un poco más de tiempo llegar a un estado de salud y calidad de vida adecuada”.

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Las últimas estimaciones correspondientes al 2021 indican que 7.054 personas no saben que tienen VIH en el país. De ahí la importancia de hacerse la prueba de cuarta generación, en la que con un pinchazo en el dedo se puede conocer el estado serológico.

A estos se suman los 5.219 que conocen que tienen la infección, pero no acceden al tratamiento y los 11.850 que si toman los antirretrovirales, sin embargo, no han conseguido una carga viral suprimida.

Uno de los parámetros que lo impiden es que no logran un nivel de adherencia a la terapia porque no se toman los medicamentos exactamente como los recetó el profesional de la salud.

La ONG Kimirina mantiene puntos ambulantes en Guayaquil para ofrecer estas pruebas gratuitas en lugares frecuentados por hombres que tienen sexo con hombres y sitios de tolerancia donde está la población de mayor riesgo.

O se accede al servicio en su oficina ubicada en Lorenzo de Garaycoa 538 entre Urdaneta y Padre Solano, en el centro de la ciudad. Lo recomendable es someterse al diagnóstico a los 21 días de tener una relación riesgosa, dice Acosta.

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A partir del 2008 hay más mecanismos de prevención que se suman al uso del preservativo o mantener una relación estable con una sola pareja. Uno es conseguir que la mayor parte de los infectados accedan al tratamiento, sean indetectables y no transmitan. También la profilaxis pre y posexposición (que es la toma de medicamentos para reducir la probabilidad de contraer la infección), que están disponibles en las unidades de la red pública, al igual que el acceso a las pruebas.

La terapia avanzó, por lo que personas que viven con VIH (PVV) que empezaron tomando 27 pastillas al día hoy ya toman una sola.

“Uno de los objetivos es reducir el estigma y discriminación que persiste, ya que lo único que hace es poner en riesgo a la población afectada porque limita el acceso a los servicios médicos, a los que no acuden por vergüenza o temor, interrumpen la terapia, se vuelven resistentes. Esto provoca un mayor costo estatal ya que se deben adquirir nuevos medicamentos”, menciona Acosta.

Las formas de transmisión son a través de la sangre y otros fluidos corporales, como el semen, el líquido preseminal, los fluidos rectales y vaginales y la leche materna de alguien con la infección. Existe una mayor probabilidad en la relación anal en la que la persona receptiva corre el mayor riesgo de infectarse, lo mismo en el sexo vaginal, de ahí que las mujeres tienen una mayor posibilidad.

Los estudios muestran que los circuncidados poseen el 60 % menos probabilidades de adquirir VIH respecto a los que no lo están. Esto se aplica en los que solo acogen el rol activo de penetración en las relaciones.

La Unidad de Prevención de Enfermedad Infecciosas de la Municipalidad de Guayaquil también dispone de pruebas gratuitas. De 6.502 pacientes atendidos durante el último año y medio, el 1,1 % salió reactivo.

El porcentaje sube en las personas con adiciones. El 4,3 % de 800 pacientes del programa municipal Por un Futuro sin Drogas tienen VIH, es decir, 4 de cada 100 consumidores de sustancias psicoactivas están contagiados.

Washington Alemán, director técnico de esta unidad, indica que hay un repunte de casos de VIH en el país y a nivel mundial tras la pandemia del COVID-19. “En el caso del país la política de prevención en salud es escasa. Hemos avanzado mucho en dar tratamientos, pero es como comprar la motobomba y el agua cuando ya está el incendio. No existe una política educativa clave para tratar que haya una sexualidad responsable”.

El reporte de más casos está relacionado con un mayor porcentaje de personas afectadas por la adicción a las drogas, añade el especialista. “Estas van cogidas de la mano con una sexualidad no responsable, de ahí el aumento de VIH y de todas las infecciones de transmisión sexual”.

A la asociación de esta enfermedad con la muerte se suma el temor de recibir discriminación, dice Alemán. “Todo esto coarta el acceso a los derechos. La epidemia de VIH es concentrada en el país, pero ahora está también la población con adicciones predispuesta a prácticas de riesgo”.

El Ministerio de Salud Pública indica que al 2022 hay 45.078 personas que viven con VIH y conocen su estado, 30.343 hombres, 13.999 mujeres y 736 menores de 14 años..

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La guía práctica clínica del MSP del 2019 define al virus de inmunodeficiencia humana como “un retrovirus perteneciente a la familia retroviridae que tiene dos tipos: VIH 1 y VIH 2. Ambos virus se transmiten por el contacto directo con los líquidos corporales, tales como la sangre, el semen, o los fluidos vaginales infectados por el VIH o de una madre VIH positiva al niño durante el embarazo, el parto o lactancia materna”.

El documento señala como fluidos potencialmente infecciosos:

• Sangre.

• Semen.

• Secreciones vaginales.

• Leche materna.

• Líquido cefalorraquídeo.

• Líquido peritoneal.

• Líquido pleural.

• Líquido pericárdico.

• Líquido amniótico.

• Líquido sinovial.

• Tejidos.

• Órganos.

• Cultivos celulares.

• Concentrados de virus de laboratorio.

Y como fluidos no infecciosos:

• Sudor.

• Esputo.

• Orina.

• Heces.

• Vómito.

• Secreciones nasales.

• Saliva.

• Lágrimas. (I)