El número de muertos ha aumentado a 106, cuando ha transcurrido más de una semana del inicio de los incendios forestales en la isla hawaiana de Maui, mientras unas 1.300 personas siguen en paradero desconocido.

Mientras se desvanecen las esperanzas de que se encuentren sobrevivientes en Lahaina continúa la búsqueda, por eso fue considerado milagroso el hallazgo del grupo, muchos de los cuales estaban en paradero desconocido. Fueron encontrados refugiándose en una residencia privada aislada donde la electricidad y las líneas telefónicas habían fallado.

Equipos de rescate siguen buscando este miércoles víctimas entre los escombros de los devastadores incendios en Hawái. Para la identificación de los muertos se instaló una morgue provisional.

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El gobernador del archipiélago, Josh Green, ya advirtió varias veces que el balance final del incendio que arrasó la semana pasada la ciudad de Lahaina -el más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo- podría incluso “duplicarse”.

Dos mexicanos muertos

Entre los fallecidos figuran dos mexicanos, según la cancillería del país latinoamericano, que no dio detalles sobre las circunstancias de la muerte.

Hasta la fecha, sólo un cuarto de la zona siniestrada en Lahaina, en el litoral oeste de la isla de Maui, ha sido rastreada por perros entrenados en tareas de búsqueda de cuerpos, según Green.

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Unos contenedores refrigerados fueron instalados en la isla, a modo de morgue provisional, además de personal del ministerio de Salud, para agilizar el complicado proceso de identificación de las víctimas, constató un periodista de la AFP.

Turistas surfean en Kihei, Maui, Hawái, EE. UU., 15 de agosto de 2023, a solo 32 km al sur de Lahaina. Muchos residentes de Maui y especialmente los habitantes de Lahaina están molestos y heridos al ver a los turistas disfrutar de las mismas aguas en las que murieron tantos de sus conciudadanos durante el incendio de Lahaina. Foto: EFE

Green hizo hincapié en que las autoridades harán todo lo posible para evitar que promotores inmobiliarios se aprovechen de la situación para comprar terrenos.

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“Nuestro objetivo es tener un compromiso local --para siempre-- con este comunidad, mientras reconstruimos”, dijo.

“Nos aseguraremos que hacemos todo lo que podamos para evitar que la tierra caiga en manos de personas de fuera”, añadió.

Difícil identificar a las víctimas

El proceso para identificar a las víctimas avanza lentamente. Las autoridades habían recogido muestras de ADN de 41 personas con familiares desaparecidos en la tragedia.

Sólo cinco de los fallecidos habían sido identificados.

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Funcionarios del condado de Maui difundieron dos de sus nombres después de haber notificado su muerte a los allegados.

Cientos de personas siguen dadas por desaparecidas, aunque este número se va reduciendo a medida que las comunicaciones se restablecen en la isla.

Foto del 15 de agosto de 2023, en que se ven los restos de coches y casas calcinados tras un incendio forestal arrasó un barrio de Lahaina, Hawái, EE.UU. Foto: EFE

En Lahaina, que tenía 12.000 habitantes antes de la tragedia, más de 2.000 edificios quedaron destruidos y muchas viviendas arrasadas. Esa ciudad en el pasado fue la capital del reino de Hawái.

El mandatario firmó rápidamente la declaración de catástrofe natural para poder financiar los equipos de emergencia y la reconstrucción.

La gestión de la crisis ha sido duramente criticada y muchos habitantes han dicho sentirse abandonados por las autoridades.

Cientos se lanzaron al mar

“Lo que ocurrió, en mi opinión, roza la negligencia (...) Sólo estoy aquí porque me salvé yo misma”, aseguró a la AFP Annelise Cochran, una mujer de 30 años que sobrevivió a las llamas porque se lanzó al mar.

Cuando se vio rodeada por las llamas en el malecón de Lahaina, esta nadadora experimentada no lo pensó dos veces y, como otras personas, vio que lanzarse al mar era su única alternativa. Pasó entre cinco y ocho horas en el agua, aferrada al muro de rocas que bordea el fin del malecón, antes de que pudieran rescatarla.

Un caso similar vivió el argentino Nicolás Vázquez. Ahora se encuentra en un refugio, pero cuando vio el fue dejó su auto en una carretera congestionada y se lanzó al mar.

Pasó ocho horas en el agua antes de ser rescatado. Nicolás contó en Infobae que había llegado a la isla tres días antes y se quedó encerrado en un embotellamiento de autos mientras el fuego se acercaba desde adelante y atrás. Decidió bajarse y tirarse al agua. A salvo entre las olas, vio cómo las llamas engullían todos los autos que habían quedado atrás.

Nicolás cuenta que tuvo que estar ocho horas dentro del agua y se tenía que meter abajo del agua cada vez que se venía toda la humareda con el fuego. Vio gente morir. Recién a las 3 de la mañana lo fueron a buscar.

Más de una semana después del devastador incendio, las autoridades de Maui intentan dar refugio a los supervivientes, que perdieron casi todo. Unos 2.000 alojamientos (habitaciones de hotel, establecimientos Airbnb o de particulares) son accesibles gratuitamente para los residentes durante al menos 36 semanas.

Polémicas

Pero, las polémicas y las críticas sobre la gestión de las autoridades ante este tipo de catástrofes no dejan de crecer.

Muchos señalan que algunos equipos de bomberos no pudieron actuar rápidamente porque las bocas de incendio estaban secas o con un caudal muy bajo.

Estos incendios acontecen en medio de un verano marcado por fenómenos extremos en todo el mundo, como los fuegos sin precedentes en Canadá, todos ellos relacionados con el cambio climático según los expertos.

Otros residentes también expresaron su malestar con los turistas, porque a pesar de la tragedia muchos viajeros retozan en las playas de los hoteles de lujo, a escasos kilómetros del desastre.

De hecho, muchos siguieron llegando a la isla provocando la ira de los pobladores cuando aún intentan asimilar las consecuencias de la tragedia.

Por ejemplo, este lunes, en Wailea Beach, en Maui, el cielo estaba brillante y despejado. En los hoteles de lujo alineados frente a la playa, los huéspedes estaban esparcidos por la arena. Algunos se metieron en el océano, mientras que otros se sentaron bajo sombrillas con toallas blancas. (I)