NOTICIAS

Publicidad

El adiós de Abdalá Bucaram a Alfredo Adum: ‘Éramos tan complementarios que nos decían Batman y Robin’

Este es el mensaje de redes sociales que el expresidente le dedicó a su amigo de toda la vida, que falleció este 24 de noviembre, debido al cáncer.

Alfredo Adum Ziadé fue prefecto y legislador de Guayas, y ministro de Energía en el gobierno de Abdalá Bucaram. Foto de Archivo Foto: El Universo

Publicidad

En un extenso mensaje en la red social X (antes Twitter), el expresidente de la República, Abdalá Bucaram, expresó su pesar por el fallecimiento de su amigo y funcionario de su gobierno, Alfredo Adum.

Adum falleció de cáncer, a los 71 años, la mañana de este 24 de noviembre. Ambos de familias de origen libanés, se conocieron en la infancia e hicieron política juntos por más de tres décadas.

“Falleció Alfredo Adum, mi hermano del alma, un guerrero de la vida, mi corazón está partido y no aguanta más. En una época de tanta maldad y deslealtad, Alfredo representaba el amor a la amistad sincera y leal.

Publicidad

Siempre soñó con volver a enarbolar la bandera del Partido Roldosista pero su enfermedad no se lo permitió.

Nos conocimos desde jóvenes y juntos afrontamos una Alcaldía y Prefectura inolvidables, nos comíamos los caminos construyendo obras y en las noches cenábamos en diferentes puntos de la ciudad.

El era duro en la palabra pero tenía un gran corazón. Nunca se cansó de repetirme que yo era el hermano que nunca tuvo y que me seguía porque yo era muy inteligente, yo en cambio siempre alabé su integridad.

Publicidad

Nacimos el mismo día un 20 de febrero de 1952, en el mismo barrio, uno del otro por Brasil y Santa Elena, y el destino nos unió, era casi gemelo mío en nuestra personalidad pero nos respetábamos tremendamente.

Luché mucho cuando murió su hijo Alfredo porqué el dolor lo consumía y un día en una de sus haciendas donde me tenía escondido cuando dieron el golpe de estado a (Lucio) Gutiérrez me confesó que pensaba que ya no creía en Dios porqué permitió que Alfredito muriera; luché y lo retaba por pensar así, Alfredo soportaba que yo le hablará duramente igual que yo cuando él lo hacía.

Publicidad

Alfredo Adum es vecino de Jaime Nebot en Isla Mocolí y aunque el día más feliz de su vida política fue cuando el PRE le ganó la elección presidencial, dice que tienen una amistad

Me dio alegría cuando hace seis meses, comiendo comida árabe, me dijo que con el cáncer que tenía debió morir hace ocho años pero me expresó: yo creo que Dios me tiene vivo, a mí se me salieron las lágrimas y lo abracé, volvió a creer en Dios.

En campaña no había esfuerzo económico y personal que no hiciera y siempre declaró: el día más feliz de mi vida fue cuando nacieron mis hijos y ganamos la presidencia. Ese día Alfredo lloró como un niño abrazados como hermanos. No hubo secreto mío o de el que no supiéramos pero esos se van a la tumba con nosotros.

Alfredo era íntegro y noble. El no gustaba de reuniones sociales, por eso le fascinaba el PRE, porque vivía rodeado de gente pobre y se sentía bien.

Soy un convencido que uno de los mayores logros de la felicidad es la amistad, por eso no puedo parar de llorar mi hermano del alma, ¿cómo empezar de nuevo sin ti?

Publicidad

Éramos tan complementarios que nos decían Batman y Robin. Uno de mis mayores patrimonios de mi vida era la amistad con Alfredito, el sacaba lo mejor de mí y nos dejábamos ser nosotros mismos.

Nunca caminó detrás de mi ni delante mío, siempre caminó a mi lado como amigo, era el amigo que valía más que mil parientes. Cada uno muestra lo que es en los amigos que tienes y Alfredo era ejemplar, guerrero y combativo. Nuestra amistad era nuestra patria, la maduramos y era la medida de nuestro valor porqué con nuestro mutuo carácter no es fácil ser amigo de Abdalá o Alfredo.

Nosotros no matábamos la horas juntos, las vivíamos.

Adiós hermano del alma, eres tan jodido que no puedo dejar de quererte y mis lágrimas ruedan a raudales.

Me despido hermano con un último recuerdo. Llorabas y llorabas porque producto de tu separación matrimonial no veías tres años a tu amada hija María José, tu engreída, en uno de esos llantos me dijiste que habías puesto detectives y no sabías donde estaba tu hija, yo me puse a investigar y la llevé a Panamá, te llamé y te dije que yo la encontré por medio de una amiga, te pusiste eufórico y lloraste, en menos de cinco horas estabas en Panamá, la recuperaste y nunca dejaste de agradecerme el resto de tu vida.

A 25 años de su caída, Abdalá Bucaram Ortiz insiste en un resarcimiento económico y moral por el golpe de Estado

Hoy María José trabaja contigo y nunca me imaginé que hoy estamos llorándote, mi turco.

Es que no puedo dejar de llorar, me dejas solo Alfredo. Te juro hermano, tu no vas a reposar en la tierra, tu estarás sepultado en mi corazón y en el de tus hijos que tanto amabas.

Ha muerto Alfredo Adum, exijo una oración para el y en ellas bañar mis lágrimas. Te quiero mi turco, te quiero hermano del alma, no puedo dejar de llorarte... Viva Alfredo Adum, viva mi hermano del alma.

Espérame que pronto te acompaño...”. (I)

Publicidad

Publicidad

Publicidad

¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad