Hay vehículos nuevos que incluyen motores creados para funcionar con una calidad de combustible acorde con la normativa Euro 4, 5 o 6 (estándares que se aplican en la Unión Europea) con el fin de que generen una menor emisión de contaminantes. Solo durante el 2021 se comercializaron un total de 49.014 de estos autos de 45 modelos pertenecientes a veinte marcas (ver cuáles son en los cuadros).

Aeade se queja del combustible que se vende en Ecuador, porque tiene niveles de azufre no recomendados desde hace 20 años

Ciertas funciones de ellos no alcanzarán todo su potencial en el país, porque el combustible que se vende no cumple con los estándares mínimos que requieren esos motores creados según las normas Euro 4, 5 y 6, denominadas así porque es una legislación que rige en la UE.

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Lo que queda para sus dueños es cumplir lo que aconsejan sus fabricantes o concesionarias, como el uso de súper en el mejor de los casos, combustible disponible en Ecuador que tiene la mejor calidad, pero su precio es más alto por lo que es el tipo menos usado.

La maquinaria fabricada bajo la norma Euro 4, 5 y 6 requiere combustibles que tengan desde menos de 50 partes por millón (ppm) de azufre, lo que va bajando de forma más progresiva hasta la exigencia de tener hasta 10 ppm como límite máximo. Esta es una de las propiedades que se miden al establecer la calidad.

La gasolina y diésel que se comercializan en Ecuador son aptos para motores Euro 1, Euro 2 y Euro 3, estándares de emisiones que rigieron en Europa entre 1992 y 2000. Estas contienen más de 200 partes por millón de azufre, indica un informe de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade).

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Son motores que a más de no cumplir con el objetivo de reducir sus emisiones a los niveles para los que fueron fabricados, tampoco alcanzarán su desempeño más óptimo.

“La potencia es el asunto. No es lo mismo tener un motor diseñado para generar 100 hp (siglas en inglés de horsepower, que significa caballos de fuerza, métrica utilizada para indicar la potencia producida por el motor), pero con el uso de un combustible ideal con propiedades específicas. Al poner uno que no cumple con ese estándar, pues rendirá 80 hp, 75 hp, se pierde potencia. A ello se suma una degradación más acelerada del motor”, dice Andrés Zumárraga, técnico asesor de la Aeade.

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Genaro Baldeón, presidente de este gremio, afirma que estos vehículos con nuevas tecnologías consumen menos combustible al tener motores mucho más pequeños en términos de cilindraje. “Pero se necesita un combustible de mejor calidad. Al tenerlo se gastará menos cantidad de gasolina, en mantenimiento y se garantiza un mayor periodo de vida útil del automotor”.

A los que tienen estos autos se aconseja seguir las recomendaciones lo más posible. “Aparte de usar súper, realizar el cambio de filtros en tiempos mucho más reducidos de lo que normalmente se recomienda en otros mercados donde hay una mejor calidad del combustible”.

Además, el uso de los repuestos indicados según el modelo y la marca, dice Zumárraga. “Si se tiene un auto fabricado bajo la normativa Euro 5, ya con la gasolina súper uno se está desviando del original, peor aún si se usa extra o ecopaís, estoy perjudicando más al motor. Utilizar repuestos alternos puede perjudicar, porque los filtros tienen una capacidad que se necesita para un combustible que no tiene especificación. Hay que recordar que aquí se refiere también a impurezas que el nacional las tiene, las que entran y agreden los inyectores y pistones”.

La frecuencia con que se limpien los filtros o se haga el mantenimiento depende del modelo y del fabricante del vehículo. “Hay marcas que piden a los 5.000 km, 8.000 km o 10.000 km. Depende del tipo de motor, si es a gasolina o diésel, el tipo de elementos filtrantes y la tecnología que se haya empleado. A la final, si se hace un buen mantenimiento el auto durará más, siempre aplicar tareas de prevención será más barato a largo plazo”, asegura Zumárraga.

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Con esto, carros más modernos podrán usar todas sus funciones, el tema es que por el combustible no funcionarán de manera óptima. “Siempre se podrán utilizar, lo que se reduce es la vida útil de estos componentes. Un caso típico es el sensor de oxígeno que permite controlar la manera en que se hace la combustión, lo que se llama ciclo cerrado. Este trabajará al inicio muy bien hasta que deja de funcionar. Probablemente indicará un código de error en la pantalla”.

Un carro nuevo puede sufrir una degradación prematura que implica, por ejemplo, el cambio de un componente al año de que fue comprado. “Uno puede tener diseñado para no tener que cambiar componentes hasta los tres o cuatro años de haberlo comprado, pero por la degradación pues se hace antes. Tiene que regresar a un concesionario para una reparación o una revisión técnica al año, lo que con el combustible ideal no ocurriría”.

A los puertos del Ecuador sí llegan gasolina y diésel que tienen un contenido de azufre de diez partes por millón (ppm), por ejemplo, incluso menos, lo que corresponde a la normativa Euro 5 y 6 de la UE.

El problema es que se mezcla con el que se procesa en las refinerías del país y también va perdiendo calidad al ser transportado por los poliductos, indica Zumárraga.

