Una gran acusación, a tan corta edad pesa sobre Devin Anthony Magarian, quien quedó arrestado en Nueva York señalado de hackeo a gran escala. Tiene 21 años y es del estado de la Florida y las autoridades dicen que es investigado por, presuntamente, “liderar una red de hackeo de teléfonos y sistemas electrónicos médicos”.

Además, señalan que habría falsificado miles de recetas médicas y vendido millones de pastillas para el dolor, difundió Univisión.

Las recetas eran de oxicodona, prometazina y codeína en todo Estados Unidos, añadió ABC 7 Nueva York.

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La cadena transmitió declaraciones de la fiscal que lleva el sonado caso y dan una visual de cuán grande es la dimensión de la acusación: “En un solo fin de semana se emitieron 18.500 recetas”.

La alerta la dio un trabajar farmacéutico. El detenido enfrenta 19 cargos en el condado de Nassau. Aunque los padres ofrecieron pagar la fianza, el juez lo rechazó, según Univisión.

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Así operaba la red de hackeo de teléfonos para falsificar recetas

A través de Telegram, explicaron a través de Univisión, “el joven de 21 años se comunicaba para informar la llegada de las recetas, que por lo general eran emitidas con nombres ficticios y enviadas a farmacias ubicadas en varios estados de Estados Unidos”.

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De acuerdo con lo divulgado por las autoridades, el chico fue detenido en Long Island, Nueva York, al tratar de vender un lote de pastillas a un agente encubierto.

La prensa identificó como Bobby Bamdad, al farmacéutico de Shafa Pharmacy en Great Neck, que notificó algo que le resultó irregular.

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Bamdad manifestó que conoce a todos los clientes a los que les surte una receta, pero en febrero pasado una no parecía correcta, explicó a ABC 7 Nueva York.

Sobre su arresto, ocurrido el 17 de enero de 2024, ese medio conoció que según registros judiciales, Magarian intentó vender oxicodona a un detective encubierto del Departamento de Policía del condado de Nassau por 2.250 dólares.

Devin Anthony Magarian y varios allegados vivían una vida de lujos, dijo la fiscal. Apuntó que compraban automóviles y entradas para disfrutar de juegos de la NBA.

Un abogado, ajeno al caso, estimó para Univisión que por su experiencia deduce que el chico puede enfrentar una pena mínima de 8 años y máxima de 20 años de prisión. (I)

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