Un grupo de investigadores asegura haber encontrado lo que podría ser el Arca de Noé. El hallazgo se sitúa al este de Turquía, específicamente en el sitio conocido como Durupinar, una formación geológica con silueta de embarcación descubierta en 1959 por el capitán turco Ilhan Durupinar.
Según Andrew Jones, principal arqueólogo del proyecto Noah’s Ark Scans, su equipo lleva desde 2019 analizando la zona con tecnología de escaneo avanzada. Los estudios más recientes, realizados mediante radar de penetración terrestre y tomografía de resistividad eléctrica, han revelado estructuras subterráneas que, según Jones, no coinciden con formaciones naturales.
Entre los elementos detectados se identifican cámaras y corredores que alcanzan hasta nueve metros de profundidad, con patrones similares a los de una nave construida.
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Coincidencias descritas en la Biblia
La particularidad más llamativa es que la longitud de la estructura encaja con las dimensiones descritas en la Biblia, en la que Dios le dice a Noé las medidas que iba a tener el arca.
“Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura y de treinta codos su altura”, dice Génesis 6:15.
Además, el lugar se encuentra en las montañas del Ararat, región mencionada en los relatos religiosos como el sitio donde habría descansado el arca tras el diluvio.
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“Y en el mes séptimo, el día diecisiete del mes, el arca descansó sobre los montes de Ararat”, dice la Biblia en Génesis 8:4
Si bien algunos científicos sostienen que se trata únicamente de una curiosa formación geológica, las pruebas de suelo ofrecieron otros indicios relevantes: se encontró una concentración casi tres veces mayor de materia orgánica en comparación con las áreas vecinas, junto con niveles elevados de potasio, lo que podría señalar la presencia de madera en descomposición.
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Cabe destacar que la historia del Arca no solo es relevante para el cristianismo, sino también para el islam. Ambos credos mencionan un gran diluvio y un barco salvador que se habría asentado en una zona montañosa. Para los pobladores locales, el lugar es conocido como Al-Judi, nombre que también aparece en el Corán.
Durante décadas, el sitio ha captado la atención de investigadores y aventureros. Entre los más conocidos, el explorador estadounidense Ron Wyatt impulsó diversas investigaciones entre los años 70 y 90. Posteriormente, nuevos estudios geofísicos en 2014 y 2019 añadieron más elementos de intriga al lugar.
En 2021, un equipo científico turco, acompañado por medios internacionales como History Channel, emprendió la investigación más exhaustiva hasta ahora. La misión no solo busca verificar la posible autenticidad del hallazgo, sino también planificar la conservación del sitio.
Actualmente, el equipo colabora con universidades turcas en el diseño de un plan de protección antes de iniciar excavaciones más profundas. El objetivo es establecer con certeza si las estructuras detectadas son producto de la naturaleza o si realmente pertenecen a una antigua embarcación como la descrita en la Sagrada Escritura. (I)
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