Con cinco amenazas de muerte identificadas por los servicios de inteligencia locales, de las cuales dos habrían sido por envenenamiento, una de las principales preocupaciones de la procesada en el caso Metástasis Mayra Salazar Merchán es su alimentación.

La que fue relacionista pública de la Corte del Guayas y detenida por el caso de supuesta delincuencia organizada que ha penetrado en media docena de instituciones públicas se encuentra en la Casa de Confianza, ubicada en la parroquia Chillogallo, en el sur del Distrito Metropolitano de Quito.

Está en una de las celdas que ocupan las mujeres privadas de su libertad que están embarazadas o tienen hijos con ellas, por lo que cuentan con un horno microondas, dice el abogado defensor de Salazar, Leonardo Toledo.

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En ese lugar, en cada celda hay un microondas porque, como hay menores, entonces a estas criaturas hay que prepararles su alimentación. Lamentablemente, retiraron el que estaba en la celda donde está Mayra”, afirma.

Fachada de la Casa de Confianza de Chillogallo, ubicada en el sur de Quito, lugar donde está recluida Mayra Salazar. Foto: Carlos Granja Medranda

La preocupación es que, al no tener microondas en su celda, deba enviar la comida a calentar en el de una de sus compañeras que sea aparentemente su amiga, pero allí le podrían envenenar la comida, dice Toledo.

“Ella no está en un resort, no está es un hotel cinco estrellas... ¿Por qué se lo retiraron? No hay una explicación. Hemos realizado muchos pedidos al SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores). Ninguno tiene respuesta. Es importante, porque los dos atentados con dos reportes de envenenamiento ya nos hacen ver que esa es una de las formas como quieren darle de baja”, indica.

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Lo que se sabe, agrega Toledo, es que el microondas que se retiró de la celda de Salazar fue trasladado a la parte administrativa de la Casa de Confianza, donde se encuentra detenida.

“Podría pasar que, de la desesperación, Mayra caiga en un estado de depresión”.

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La agenda que habría entregado Carolina Jaume a Mayra Salazar puede ser pieza clave en el caso Metástasis, como en el caso Sobornos lo fueron los apuntes de una exasesora de Rafael Correa

La otra razón por la que necesita el artefacto, explica el abogado, es que meses antes de que sea privada de su libertad Salazar fue operada de una manga gástrica; entonces, su alimentación sí debe ser diferente: “Solamente se está alimentando de enlatados y de bebidas que le puede proporcionar su familia”.

La vida de Salazar está en manos del Estado, que está obligado a brindarle seguridad, añade.

Toledo recibe los reportes y sería el primero en ser informado en caso de un motín o si su cliente enferma.

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Una vez se reportó que venían doce personas de la cárcel de Latacunga a la cárcel donde está ella, lo que se dio en la práctica; es decir, ese día sí llegaron esas doce personas, identificadas plenamente con personas que operan o son parte de Los Lobos. No solamente que llegaron a la misma cárcel, sino que las metieron en la misma celda donde estaba Mayra”, asegura.

Mayra es testigo protegida de la Fiscalía General del Estado y acogió el sistema de cooperación eficaz, por lo que el Estado debe salvaguardar su vida.

“Mayra no solamente es importante en lo que está terminando como instrucción fiscal del caso Metástasis (que fenece el 15 de abril próximo), sino que también es una pieza mucho más importante del caso Purga. Este es el relato que ella hace de los dos años que vivió como relacionista pública de la presidencia de la Corte del Guayas”.

Toledo indica que Salazar ha reconocido que se equivocó y que no quiere quedarse solo en eso. “Me dijo: ‘Yo tengo información que estoy segura que puede servir para cambiar esa corrupción que hay en el sistema judicial, por lo menos en la provincia del Guayas, que es donde yo trabajé, pero también hay un tema de tráfico de tierras, que es terrible; o sea, que hay un sufrimiento brutal por parte de un montón de gente que ha sido despojada de sus propiedades’”, cuenta el abogado que le dijo la procesada.

En el interior de la cárcel también cuenta con papel y pluma, que fue el medio que utilizó para contarle a su abogado sobre los casos, que finalmente mencionó en su declaración anticipada, en los que está involucrado el exasambleísta socialcristiano Pablo Muentes, entre otros.

La rutina de Mayra incluye leer libros de la biblioteca que funciona en la Casa de Confianza. El libro es leído por la procesada en su celda. “Por cada libro que lee debe entregar un resumen en el que se debe detallar lo que entendió, y eso da paso a otro libro. Ella ya ha leído varios; es la forma como se distrae un poco”, dice Toledo.

También sale al patio en horarios cambiados. Tiene dos horas para estar fuera de su celda bajo el sol. Y apenas se levanta, hace ejercicios, afirma Toledo.

“Pienso que aún no nos damos cuenta de la importancia de lo que ella hizo. Se equivocó, sí, pero tal vez tenía que equivocarse para hacer la pieza que cambie esto del manejo de la justicia en Guayas”. (I)