Tras la muerte de María Belén Bernal es probable que aumente la desconfianza de mujeres hacia la Policía y un Estado negligente que no hace cumplir las leyes, advierte una psicóloga

Los restos óseos de la abogada María Belén Bernal fueron encontrados en el norte de Quito, luego de once días de la desaparición. Ella ingresó la madrugada del domingo 11 de septiembre a la Escuela Superior de Formación de la Policía Nacional a visitar a su esposo, Germán Cáceres, quien se desempeñaba como instructor en dicha institución y ahora es el principal sospechoso.

Grupos colectivos, feministas y de defensa de los derechos de la mujer han lamentado el trágico final de Bernal.

La psicóloga del Área de Atención Integral basada en Género del Cepam Guayaquil, Jenny Lara, indica que los casos de violencia y femicidio continuarán si no hay acciones inmediatas por parte del Estado, que a su juicio se muestra “ausente”. La profesional considera que este caso podría generar que las mujeres desconfíen más de la Policía Nacional y no quieran denunciar o buscar ayuda al sentirse desprotegidas.

Según datos de la Fundación Aldea, han ocurrido 206 femicidios entre enero y el 3 de septiembre de 2022. Y de acuerdo al INEC, 6 de cada 10 mujeres habían vivido algún tipo de violencia.

¿Cómo podemos identificar las señales de violencia para evitar un femicidio?

Primero, hay que cuestionarnos por qué las mujeres son las que debemos evitar ser violentadas. No hay factor de riesgo más grande, el hecho de que se nos conceptualice como objetos en la sociedad. Como mujeres podemos identificar la violencia, pero identificar todo tipo de violencia no asegura que no vayamos a ser violentadas, porque el agresor es el que ejerce esas prácticas de poder hacia las víctimas.

Podemos identificar señales, pero para estar alertas y brindar apoyo a otras compañeras que puedan necesitarlo. En ese sentido, señales como el control, el ejercicio de poder, los estereotipos de género, ver que se ubique a la mujer como un objeto de consumo para otros, como un objeto deshumanizado, el control de los tiempos, espacios, la minimización de sus capacidades. Todas estas prácticas que aparentemente son sutiles, pero no lo son, pasan desapercibidas y son base para otras escalas de violencia más visibles como golpes, empujones.

Ya van 206 femicidios y seis de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia. ¿Por qué incrementan las cifras?

Porque estamos frente a un Estado negligente donde no se está haciendo cumplir las leyes y políticas de violencia contra la mujer. Hay una reducción de presupuesto para la intervención de la violencia contra la mujer.

Estamos en un gobierno donde la seguridad está ausente. Entonces, son todos estos factores, a nivel estructural, que realmente están favoreciendo para este aumento de femicidios y violencia.

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¿Y cómo podemos evitarlo? Porque normalmente se señala que la mujer debe estar alerta, pero esto es un problema general como lo decía, que todos deben estar inmersos, entre estos, el Estado.

El Estado tiene que hacerse cargo de las consecuencias y omisiones que está haciendo. Tiene que aumentar el presupuesto para la intervención a la violencia contra las mujeres, tiene que asumir su responsabilidad en el aumento de los femicidios.

A nivel familiar y de la sociedad, hay que tomar conciencia de que la violencia contra las mujeres es un hecho real, que no es un concepto inventado por las organizaciones de mujeres. La forma en que la sociedad puede tomar conciencia es justamente viendo la realidad, visibilizar estas prácticas de poder donde la mujer es sometida, donde tienen la mayor carga de trabajo, menor remuneración, por ejemplo.

Y las víctimas estar atentas a las señales de afectaciones. Una víctima no es menos víctima porque no tenga una lesión física, porque ya presenta afectaciones a nivel psicológico como temores, pesadillas, una serie de sintomatología a nivel emocional.

Hay casos de mujeres que pueden salir a tiempo de ese círculo, pero el agresor continúa con esa mentalidad. ¿Es posible que un agresor cambie?

Yo espero equivocarme, pero es muy difícil porque ya hay una sociedad machista que respalda estos discursos de sometimiento a las mujeres. Hay muchas creencias, a nivel cultural, donde se avalan y se justifican los femicidios, o se culpabiliza a la víctima de ser violentada. Entonces, como nadie mira hacia el lugar del agresor, muy pocos son cuestionados.

Mientras la sociedad cada vez sea más consciente en señalar a quienes realmente corresponde, yo creo que eso va a dar paso a que tengan el peso de la ley y condena social, para que esto salga del silencio y de la normalización.

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También hay situaciones en que las mujeres viven en ese entorno y se mantienen por apego emocional o lo que mencionaba anteriormente, por dependencia económica. ¿Qué deberían hacer en esos casos?

Es que esto va más allá de la situación emocional de la víctima. Si hablamos a nivel psicológico, hay afectación y puede existir dependencia emocional, culpa, miedo, desconfianza en el sistema de justicia incluso, ausencia de redes de apoyo.

A veces hay mujeres a las que les resulta más riesgoso separarse del agresor y es un postulado real, que la separación no siempre es la solución en algunos casos porque hay agresores que aumentan y elevan sus niveles de violencia contra ellas y no debería pasar, pero suele suceder. Y mientras más aislada esté esa mujer, es más difícil salir, aunque desee salir porque quizás no tenga amistades, el agresor se encargó de alejarla. No cuentan con familiares o un vecindario que la pueda respaldar.

Lo que ocurrió con Bernal justamente en una Escuela Superior de Formación de la Policía Nacional. ¿Cree que pueda aumentar la desconfianza de las mujeres en las autoridades en denunciar o pedir ayuda?

Es probable que aumente la desconfianza si desde la Policía no se hacen cargo, si están replicando estos discursos machistas, dirigiendo la culpa a la víctima y de nuevo justificando al agresor.

Si el Estado no se hace cargo, es muy probable que la desconfianza aumente en el sistema y en la Policía, que se supone que debería ser una instancia de protección y que no está mostrando serlo. Esta figura de seguridad se ve manchada por (este caso).

Entonces, como mujeres ¿en quién podemos confiar?

Es la misma pregunta que todas tenemos. Uno de los llamados como mujer y sociedad es organizarnos en la exigibilidad de los derechos para que el Estado asuma lo que nos corresponde. Y como mujeres unirnos en esta exigencia porque somos el grupo que ocupa el mayor porcentaje del país.

Es importante estar atentas en velar porque se pongan en práctica las leyes que ya existen. Hay que estar vigilantes y de que se creen nuevos procedimientos para ello.

Ya con este contexto, ¿cómo las mujeres deben actuar si se reduce la confianza en la Policía?

Crear redes es algo que nos puede ayudar de alguna forma. Siempre tener contactos de personas de nuestra confianza donde podamos buscar esta compañía y también validar nuestro sentir.

Hay muchas situaciones de violencia que las mujeres estamos conscientes de que percibimos y que lamentablemente en nuestro alrededor se invisibilizan y se nos silencia. Entonces, en ese sentido, es importante validar lo que estamos sintiendo para pedir ayudar y hablarlo. No vivirlo en soledad, sino en comunidad. (I)