En la parte suroeste del Ecuador (Guayas, Santa Elena, El Oro y Azuay) hay una mejor calidad del combustible con gasolina y diésel que tiene hasta menos de 20 partes por millón (ppm) de azufre si va de forma directa de las terminales portuarias a las gasolineras, pero va empeorando la situación en la distribución.

Al puerto de Esmeraldas también llegan gasolina y diésel con bajo contenido de azufre, pero la calidad se deteriora al mezclarse con el que se fabrica en la refinería nacional ubicada en esa ciudad.

Esto provoca en la práctica que las gasolinas que se venden tengan en promedio hasta 300 ppm en la Costa y Sierra, dice Zumárraga. Sí es por debajo de la normativa nacional, cuyo límite es hasta 650 ppm en las gasolinas (extra y súper) y hasta 500 ppm en el caso del diésel.

Si solo se toman en cuenta las regiones Costa y Sierra, pues en la práctica se usa un combustible que en el caso de extra o ecopaís tiene hasta 450 ppm, súper hasta 300 ppm, al igual que el diésel, indica Zumárraga.

Se cumple la normativa nacional pero con límites muy permisivos que en otros países, incluso de la región y los más desarrollados, ya no se aceptan desde hace más de 20 años.

Baldeón afirma que una mala calidad del combustible tiene efectos en el aire que respiramos en las ciudades y en la contaminación ambiental. “Los vehículos que se fabrican están diseñados para tecnologías muy eficientes en términos de emisiones, quiere decir que tienen bajos niveles de emisiones contaminantes como resultado de un incremento progresivo que se ha dado a lo largo de los años para que los motores tengan estas mejores condiciones de impacto en la salud y el ambiente”.

Hace más de 20 años regía la norma Euro 3 en la UE, la que ha ido cambiando con el fin de instaurar motores más eficientes y menos contaminantes.

Ahora está en vigencia la Euro 6B, normativa equivalente también en Estados Unidos, lo que implica una reducción drástica de emisiones con una serie de filtros y catalizadores que utilizan los motores que solo se activan con una buena calidad del combustible, asegura Baldeón.

El combustible que se distribuye en las gasolineras del país tiene propiedades que corresponden a las que había en la UE y en Estados Unidos desde hace más de dos décadas.

“Los motores están diseñados para que funcionen bajo la normativa Euro 5 y 6, pero se les coloca un combustible como el del Ecuador y estos no funcionan como deberían y tampoco se cumple el objetivo de reducción de emisiones, entonces de nada sirve. Se daña el vehículo y lo que sale del tubo de escape no tendrá el nivel de emisiones para el que fue diseñado”, indica.

Los usuarios de la región Amazónica, de donde se extrae la riqueza petrolera, la principal fuente de energía del mundo con la que se fabrica combustible, llevan la peor parte. Una muestra es que se ha contabilizado diésel con hasta más de cinco mil partes por millón de azufre, una de las propiedades que se analizan, el que se expende en las gasolineras de los alrededores de la refinería de Shushufindi, en la provincia de Sucumbíos.

La consecuencia es que hay varias flotillas nuevas que se empiezan a dañar en meses desde que entran en operaciones en la zona de influencia de Shushufindi. “El impacto puede ser inmediato. Las inversiones son fuertes al adquirir unidades a diésel para el transporte de personas o de carga”, menciona Baldeón.

El mejoramiento de la calidad requiere de inversiones en infraestructura para potenciar las refinerías nacionales, ampliar la red de poliductos para la distribución, lo que es caro. El subsidio a los combustibles es una traba, agrega Baldeón, ya que el precio al consumidor no corresponde con el costo real.

Ecuador tiene un máximo de gasolina de hasta 92 octanos (otra propiedad que si es más alta mejora el desempeño de los motores), el nivel más bajo de América Latina, pero el precio medio también está entre los más reducidos, superado solo por Venezuela y Bolivia en la región.

En el país se avanza en una propuesta para la importación de combustibles con calidad Euro 5.

La relación entre el rendimiento del motor, eficiencia, emisiones de gases del motor y la calidad de los combustibles se reconoce en la legislación de la UE.

Debido a la calidad de combustibles, la oferta de vehículos disponible en el Ecuador es limitada. Ecuador es el único país de la región que no tiene disponibilidad de una gasolina de al menos 95 octanos, indica un informe de la Aeade.

El Decreto Ejecutivo 1158 del 24 de septiembre de 2020 dispuso la actualización de las normas de combustibles para alcanzar un estándar de combustibles Euro 5.

Con el fin de dar cumplimiento, el Comité Técnico del Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN) actualizó las normas sobre gasolinas y diésel. Sin embargo, dice Baldeón, se han mantenido los estándares para los combustibles actualmente disponibles (extra y ecopaís de 85 octanos, con 650 ppm de azufre y súper de 92 octanos, con 450 ppm de azufre).

El Ministerio de Energía, Petroecuador y la Aeade acordaron la mejora de la calidad de las gasolinas. La meta era que a partir de enero del 2022 quedaría sustituida la actual gasolina súper de 92 octanos por una nueva de 95 octanos, con máximo hasta 300 ppm de azufre. Ahora el gremio extendió el plazo hasta abril próximo en una carta con planteamientos que enviaron al presidente de la República, Guillermo Lasso. (I)