Las especies de monos se enferman también de fiebre amarilla con la picadura de los mosquitos.
De hecho, el Ministerio de Salud Pública (MSP) indica que en caso de encontrar monos muertos o enfermos, se debe informar al Ministerio del Ambiente de manera inmediata a través del ECU911 o al teléfono 02-3987600 ext. 1.417.
El MSP confirmó cuatro casos de fiebre amarilla en Ecuador, uno de ellos fue letal: un lojano de 26 años de edad que trabajaba en la minería ilegal y tenía otras enfermedades.
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La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda. Se llama así porque generalmente las personas enfermas presentan la piel de ese color.
El MSP indica que se transmite por la picadura de un tipo de mosquito infectado que previamente ha picado a una persona enferma.
Existen dos ciclos o formas de transmisión: selvática (Haemagogus spp. y Sabethes spp) y urbana (Aedes aegypti), indica la autoridad nacional de salud.
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“No se contagia a través del contacto personal, objetos ni por la leche materna”.
Los casos confirmados, afirma el ministro de Salud, Édgar Lama, no son importados sino que es una cepa de fiebre amarilla de la Amazonía ecuatoriana, tras resultados de análisis genéticos hechos por el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi).
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Pero ¿cuál es la relación de los monos con la fiebre amarilla?
Es importante destacar que los monos no transmiten la enfermedad a los humanos, pero sí son infectados por la picadura de los mosquitos.
La mortalidad en los primates es alta de ser infectados, por eso se los considera centinelas para la detección temprana de este virus, indica Lucía Luje, analista en Control Forestal y Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate).
“Los monos y otras especies de primates que están en Ecuador son centinelas de la enfermedad, es decir, ellos se enferman y nos permiten tomar acciones para proteger a la población humana y hacer una coordinación intersectorial entre el Ministerio del Ambiente, de Salud Pública y demás instituciones que abordan este tema”.
La fauna silvestre cumple roles importantes en la naturaleza que nos permiten la protección de los seres humanos, agrega Luje.
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Cuando las alertas se activan, dice la especialista, se realiza vigilancia activa y pasiva.
La vigilancia pasiva permite realizar monitoreos en las zonas donde se ha determinado la presencia de primates.
“A través del control y vigilancia se identifican las poblaciones, la presencia o ausencia de primates, si estos pueden tener comportamientos anormales, si es que tienen presencia de enfermedad o si hay casos de mortalidad inusual”, explica Luje.
El fin es reportar estas anomalías al MSP.
También se toman muestras en caso de requerirse y una vez que se obtiene el diagnóstico se realiza cualquier acción, como cercos de trabajo conjunto, afirma Luje.
La vigilancia activa, en cambio, comprende una búsqueda de primates más pormenorizada para determinar si existe enfermedad o mortalidad inusual y se toman muestras para el diagnóstico de la fiebre amarilla.
Este último mecanismo se activó tras el caso del lojano fallecido por fiebre amarilla en la provincia de Zamora Chinchipe.
La función del Maate es ser generador de alerta temprana.
“El momento que un mono se enferma de fiebre amarilla, nosotros notificamos de manera temprana a las entidades competentes para que ellos puedan activar todos sus protocolos de bioseguridad, toma de muestras, vacunación, control vectorial. Todo ese tipo de actividades que ellos realizan una vez que nosotros generamos la alerta temprana”, asegura Luje.
Con los monitoreos se generan las alertas en caso de que se evidenció la anomalía. “Por eso es importante la conservación de la fauna, en este caso de los primates, para que podamos también tener estas alertas y procurar el bienestar en la salud humana”.
En el caso del fallecido en Zamora Chinchipe, provincia que limita con Perú, hasta el momento se trabaja, dice Luje, en áreas protegidas y fuera de ellas.
“Hacemos monitoreo y realizando búsqueda activa de los primates para poder reportar en caso de que existiera alguna novedad. Hasta el momento no se han reportado incidentes de mortalidad inusual”.
Esta vigilancia se realiza desde 2016 y desde entonces no se registran alertas por fiebre amarilla en monos.
“Cuando se ha suscitado tal vez algún caso aislado de enfermedad inusual en monos, se han tomado muestras para descartar o confirmar la enfermedad. Hasta el momento no hemos tenido diagnóstico de fiebre amarilla en primates”.
El Maate ha priorizado algunas enfermedades para vigilar, entre las que están rabia, influenza aviar y fiebre amarilla.
Se hace con una coordinación intersectorial con el MSP y Agrocalidad.
“Se suman las tres carteras de Estado para realizar actividades de vigilancia, monitoreo y, en caso de requerirse, control del vector”.
Tras generar la alerta, se activa y refuerza la vigilancia, sin embargo, durante todo el año las tres enfermedades priorizadas son vigiladas.
Con el brote de fiebre amarilla actual hay una alerta activa para todo el territorio ecuatoriano.
“Sin necesidad de alarmar a la población, nos mantenemos vigilantes para cualquier alerta que se pueda dar”, asegura Luje.
Lo más importante de este monitoreo es determinar si existe la circulación de la fiebre amarilla en las zonas selváticas, que en Ecuador están en las provincias de Sucumbíos, Napo, Orellana, Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe y Esmeraldas. (I)