Analistas políticos consultados por EL UNIVERSO destacan los hechos que llevaron a Daniel Noboa Azín (ADN) al triunfo electoral en segunda vuelta frente a Luisa González, de la Revolución Ciudadana (RC), pero también resaltan los desafíos que tiene el mandatario para los próximos cuatro años, como construir legitimidad, una agenda y una articulación política a nivel de la Asamblea Nacional.
El consultor Antuan Barquet considera que con la reelección de Daniel Noboa, el país se encamina a consolidar y posiblemente expandir las políticas iniciadas en su primer mandato. Durante la campaña, Noboa enfocó sus propuestas en fortalecer la seguridad nacional y reformas institucionales, lo que apunta hacia una continuidad en su esfuerzo por mejorar estas áreas críticas. Su victoria sugiere un respaldo significativo del electorado hacia un enfoque gubernamental que prioriza la estabilidad económica y la seguridad, añade.
Esta elección no solo reflejó una división ideológica, sino también los retos asociados al partido de Luisa González, pues la campaña de la candidata de la lista 5 se vio afectada por las controversias y el historial de la Revolución Ciudadana, lo que posiblemente influyó en la percepción pública y la efectividad de su mensaje político. Este contexto resalta la preferencia de los votantes por políticas que promuevan el mercado, en lugar de un regreso a un Estado más intervencionista.
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Con Noboa reelegido, existe una oportunidad de abordar de manera más estratégica y decidida los desafíos pendientes. Su segundo mandato presenta una ventana crucial para fortalecer las instituciones y asegurar una recuperación económica inclusiva, enfrentando así los principales desafíos que persisten en el país, afirma Barquet.
La analista política Estefanía Luzuriaga considera que la tendencia en los resultados de este domingo reconfigura el mapa político y emocional del país. El gobierno que emerge de este proceso enfrentará un doble reto: traducir la legitimidad electoral en capacidad real de gestión y construir gobernabilidad en un escenario institucional fragmentado especialmente en el Poder Legislativo.
La ciudadanía no ha votado por un proyecto ideológico, sino por una promesa de eficacia. Esto obliga al Ejecutivo a sostener una estrategia de comunicación que no solo administre expectativas, sino que legitime el ejercicio del poder con resultados visibles y un relato coherente, agrega.
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Luzuriaga sostiene que el nuevo gobierno deberá gestionar con una narrativa transversal que conecte con el tejido social disperso, combata la desafección política y, sobre todo, recupere el vínculo emocional entre el Estado y la ciudadanía. Con un periodo presidencial de cuatro años por delante, se abren márgenes más amplios para construir legitimidad, agenda y articulación política. Si el Ejecutivo logra estabilizar su coalición parlamentaria y construir marcos de gobernanza cooperativa —más allá de alianzas coyunturales—, el nuevo gobierno podría activar procesos de reforma sostenibles.
El consultor político Leonardo Intriago señala que el resultado del balotaje marca una tendencia del comportamiento electoral, que demuestra, una vez más, que la gran mayoría de los ecuatorianos prefiere la democracia, la libertad, las buenas relaciones internacionales y continuar con esta nueva forma de hacer política.
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En este proceso electoral, el candidato Daniel Noboa siempre superó a la candidata del correísmo, Luisa González. La victoria de Daniel Noboa es el resultado de una estrategia mejor planteada y ejecutada. Su equipo leyó con acierto el camino que debió tomar para persuadir a aquellos votos que le fueron esquivos en la primera vuelta.
Según Intriago, el candidato Noboa tuvo un fuerte despliegue en territorio, georreferenciando las provincias que requerían una mayor presencia del candidato y su mensaje, convenciendo al electorado con su propuesta, firme y conectada con las necesidades ciudadanas.
Otro factor por resaltar fueron las acciones que tomó para demostrar cuál será el camino que transitará en los próximos cuatro años, por ejemplo, la cooperación internacional para el combate al narcotráfico y el crimen organizado. Noboa conectó con los jóvenes y los adultos mayores, quienes le han dado la confianza para gobernar e impulsar políticas innovadoras, incluyentes y participativas.
Entre los desafíos que tendrá el presidente electo Daniel Noboa, detalla que debe afianzar y sostener la confianza ciudadana, unir a un país polarizado, propender a la verdadera unidad nacional y la gobernabilidad, subraya Intriago.
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Juan Rivadeneira, analista político, comenta que el principal acierto del candidato-presidente en la segunda vuelta fue acercar el Gobierno a los ciudadanos de distintas formas. Sus visitas, las de sus ministros y los bonos entregados, funcionaron para su campaña.
