La exigencia de visado, como una manera de reducir el número de personas que van a un país con la finalidad de quedarse trabajando o seguir a otro, no ha demostrado ser la mejor opción para detener la ola migratoria de ecuatorianos que buscan llegar sobre todo a Estados Unidos.

México retomó el trámite de visa para el ingreso de ecuatorianos a partir de septiembre de 2021, luego que lo había eliminado desde noviembre de 2018, lo que repercutió en la reducción del número de ecuatorianos que fueron deportados, expulsados o retenidos en Estados Unidos por ingresar de manera irregular.

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El número de ecuatorianos deportados, expulsados o retenidos en EE. UU., la mayoría de ellos son identificados en la frontera con México, pasó de 90.275 durante 2021 a 58.297 en 2022, justo en el ínterin de la imposición de visa para ingresar al país azteca.

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Pero la disminución solo fue momentánea hasta que las bandas del tráfico de personas encontraron una nueva ruta que sigue activa hasta la actualidad, la de El Salvador de Nayib Bukele, país centroamericano que no exige visa a los ecuatorianos y que queda casi en el medio de la ruta terrestre entre Ecuador y Estados Unidos.

De hecho, el número de ecuatorianos deportados, expulsados y retenidos en EE. UU. subió a 125.150 en 2023 y durante lo que va del 2024 ya son 62.614 (entre enero y mayo).

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En lo que va de este año se supera al número registrado en los mismos periodos de años anteriores. Sin embargo, se observa una desaceleración en el número de ecuatorianos deportados, expulsados o retenidos en EE. UU., que pasó de 16.116 en abril de 2024 a 10.747 en mayo de este año.

Andrés es un ingeniero informático de 32 años de edad que laboraba como docente en el país hasta que quedó en el desempleo.

Él es uno de los 49.017 ecuatorianos que salieron en avión hacia El Salvador entre enero y junio de 2024 y que no han retornado al Ecuador, según las cifras migratorias del Ministerio del Interior.

Es un incremento del 825 % respecto del número que salió y no retornó en el mismo periodo de 2023 cuando sumaron 5.302.

La realidad de desempleo de Andrés lo motivó a tomar la decisión de iniciar la travesía en mayo de 2024 para llegar a EE. UU. pagando 8.000 dólares a los coyoteros.

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El tramo fue un vuelo aéreo entre Guayaquil y San Salvador, capital de El Salvador. Luego avanzó en bus hasta México, donde tomó otro vuelo que lo acercó a la frontera con Estados Unidos.

En menos de una semana logró entrar a la potencia norteamericana, donde ahora ya está trabajando.

Soledad Coloma, investigadora en temas de movilidad humana, indica que el número de ecuatorianos que salen del país y no regresan aumenta desde hace tres años.

Un matiz de esta nueva ola migratoria es que hay un número importante de niños, niñas y adolescentes que han abandonado el sistema escolar de un momento a otro, afirma Coloma, porque las estrategias migratorias ahora comprenden los viajes en grupos familiares.

“En la ola migratoria de los años 80 y 90 viajaban solo principalmente los hombres. A partir del 2000 se produjo la feminización de la migración, sobre todo con mujeres que fueron a España, y aparentemente lo que sucede ahora es que viajan grupos familiares completos”.

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Son adultos jóvenes con hijos en edades tempranas, pero también viajan los solteros como el caso de Andrés.

“Cañar y Azuay cuentan con unas redes consolidadas de migración irregular, entonces tienen identificados a los coyotes, poseen financistas informales que proveen los recursos económicos para estos tipos de viajes y también hay los contactos en el país de destino que es Estados Unidos”, agrega Coloma.

Sin embargo, hay provincias de la Sierra central que también se han convertido en emisoras de migrantes, como Tungurahua, Chimborazo, Cotopaxi y las provincias de la Amazonía, afirma la especialista. Los que se van del país de estas últimas “optan por la ruta del Darién (selva inhóspita en la frontera entre Colombia y Panamá), que implica trayectos más peligrosos ya que no cuentan con las redes de coyotes que hay en el Austro del Ecuador”.

La idea de migrar en grupo responde a información descontextualizada sobre que los grupos familiares tenían más chance de entrar y quedarse en EE. UU., sobre todo las mujeres que llegan con menores de edad. “Si bien ha sucedido en ciertos casos, en otros no, esto es bastante discrecional”, indica Coloma.

Las cifras solo muestran a los ecuatorianos que son retenidos, expulsados y deportados, sin incluir los que sí logran llegar como el caso de Andrés. “Tal vez no al primer intento, sino al segundo o tercer viaje”.

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La migración no se detiene cuando se dificulta a través de visados

Desde enero de 2021 hasta mayo de 2024 un total de 336.336 ecuatorianos han sido deportados, expulsados o retenidos en EE. UU.

Coloma indica que medidas como visados “lo único que hacen es precarizar y poner más en riesgo a las personas que están saliendo básicamente porque las condiciones de vida en el país se han deteriorado significativamente”.

La falta de oportunidades laborales y de acceso a la educación superior más las condiciones de subsistencia de los pequeños agricultores son algunas de las causas de la migración, señala Coloma.

William Murillo, vocero y presidente ejecutivo de 1800migrante.com, una ONG norteamericana que brinda apoyo a la diáspora ecuatoriana, tiene un criterio similar: “Las medidas restrictivas de las visas funcionan un par de meses hasta que los coyoteros y las redes de traficantes encuentran nuevas rutas”.

Ante las cifras migratorias es probable que Estados Unidos presione para que países como El Salvador exijan visa a los ecuatorianos, agrega Murillo.

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El rompimiento de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador empieza a pasar factura a estas dos naciones que han visto un aumento sin precedentes en el número de ecuatorianos en condición irregular en el país azteca.

“Según cifras publicadas por el Instituto Nacional de Migración (INM) de México, en lo que va del año 136.699 ecuatorianos han sido detenidos en ese país porque no pueden ser repatriados al Ecuador o no pueden cruzar hacia Estados Unidos por las nuevas políticas implementadas por el presidente de ese país, Joe Biden”, señala Murillo.

Son personas que congestionan los albergues mexicanos. La situación se dificulta porque no se puedan coordinar las repatriaciones o deportaciones desde México hacia Ecuador.

“A estas cifras mexicanas aumentemos el número de ecuatorianos detenidos en Estados Unidos, que en los primeros cinco meses de 2024 ya suman 62.614 casos. Tenemos la escandalosa cifra de 199.313 ciudadanos que están en indefensión y muy expuestos a sufrir abusos por parte de las autoridades migratorias y de las bandas del crimen organizado. Es una estampida migratoria de ecuatorianos”, asegura Murillo. (I)

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