La Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) publicó un estudio respecto a los efectos que tendría el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Ecuador y China, cuyo documento aún espera la votación de la Asamblea Nacional.

El estudio fue preparado por José Durán Lima, jefe de la unidad de integración regional de la división de comercio internacional e integración de la Cepal, y también participó el consultor Jesús Morales Piñero.

El Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador encargó a la Cepal, la elaboración de un estudio para medir los posibles impactos de un acuerdo comercial con China, en el marco de la asistencia técnica que brinda ese organismo.

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El proyecto se denominó “Estudio del impacto de la dinámica comercial e integración regional dado un eventual acuerdo Ecuador-China”.

Este estudio fue entregado al Ministerio de Producción hace seis meses, en agosto de 2023, pero la cartera de Estado no hizo público los resultados, y tampoco se puede encontrar en el portal web de la entidad.

Igualmente no se expuso, ante la Asamblea Nacional, la información recabada en dicho estudio cuando se discutía a nivel de la comisión de Relaciones Internacionales el acuerdo comercial, lo cual provocó el reclamo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana y el pedido por parte de la legisladora Raisa Corral (RC).

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Cepal hizo simulaciones y determinó que ante un posible acuerdo de libre comercio con China, la variación del PIB para el período 2021-2035 alcanzaría el 0,47% en el caso de un acuerdo de libre comercio que abarque todo el universo arancelario, y un 0,39% en el evento que se excluyan los sectores de textiles, confecciones y calzado, maquinarias y equipo, electricidad y electrónicas, y autos. Asociado a dicha tasa de expansión, para el primer año de vigencia del acuerdo, el cambio en el PIB sería de 0,31% en el escenario de liberalización completa, y de 0,14% en el escenario en que hay sectores excluidos.

Las simulaciones muestran un cambio negativo sobre el empleo, con una caída de 0,08% en el primer periodo de suscripción de un posible acuerdo de amplia desgravación, y una caída un tanto menor de 0,04% en el caso de un acuerdo con excepciones.

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Los sectores vinculados a la agricultura, caza y pesca, así como alimentos, bebidas y tabaco reciben caídas leves no superiores al 1%, en tanto que los productos manufactureros recibieron alzas menores entre 1 y 7%.

La caída proyectada del empleo, señala el estudio, se explica por una sustitución del insumo trabajo por los bienes intermedios y de capital, que se tornarían más baratos tras la suscripción de un acuerdo con China.

Sobre la balanza comercial, el estudio concluye que si bien las exportaciones van a crecer hacia China, las importaciones lo harán de manera exponencial con lo cual se ampliará la brecha comercial lo que constituye en un escenario poco plausible.

El análisis realizado conforma que los mayores efectos positivos por el lado de las exportaciones se concentran en los sectores de agricultura, selvicultura, caza y pesca, alimentos, bebidas y tabaco, y madera, celulosa y papel. Todos estos sectores recibirían aumentos de corto plazo de entre el 7% en un escenario únicamente de liberalización arancelaria con exclusiones, a alzas del 18% al 30%, en los casos en que además se impulsa la liberalización de bienes de capital e intermedios.

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En el caso de las importaciones desde China, el informe, señala que un escenario de liberalización completa da como resultado su crecimiento exponencial, con una tasa de 47%. En el mismo escenario la tasa de crecimiento de las exportaciones de Ecuador a China es de únicamente 7%, el saldo comercial proyectado hacia del 2035 se empina por sobre los $3 mil millones, por lo que no resulta un escenario plausible.

Ante una eventual negociación de un acuerdo comercial con China, la Cepal recomienda articular esfuerzos para que las diferentes instituciones del Estado involucradas en una negociación de este tipo se mantengan coordinadas entre sí como son Cancillería, Ministerios económicos y sociales, Instituto de Estadísticas, Aduana, Banco Central, y otras dependencias públicas, así como también con las instituciones del sector privado vinculadas al comercio exterior, esto es, cámaras de comercio exterior, industria y pequeños y medianos empresarios, así como asociaciones de productores de la pequeña agricultura familiar. Tal articulación y diálogo permitirán a los negociadores conocer de manera más directa las líneas rojas y eventuales riesgos con los que se enfrentarán al momento de abordar la puesta en marcha del acuerdo suscrito. (I)