El factor miedo fue trascendental en esta elección, afirma, pues ese miedo se originó en declaraciones de voceros de González: dolarización a la ecuatoriana y poner en duda al dólar, como lo hicieron su asambleísta electa, el expresidente Correa y el excanciller Patiño, respectivamente. Eso fue capitalizado por Noboa en una campaña de contraste. Lo cierto es que el nuevo Gobierno comienza hoy, la única transición será en la Asamblea y el presidente Noboa deberá actuar rápido para tomar decisiones de arranque que le aseguren gobernabilidad y solucionar problemas de los ecuatorianos.
Ricardo Flores, también analista político, sostiene que los resultados, sin ninguna duda, han sido una sorpresa. Se esperaba un resultado mucho más ajustado y, sin embargo, el presidente candidato Daniel Noboa ha sido reelecto con una diferencia de más de un millón de votos sobre la candidata González.
Añade que existieron diversos factores que pudieron haber influido en este resultado, entre los cuales destaca el voto masivo de los adultos mayores, un mejor y más eficiente control electoral por parte del movimiento ADN y, tal vez, la prohibición de tomar fotos a la papeleta pudo haber evitado un voto coaccionado.
Está claro, agrega, que el apoyo condicionado de Leonidas Iza a González no le benefició en absoluto, por el contrario, las provincias con mayoría indígena votaron de forma mayoritaria por Daniel Noboa. Esta derrota puede ser un punto de inflexión para el correísmo, ya que es la primera vez que pierde de una forma tan categórica y pierde en provincias como Guayas y El Oro, lugares donde históricamente había sido mayoría.
Por su parte, el presidente sale muy reforzado, puede esgrimir que su voto no es solo un voto anticorreísta, ya que superó su votación anterior, sino que ha logrado construir un voto “noboísta”. No obstante, un triunfo así de categórico también implica que la gente espera que, en estos cuatro años, el presidente pueda resolver los problemas que en año y medio no pudo hacerlo, principalmente el tema de la inseguridad ciudadana, puntualiza Flores.
Tatiana Quinga, politóloga, dice que los resultados en la segunda vuelta no eran los esperados, considerando el margen de distancia que existe entre ambos candidatos, pues al inicio se pensaba que iba a haber una ventaja mínima, pero la tendencia fue otra cosa ya con los resultados oficiales anunciados por el CNE.
La analista política comenta que la tesis del correísmo de un supuesto fraude electoral no tiene cabida considerando la cantidad de observadores y el número de delegados de cada organización política en las juntas receptoras del voto, lo que prosigue son las instancias a las que tiene que apelar la Revolución Ciudadana, pero evidentemente, viendo como ha actuado el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), lo más probable es que no pase esta denuncia de fraude.
El reto que tiene el mandatario es lograr la gobernabilidad en la Asamblea Nacional, donde ADN constituye una organización política que se está conformando y además es un cúmulo de los retazos de asambleístas que militaban en otros partidos, y, por otro lado, existe una Revolución Ciudadana de oposición que tiene una base sólida y con estructura, eso será clave para determinar las alianzas que se formarán en el nuevo periodo.
José Manuel Portugal, analista político, señala que el Ecuador se ha manifestado y los resultados electorales denotan una voluntad mayoritaria en la que -a pesar de los muchos errores cometidos a lo largo del ejercicio de gobierno hasta ahora– el pueblo ha decidido darle una nueva oportunidad al actual presidente para que con un fuerte impulso electoral inicie un nuevo periodo de cuatro años al frente del Poder Ejecutivo.
Los resultados sorprenden un poco, añade, por la marcada diferencia existente, toda vez que todas las encuestas previas marcaban prácticamente un empate técnico, lo cual en la realidad se transformó en una diferencia de un millón de votos, casi diez puntos, siendo la peor derrota sufrida por el correísmo a lo largo de la historia.
Es interesante el análisis de los cambios en la votación dada entre la primera y segunda vuelta. El presidente pudo capitalizar de mejor manera la votación blanda e indecisa pos primera vuelta y las estrategias de ataque y miedo surtieron los efectos esperados en desmedro de la otra candidata, afirma Portugal.
Destaca que son tres elecciones consecutivas en las que dicha tendencia encaja una derrota, lo cual podría llevar a pensar que si el gobierno actual aprovecha la coyuntura podría desarticular la fortaleza de la RC5, sumando a ello la debacle del resto de partidos y movimientos políticos, marcando un claro antes y después en esta etapa democrática del país.
Para Portugal, una nueva etapa comienza para el Ecuador, ojalá la campaña sucia, los ataques, las mentiras, la improvisación queden atrás y se empiece a pensar en función de las políticas públicas que se requieren para atacar las problemáticas sociales que agobian a nuestra realidad como país.
Que este proceso electoral sirva para que todos los actores políticos hagan un verdadero análisis de legitimidad dentro de los movimientos y partidos políticos y comiencen a dar paso a nuevos liderazgos por el bien del país, sostiene. (I)