Este lunes Ida se movía hacia el norte de Estados Unidos, ahora como una peligrosa tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora y amenazas de marejada ciclónica, tras devastar como un potente huracán Luisiana, donde dejó al menos un muerto y más de un millón de clientes sin energía eléctrica.