Un perro con un comportamiento “fuera de lo normal” llamó la atención de su dueña, quien, preocupada, buscó atención médica. No fue fácil hallar la respuesta.

Su mascota, a la que abrigó desde los 18 meses, en ese entonces tenía 8 años y lo diagnosticaron, en Argentina, con síndrome de disfunción cognitiva senil.

La mascota, Octavio, es un shar Pei. Hoy tiene 15 años y es el centro de los cuidados de Estefanía Bruggia, quien contó a el Clarín, el proceso para dar con el cuadro clínico de su perro.

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En su tratamiento, por raro que parezca, incluyeron Rivotril, el medicamento conocido también Clonazepam, que según el Vademécum tiene propiedades anticonvulsivantes.

Octavio, refiere la prensa, “se suma a los cerca de 3 millones de individuos (humanos) que consumen psicofármacos bajo prescripción médica, según datos de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR)”.

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Qué pasaba con el perrito Octavio

Octavio, quien vive con Estefanía en Barracas, Buenos Aires, no podía estar solo.

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La mujer recuerda que “se quedaba duro, sin moverse un tiempo que no era normal (…) se alteraba muchísimo al momento en que lo dejaba solo”.

“Necesita el contacto humano permanente, no toleraba ni media hora de soledad, pero yo digo que tiene personalidad de gato, se queda a un costado, solo quiere sentirte ahí”, observaba.

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En palabras de un veterinario, la mascota “se pasaba toda la noche llorando, gimiendo y deambulando”.

El cuadro de Octavio era de senilidad, vejez, se llama síndrome de disfunción cognitiva senil, muy grave, enfatiza Juan Enrique Romero

Tratamiento para el perro

El especialista dice: “Lo medicamos con un producto que es para el Parkinson en humanos, que está aprobado por la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos), un producto llamado Selegilina, para su disfunción cognitiva senil. Además, medicamos su destrucción de la serotonina con Fluoxetina”.

Para la ansiedad en el Shar Pei hubo atención y Romero, en términos científicos, señala: “La Fluoxetina, por ejemplo, es un antidepresivo en humanos, pero un ansiolítico en el perro (...)”.

Existen muchísimos casos de drogas de uso humano que aplican perfectamente o tienen sus efectos altamente comprobados en medicina veterinaria, dijo al Clarín.

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Hay drogas humanas que no se pueden usar en veterinaria por sus efectos tóxicos y hay otras que sí

Para hacer entender al resto de los humanos, el veterinario manifiesta: “La salud mental está considerando a nuestros pacientes como seres sintientes, sensibles y sufrientes, y no como cosas fuera de la medicina hegemónica. Hoy hay mejor diagnóstico porque hay mejor formación de los médicos veterinarios”.

Octavio cuando tenía 18 meses llegó a la vida de Estefanía, su dueña. Foto: Tomada de Clarín

El cambio se nota

Consultada Estefanía sobre si Octavio tuvo mejoría con el tratamiento con Rivotril responde: “Mejoró”.

“El carácter es el mismo, pero si me iba cinco minutos era un escándalo, ladraba, se angustiaba. Hoy, ya no se desespera”.

Yo no sabía que existía el síndrome de disfunción cognitiva senil (…) los médicos anteriores me decían cualquier cosa

De acuerdo con el veterinario, “hay etólogos clínicos que son especialistas en conducta y neurólogos en medicina veterinaria especializados en este tipo de problemas”. (I)

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