Muchos de los líderes políticos están protegidos por autos blindados, guardaespaldas y estrictos protocolos de seguridad, para cada uno de sus desplazamientos y apariciones en público, aunque en los países nórdicos no es tan frecuente ese tipo de seguridad.

Estos personajes son el centro de atención en actos políticos, mítines electorales, celebraciones, entre otros eventos. Estar expuestos ante grandes multitudes de personas los coloca como blanco en ciertas situaciones en las que, ante cualquier fallo en el sistema de seguridad, se pueden producir circunstancias de riesgo.

Han existido casos como el de John F. Kennedy en 1963 hasta el reciente asesinato del exprimer ministro de Japón Shinzo Abe.

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El caso más reciente de un atentado ocurrió en Argentina anoche cuando un hombre brasileño, de 35 años, fue detenido por apuntar con un arma, a pocos centímetros de la cabeza, a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.

Todo esto mientras ella saludaba a la multitud de personas que se agolpaba en las inmediaciones de su domicilio. Por motivos que se desconocen, la pistola, cargada con cinco balas de calibre 380, no logró disparar la bala, único motivo por el que Fernández pudo salvar su vida.

¿Qué es un magnicidio?

La definición de la Real Academia Española (RAE) indica que se trata de una “muerte violenta dada a una persona muy importante por su cargo o poder” en la sociedad. Por ende, es el asesinato violento de un miembro de un gobierno o de la oposición, esto también incluye líderes religiosos hasta celebridades.

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A lo largo de la historia reciente, han sido muchos los magnicidios cometidos contra personas relevantes. El más reciente ocurrió el pasado 8 de julio cuando el ex primer ministro japonés, Shinzo Abe, fue abatido a tiros durante la celebración de un mitin político en plena campaña electoral.

Un año antes, el 7 de julio de 2021, fue el presidente de Haití, Jovenel Moise, quien resultó asesinado a manos de un grupo de hombres armados que entraron en su residencia de Puerto Príncipe.

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El presidente haitiano, Jovenel Moise. EFE/ JEAN MARC HERVE ABELARD/Archivo Foto: EFE

Han exisitido muchos líderes asesinados a lo largo de la historia. En 1995, fue el primer ministro israelí Isaac Rabin el que recibió dos disparos mortales por parte de un ultranacionalista opuesto a sus iniciativas en el conflicto palestino-israelí. En 1986, en Suecia, el ex primer ministro Olof Palme, fue asesinado de un tiro por la espalda en plena calle cuando volvía del cine con su esposa.

El 22 de noviembre de 1963, se produjo uno de los magnicidios más mediáticos de todos los tiempos, el del presidente de Estados Unidos John F. Kennedy. Foto: Archivo

Quizás, el magnicidio más recordado es el del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, en 1963 tras recibir dos disparos mortales mientras circulaba en el vehículo presidencial por la ciudad de Dallas. Cinco años después, su hermano, Robert Kennedy, también murió asesinado durante la campaña electoral en California.

El pastor Martin Luther King Jr. fue el creador de la Campaña por los pobres.

Ese mismo año, en 1968, en plena lucha por los derechos de las personas negras, moría de un disparo en la cabeza el activista Martin Luther King mientras saludaba a sus seguidores desde un balcón en Memphis. (I)