El saldo de víctimas fatales de los incendios en Hawái, los más mortíferos en más de un siglo en Estados Unidos, alcanza las 93 personas y según las autoridades podría aumentar, en medio de duras críticas a la gestión de la crisis por parte de las autoridades.

Solo una pequeña parte de la zona incendiada pudo ser rastrillada en busca de víctimas. “Ninguno de nosotros conoce todavía la magnitud” del desastre, reconoció John Pelletier, jefe de la Policía de Maui.

El fuego impactó o destruyó más de 2.200 estructuras en el pueblo costero de Lahaina, en el oeste de Maui, informó la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), que estima pérdidas por 5.500 millones de dólares solo en esa zona.

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El calor de las llamas era tan fuerte que los cuerpos recuperados son difíciles de identificar, explicó Pelletier. Solo dos de ellos pudieron ser reconocidos.

El incendio “fundió el metal”, ejemplificó el jefe de Policía, quien llamó a los familiares de las personas desaparecidas a someterse a pruebas de ADN para tratar de identificar los restos encontrados.

Críticas

Las críticas por la reacción de las autoridades aumentan. Los residentes se quejan de la falta de advertencias sobre la llegada del fuego, que dejó atrapadas a decenas de personas en la turística localidad de Lahaina.

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“La montaña atrás de nosotros se prendió en fuego, y ¡nadie nos avisó!”, reclamó Vilma Reed, de 63 años.

Reed, cuya casa quedó destruida, dijo que huyeron de las llamas solo con lo puesto y ahora depende de donaciones y de la amabilidad de extraños.

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“Esta es mi casa ahora”, relató la mujer al señalar el auto en el que durmieron con su hija, su nieto y dos gatos.

La fiscal general de Hawái, Anne Lopez, anunció que emprenderá “una revisión exhaustiva de la toma de decisiones críticas y de las políticas en vigor”.

Lahaina, un pueblo de más de 12.000 habitantes que en el pasado fue la capital del reino de Hawái, quedó en ruinas y sus tiendas, hoteles, viviendas y restaurantes quedaron reducidos a cenizas.

Una majestuosa higuera, que durante 150 años estuvo en el centro de la localidad, sobrevivió a las llamas, pero perdió sus hojas y sus enormes ramas desnudas quedaron chamuscadas y llenas de hollín. (I)

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