Tanto para binomios presidenciales como para listas de asambleístas nacionales y provinciales, las organizaciones políticas deben aplicar el principio de paridad de género al 50% en las listas que inscriban, según establece la sentencia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Sin embargo, distintas voces femeninas de la política consideran que aún falta mucho por hacer para que más mujeres estén en espacios de toma de decisiones y para esta elección esperan que los partidos no pongan mujeres solo por relleno.

En esta elección solo una mujer ha sido designada como precandidata a la Presidencia de la República, la exlegisladora Luisa González es la carta de Revolución Ciudadana, lista 5, y es precisamente este mismo partido el único que es presidido por una mujer. Se trata de la actual prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, presidenta nacional de que dice que este rol ha sido un desafío, incluso con ataques y que ha requerido de una lucha ardua.

“Ser presidenta del movimiento político más importante del país es sin duda alguna un gran desafío, porque sé que estamos cambiando la historia y trazando un camino para las mujeres que anhelan participar en política. A lo largo de estos años he enfrentado ataques y he tenido que luchar contra la noción de que las mujeres no somos capaces de liderar y tomar decisiones importantes”, cuenta.

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No obstante, la prefecta dice que “a pesar de los obstáculos, participar en política es una gran oportunidad para empoderar a más mujeres y demostrar que puede desempeñar roles de liderazgo y contribuir al desarrollo del país”.

Riesgo de candidaturas improvisadas

La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, ve positivo el dictamen del TCE, aunque dice que puede poner riesgo que haya “candidaturas de mujeres improvisadas” por lo alto del porcentaje, 50 %.

Dice que inicialmente se habló de dar un salto inmediatamente de 50-50, pero reconociendo la problemática de los partidos políticos se pactó para que fueran formando paulatinamente a sus cuadros.

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“Pasamos de 0 a 15 %, nos fue bien y superamos eso, luego al 30 % el 5 de febrero pasado y superamos también ese número, y llegamos en algunos casos al 45 %. En los diálogos con partidos para estos comicios nos dimos cuenta de que pasar al 50 % complicaba a todo el mundo”, explica.

La funcionaria subraya que se establezca por ley el tema de paridad de género más que obligar a las organizaciones políticas a que tomen en cuenta a las mujeres busca que sean incluidas por ser seres humanos con derechos en igualdad de condiciones y también para disminuir la deficiencia que tienen los partidos en cuanto a la formación de estos perfiles al igual que los de jóvenes.

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Destaca la gestión de la actual administración del CNE que emprendió una reforma en cuanto a la participación política de mujeres y sanciones para la violencia política de género.

Asimismo, Aguiñaga dice que la paridad de género por ley es a penas un paso de los tantos que tiene que dar la sociedad para que más mujeres puedan estar en espacios de toma de decisiones.

“Las organizaciones políticas tenemos una gran tarea, que es la de preparar más liderazgos tomando en cuenta la paridad de género”, manifiesta y dice que en esta elección la historia del país puede cambiar y que termine siendo una mujer la próxima presidenta.

Mónica Banegas, directora del Observatorio de Participación Política de la Mujer, considera que es no es correcto considerar que la paridad de género ha sido una imposición ya que la dicta el Código de la Democracia y en el caso de estas elecciones menciona que no justificaba de ninguna manera incumplir la norma.

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Hace énfasis en que en esta campaña al tener binomios paritarios, será importante que las mujeres no tengan roles secundarios y si llegan al poder que no se les asignen roles de género únicamente a atribuciones en temas sociales sino por su capacidad y méritos.

“Visibilizar a las mujeres es importante por su capacidad y su mérito, tenemos justamente que cuidar la forma en que nos referimos a esto como para siempre dar por sentado que las mujeres han ganado ese espacio por mérito y capacidad y no únicamente por la exigencia de un cumplimiento de cuota”, opina.

Con esta visibilización de las mujeres en la política por sus méritos coincide la exlegisladora Ana Belén Cordero, quien al igual que Aguiñaga cuenta que las mujeres que incursionan en cargos políticos enfrentan una serie de desafíos más aún cuando deben compartir su vida con el rol de madres.

En lo personal, Cordero no está de acuerdo con las cuotas de género impuestas por la ley, pues cree que la calificación para ocupar un cargo público o privado debe ser generado por la capacidad de la persona en ejercer el puesto, mas, no por el género.

Solo una mujer presidenta

En tanto, hasta ahora solo una mujer ha ocupado la Presidencia de la República. Rosalía Arteaga fue la presidenta del país del 6 al 11 de febrero de 1997, tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, del cual fue vicepresidenta.

Arteaga ha mencionado en varias ocasiones que su caso fue el primero de violencia política de género en el país. Fue cesada del cargo luego que en el Congreso se designara como “presidente interino” a su titular, Fabián Alarcón, alegando un “vacío constitucional” que impedía su sucesión automática.

Banegas coincide en que Arteaga vivió un caso de violencia política de género y que lo que se hizo en el Congreso “fue una interpretación antojadiza de una clase política machista y conservadora que no estaba a tono con las exigencias que ahora sí se hacen visibles” y que el país vive condiciones en donde eso no podría repetirse”. (I)