Cuando la actual administración de la Prefectura del Guayas asumió en mayo pasado, la obra del dragado del río Guayas ya tenía una prórroga autorizada de 114 días. Desde ese entonces el consorcio Dragando por Guayas, encargado de maniobrar la draga y retirar los sedimentos, se ha retrasado otros 58 días debido a averías en la maquinaria.
Juan Carlos Proaño, director de Riegos, Drenaje y Dragas de la Prefectura, expresó en entrevista con Diario EL UNIVERSO que el consorcio ha acarreado multas por $ 560.000 desde el inicio del contrato, que ejecutó la anterior prefecta, Susana González, por $ 44 millones.
Tenían previsto retirar 1′345.000 metros cúbicos (m³) de sedimentos hasta el 17 de enero pasado. Con corte a esa fecha, debido a los múltiples retrasos, han logrado mover 1′083.000 m³. Esto significa que el consorcio tiene un retraso de aproximadamente 261.000 m³ de material.
Contrato de dragado del río Guayas se extenderá 159 días y se prevé culminará en mayo de 2025
En total, el contrato contempla el retiro de 6′250.000 m³ de sedimentos.
“El contrato se debe cumplir. Hay que ser muy claros en que se tiene un déficit respecto a lo programado en cuanto a la extracción de sedimentos (...). Al consorcio se lo ha ido multando mensualmente”, indica Proaño.
Como consecuencia de las demoras, se ha elevado la producción mensual de 250.000 m³ a 310.000 m³.
Los sedimentos actualmente se están vertiendo en dos predios en Durán: El Tejar y terrenos particulares. Una vez que ambos lleguen a su capacidad máxima se dispondrá de otros terrenos. Eventualmente, adelanta, se podría construir sobre estos terrenos.
Mesa técnica verifica avances en el dragado del río Guayas
“Es muy buena arena, tiene una buena consistencia. Habría que hacer un estudio de suelos para determinar si se puede hacer un plan habitacional o a futuro qué se puede hacer ahí”.
Aunque Proaño admite que retirar los sedimentos es un factor importante para la mitigación de inundaciones, expresa que no es el único, y que no es verdad que el dragado evitaría que se inunde la cuenca baja del río Guayas.
Para ayudar a evitar las inundaciones, agrega, el resto de provincias que son parte de la zona de influencia de los ríos Daule y Babahoyo deben tener sus propios planes de mantenimiento, que deben incluir trabajos de reforestación, que ayudarían con deslizamientos y a disminuir “la cantidad excesiva” de sedimentos que vienen desde la cuenca alta y media del río.
Proaño también indicó que tendrán una primera reunión con técnicos y autoridades de otras provincias para discutir la idea de crear un comité para el manejo de la cuenca del río Guayas.
Además, aclara que el islote El Palmar, uno de los símbolos más visibles de la acumulación de sedimentos en el río a través de los años, no desaparecerá. El contrato actual para la obra del dragado no contempla intervenir el islote en sí, sino en sus alrededores y una parte del río Babahoyo hasta la zona cerca del puente de la Unidad Nacional.
Desbordamiento de cinco ríos en Guayas y Los Ríos provoca inundaciones en vías y anega viviendas
“Por el año 2012 ya se depositaron sedimentos de un dragado que hizo el Servicio de Dragas de la Armada. Se colocaron sedimentos en El Palmar, está consolidado. Estemos claros: ese islote no va a desaparecer”, explica.
Lo que sí contempla el contrato, expone, es darle una forma hidrodinámica al islote al quitar los sedimentos a su alrededor. Deshacerse del islote significaría un costo mucho mayor al contrato actual. “No se puede dragar cada 30 o 40 años”, subraya Proaño.
Marcela Aguiñaga, titular de la Prefectura, concordó con Proaño en un enlace radial en la mañana de este jueves 29 de febrero.
“El dragado debe estar presupuestado año a año (...). Cada tres años no podemos no invertir y dejar acumular y gastar $ 45 millones”, indicó la funcionaria.
También se refirió a la creencia de que el islote El Palmar desaparecerá por el dragado. Las obras en esa zona del río no, resaltó, no contemplan deshacerse del islote, sino a mejorar la navegabilidad.
En cuanto a las demoras del contrato, subrayó que su administración asumió un contrato “engorroso” y que se “dedicaron a solucionar los problemas” del consorcio al comienzo. (I)