Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Biodiversidad y la Universidad de Guayaquil reveló los distintas especies de animales vertebrados que sufren atropellamientos en la reserva Manglares Churute, ubicada en Guayas, debido a que la atraviesa una carretera.

La investigación, publicada en marzo pasado pero realizada por 12 meses entre 2016 y 2017, reveló que 224 animales murieron en los 51 kilómetros de vía que fueron estudiados.

Entre la fauna muerta están representadas 5 especies distintas de aves: garzas blancas, gallinazos negros, negros matorraleros, gavilanes caracoleros y lechuzas campanarias.

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Los científicos también encontraron mamíferos de 4 especies que fueron atropellados: zarigüeyas comunes, mapaches cangrejeros, conejos de Daule y ardillas de Guayaquil.

A su vez fueron identificadas 2 especies de reptiles afectadas: boas matacaballos de la Costa e iguanas verdes.

De los 224 animales encontrados, 89 fueron zarigüeyas, 35 gavilanes caracoleros y 34 iguanas verdes. La única especie con un solo registro fue la boa matacaballos.

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Las zarigüeyas son visitantes comunes en los centros de rehabilitación de fauna silvestre: suelen ser víctimas de atropellos y agresiones, tanto de humanos como mascotas por las creencias erróneas de que portan enfermedades o que atacan a animales domésticos. En realidad son inofensivas: su instinto ante el peligro es fingir su muerte, entrando en un estado catatónico.

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La zarigüeya común habita mayoritariamente en la Costa, en provincias como Guayas, Manabí, El Oro y Los Ríos, pero también se puede encontrar en hábitats de hasta 2.000 metros sobre el nivel del mar en provincias como Imbabura, Pichincha y Chimborazo.

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El segundo tipo de zarigüeya que habita en Ecuador es la zarigüeya andina de orejas blancas. Vive en páramos, bosques templados y subtropicales altos de la Sierra.

El gavilán caracolero, la segunda especie más atropellada según el estudio, se alimenta de caracoles, como indica su nombre. Es común en Centroamérica y Sudamérica.

De acuerdo al estudio, aunque esta especie está considerada como de preocupación menor tanto a nivel local como internacional, la población ecuatoriana antes constaba como vulnerable.

Estas aves se agrupan en bandadas de hasta 15 individuos, y se posan sobre postes eléctricos en carreteras donde solían existir humedales en la Costa. “Se sugiere evaluar si el impacto de las carreteras representa una amenaza (...). Algunos individuos atropellados podrían escapar y morir en sectores aledaños a la vía”, explica parte del texto científico publicado, lo cual significa que las tasas de atropellamiento “podrían estar subestimadas”.

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Adicionalmente, los científicos recomiendan que las políticas alrededor de la construcción de carreteras cerca o dentro de zonas ecológicamente frágiles deben ser de cumplimiento obligatorio. Esto incluiría medidas como pasos para fauna, que les permitan cruzar la vía de forma segura.

Factores como la precipitación, la proximidad a actividades agrícolas y poblados también serían factores a considerar en estudios futuros, según los investigadores.

El texto fue publicado en la Revista Peruana de Biología, y es de autoría de Mayra González y Jaime Salas.

Otra zona del país donde también se reportan atropellamientos de especies delicadas es en la isla Santa Cruz, del archipiélago de Galápagos, particularmente en la carretera que conecta el aeropuerto de Baltra con Puerto Ayora.

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La Fundación Charles Darwin dijo a EFE en octubre pasado que una de las principales causas de atropellamientos es la velocidad a la que van los autos. Algunas especies, como el canario maría, además, son más vulnerables.

Cuando un ejemplar juvenil de esta ave es atropellada, suele emitir sonidos, atrayendo a grupos de aves adultas, facilitando que sean atropellados grupos enteros de animales.

En las islas, según contaron expertos de la FCD a EFE, más de 35 especies han sido afectadas, como lechuzas, canarios maría, pinzones, mamíferos voladores y reptiles. (I)