Un equipo científico liderado por la Estación Biológica de Doñana-CSIC describió por primera vez una nueva especie y varios morfotipos de insectos acuáticos de la época del Mioceno a partir de los fósiles encontrados en un yacimiento de Australia, descubierto en 2022, en Nueva Gales del Sur.

Los resultados de esta investigación ofrecen nuevos datos sobre los cambios a largo plazo que han experimentado el clima y la biodiversidad australiana, según informó este martes, 27 de agosto, en un comunicado el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

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Actualmente gran parte de Australia es árida, con grandes extensiones de desierto y pastizales, pero antes del Mioceno, hace entre 16 y 11 millones de años, la región estaba poblada de selvas y bosques tropicales.

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Debido a cambios en la temperatura y las precipitaciones, estos ambientes más húmedos solo existen ahora en pequeñas áreas en el norte del continente, próximas a la costa.

“Sin embargo, la falta de fósiles bien preservados había dificultado hasta ahora el estudio del clima y la biodiversidad de Australia”, explicó Viktor Baránov, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y primer autor del estudio.

En 2022, un equipo científico liderado por el doctor Matthew R. McCurry, conservador de paleontología del Australian Museum, junto con Baránov y otros investigadores, reveló un descubrimiento extraordinario, considerado como uno de los más increíbles del año.

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Detalles de un macho adulto de ‘Chaoborus abundans’ Foto: Viktor Baránov.

En el centro de Nueva Gales del Sur, una región situada en el este de Australia, se encontró en unas tierras una gran variedad de singulares rocas, en las que se observaban como impresos espectaculares fósiles de organismos.

Yacimientos de fósiles

Luego de diversas excavaciones, el equipo científico confirmó que se hallaba ante uno de los yacimientos de fósiles más espectaculares del mundo, al que denominaron McGrath Flat.

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Estos fósiles conservaban de manera excepcional una rica diversidad de plantas, insectos, arañas y vertebrados, y su descubrimiento permitía a la comunidad científica adentrarse en el estudio de las especies que habitaban la región antes de que las reducidas lluvias del Mioceno hicieran que sus selvas desaparecieran.

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El estudio identificó una nueva especie de Chaoboridae o ‘mosquitos fantasma’, a la que han denominado Chaoborus abundans por su gran abundancia, con representaciones de millones de larvas y pupas en todo el yacimiento.

Asimismo, se han descrito varios morfotipos de otros grupos que, aunque no ha sido posible describirlos a nivel de especie, sí que no parecen encajar en ningún otro grupo descrito con anterioridad.

Los fósiles también han arrojado algunas claves sobre la ecología de estas especies, especialmente sobre el género Chaoborus, cuya abundancia ha posibilitado un análisis detallado de su morfología y su desarrollo, así como del paisaje prehistórico del yacimiento. (I)

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