La asignación de la función como “colaboradora para la paz” a Tel Aviv sacramentó la ruptura entre el presidente Daniel Noboa y su vicepresidenta Verónica Abad. La relación del binomio electoral duró no más de seis meses, aunque ya en campaña hubo indicios de un distanciamiento.

La propia Abad reveló este martes, 28 de noviembre del 2023, una serie de hechos que -asegura- ha vivido desde la campaña y ahora en funciones, que incluyen el no haber sido invitada a eventos oficiales del cambio de mando, haber sido objeto de calumnias y hasta la supuesta desacreditación de su imagen.

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A los dos mandatarios se los vio juntos en contadas ocasiones. La primera fue el 2 de junio, cuando acudieron al Consejo Nacional Electoral (CNE) para firmar la aceptación de sus candidaturas para los comicios anticipados.

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En la campaña electoral recorrieron cantones de Azuay a finales de junio y coincidieron nuevamente el pasado 15 de noviembre en la entrega de credenciales.

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Para la segunda vuelta se hicieron ‘virales’ opiniones de Abad -realizadas mucho tiempo atrás- en las redes sociales que generaron rechazo al binomio, impulsado por la alianza electoral ADN, listas 4-35.

En uno, ella criticaba al Estado por «promover a que la mujer decida el divorcio porque constantemente nos está metiendo en la cabeza a través de sus programas, que es muy fácil; que la mujer va a tener el beneficio, el bono, la canasta».

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En otro foro había comentado: «Aquellos que crean que la dolarización es lo mejor o es la respuesta a... como por ejemplo, (Javier) Milei, en Argentina, que pretende una dolarización, no es el camino. (...) Creemos que la dolarización es la maravilla del mundo, pero realmente no».

Entonces, un 1 de septiembre, Abad difundió un video en el que aparecía haciendo maletas para hacer campaña en el exterior. «Daniel, estamos listos para lo que tú nos encomendaste». Él le deseó lo mejor.

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Noboa recorría el país promocionando su candidatura y Abad aparecía en los Estados Unidos y España en reuniones con migrantes ecuatorianos.

Volvió días antes del 15 de octubre, día de la elección, a su natal Cuenca, en donde la recibieron decenas de sus simpatizantes, pero sin Noboa.

En la jornada electoral del domingo, Noboa recibió los resultados preliminares, que confirmaron que ganó la Presidencia, en su hogar en Olón (Santa Elena).

Abad estaba en el centro de mando que instaló el CNE en un hotel de Quito y luego se trasladó a un festejo con decenas de personas en el Centro de Exposiciones Quito.

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Dos días después de las elecciones, Noboa inició una gira internacional por Europa y Estados Unidos de varias semanas para buscar inversiones y apoyo logístico para la seguridad ciudadana.

En su ausencia, a propósito de la independencia de Cuenca, encargó a la legisladora oficialista Valentina Centeno que lo represente en la sesión solemne, a la que también asistió Abad como invitada.

En esas semanas, Abad, según sus redes sociales, viajó a Perú para reunirse con congresistas y autoridades de ambiente, para conocer sus estrategias para enfrentar el fenómeno de El Niño.

A su regreso se reunió con dirigentes del transporte pesado y con diplomáticos.

Y una actividad que no está en su cuenta de X fue el encuentro que había mantenido en Madrid (España) el 13 de noviembre con el presidente del partido español de tendencia política de derecha VOX, Santiago Abascal, en el marco de la III Cumbre de la Iberósfera, a la que asistió.

Al ser consultada por periodistas, Gabriela Sommerfeld, designada canciller, precisó que “habrá que preguntarle a la vicepresidenta lo que mantuvo en esa reunión, desconozco la agenda de la reunión”.

El almuerzo por separado fue otro detonante el día de la posesión. Mientras Noboa se trasladó al Palacio de Carondelet, donde tuvo un banquete protocolario con alrededor de 600 invitados, la vicepresidenta se dirigió al mercado Iñaquito, ubicado en el norte de la capital, para compartir un almuerzo con vendedores y trabajadores del centro de abastecimiento, quienes la recibieron con euforia y organizaron un evento artístico.

Todos estos hechos fueron aclarados este 28 de noviembre en la rueda de prensa que tuvo lugar en la Vicepresidencia: “Se ha dicho que rechacé ir a Olón, al almuerzo en Carondelet o la toma oficial de la foto, pero no fui invitada ni yo ni mi equipo”.

Incluso dijo que se está confirmando que se ha convertido en una figura incómoda para Noboa y ya hasta se está hablando de buscar su destitución.

Además, desmintió haber exigido más invitaciones para el día de la ceremonia de posesión presidencial, versión difundida por el exlegislador Esteban Torres, y aseguró que solo recibió nueve espacios.

Rechazó haber tomado fondos de campaña para comprarse vehículos nuevos e invitó a denunciar en la Fiscalía General del Estado.

“Mienten con cosas como que cogí fondos de campaña, que tengo autos nuevos, que a mi familia le puse autos nuevos y están quitando la oportunidad de tener un Ecuador distinto... yo no he recibido dinero alguno de Daniel Noboa ni del CNE”, enfatizó.

Abad lamentó las burlas que ha recibido en redes sociales de parte de la militancia de ADN o de la actual ministra de la Mujer y DD. HH., Arianna Tanca, que ironizó en X: “Mambrú se fue a la guerra”.

Consumado el ‘divorcio’ político, la vicepresidenta aseguró que sí cumplirá con su designación en Tel Aviv en la misión de ser “colaboradora para la paz y precautelar el escalamiento de la conflictividad entre Israel y Palestina”.

En su mensaje a la nación, Abad adelantó que ya ha estado trabajando en esta única tarea, aunque recordó que ni Estados Unidos ha podido mediar en dicho conflicto.

“Por beneficio del pueblo y para que no se me interponga un abandono del cargo, solicité en horas de la mañana todo lo necesario para cumplir esta delegación con el mayor de los agrados”, afirmó y dijo que espera la colaboración de otros cuerpos diplomáticos. Las conversaciones sobre su labor se darán en esta semana. (I)