Jhon Espinoza cuenta que en un grupo de WhatsApp familiar compartieron una “noticia” de uno de los candidatos a la Alcaldía de Guayaquil. Era una foto y un texto que hablaba de supuesta corrupción y de la inclinación sexual del aspirante. Cuenta que tíos y primos ubicaron la imagen en los estados de la app.

Sin embargo, Jhon notó que la imagen tenía la etiqueta de “reenviado varias veces” y que lo que se decía no tenía fuente o autoría. Trató de explicar estos detalles a sus familiares, pero no lo tomaron en cuenta. Luego confirmó que el supuesto dato era falso. Lo comunicó a sus familiares en el mismo grupo, pero “nadie opinó”.

Iniciativas contra la desinformación se enfocan en analizar publicaciones en redes sociales y discursos de asambleístas en Ecuador

“Así pasa la mayoría del tiempo. Mi familia no verifica lo que se envía por esa aplicación, solo lo comparten y ya. Y esto pasa con todos los temas, sino que lo político se vuelve más frecuente”, dice.

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Según Alexis Serrano, director de Ecuador Chequea, las noticias falsas o más conocidas como fake news sobre las próximas elecciones seccionales que se celebrarán en febrero del 2023 han empezado a aflorar con mayor fuerza desde hace tres semanas.

La desinformación busca no solo perjudicar la imagen política de los candidatos, sino que incluso se trata de dañar también la personal. “Hemos estado realizando un monitoreo permanente desde nuestro equipo y desde Facebook porque somos socios de esa plataforma. Ejemplos claros de este tipo de noticias falsas son los post sobre Cynthia Viteri (candidata a la reelección de la Alcaldía de Guayaquil) y Pabel Muñoz (aspirante a la Alcaldía de Quito)”, indica.

Desde Ecuador Chequea creen que mientras más cercana esté la fecha de las elecciones el volumen de las fake news se va a disparar y no solo para las alcaldías o prefecturas fuertes, sino también para las autoridades de los pequeños poblados.

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La desinformación no solo es generada por cuentas falsas o los llamados “trolls”, sino que se ha comprobado que los equipos de campaña de los propios candidatos, con o sin intención, también lo hacen, dice Gabriela Alvear, vocera de la colación Ecuador Verifica.

Por eso recomienda no creer a “ciegas” ni en el candidato de su elección ni en la tienda política que lo representa. “La desinformación se ha vuelto nociva con el espectro digital y que brinda un mal ejemplo para la que es la democracia para movimientos, partidos, candidatos, personajes políticos”, dice.

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Indica que confrontar las fakes news en estas elecciones seccionales será un esfuerzo gigantesco de las organizaciones que se dedican a la verificación de datos, ya que según el Consejo Nacional Electoral hay 63.518 candidatos, entre titulares y suplentes.

“La mala práctica de los famosos troll centers que no es nueva, pero en Ecuador se ha reforzado por más de una década (gobierno de Rafael Correa) donde tuvimos un Estado de propaganda terrible y estas malas prácticas se han quedado institucionalizadas”, asegura.

Arauz o Lasso, ¿quién gana con la desinformación en redes sociales?

El aumento de la desinformación electoral, expresa Alvear, tiene varias etapas que se pasaron antes, durante y luego de la pandemia del COVD-19. Los movimientos políticos antes de este trágico momento no se imaginaban que las campañas se mudarían a las redes sociales por la prohibición de circulación. Ya con pandemia empezaron a elegir de mejor forma las herramientas digitales para compartir mensajes y desinformación.

Actualmente si bien el candidato ya regresó a la campaña en territorio también están con fuerza en el mundo digital. Transmiten en vivo, bailan al son de la tendencias de moda, realizan retos, es decir, transformaron la política “dura” en “líquida”.

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“Ahora en vez de debatir ideas, planes y programas ahora vemos al candidato subido en una chiva con el megáfono y luego ponen un mensaje en TikTok alusivo o criticando a la tendencia contraria, pero no de forma directa, mensajes entre líneas que quedan a la interpretación de las audiencias”, afirma Alvear.

La desinformación mezclada con política líquida es mucho más complicada de verificar, porque ahora los candidatos se cuidan más en no decir cifras de temas de empleo, pobreza o trabajo.

Recomendaciones para detectar una fake news electoral

  • Al recibir este tipo de noticias hay que detener el impulso de compartir sin verificar. Los post desinformativos apelan al sentimentalismo de las personas y buscan coincidir con una ideología.
  • Si el post o la información compartida tiene la etiqueta “reenviado muchas veces”, como en aplicaciones como WhatsApp, es una señal de alerta. Además, estar atentos a errores ortográficos, ya que los medios de comunicación o fuentes oficiales no suelen cometerlos.
  • Observar si los titulares o la composición gráfica del post apuesta más a las emociones que a la información.
  • Confirmar que la información que se está compartiendo haya sido publicada por algún medio de comunicación, periodista o fuente oficial de la cual se pueda confiar. Utilizar el sentido común.
  • Si se decide compartir sentimientos sobre algún hecho o ideología, se debe dejar claro que se trata de lo que se piensa y no de información o datos.

Si no existe el compromiso por parte de la ciudadanía de realizar este trabajo de verificación, lo mejor es no replicar este tipo de contenido para no crear mayor confusión y extender la cadena de la desinformación, afirma Serrano.

“Las redes de la desinformación cada vez son más graves y fuertes, por lo que mientras más muros de contención se pongan a estas redes es mejor. Los periodistas hacemos nuestro mejor esfuerzo, pero lamentablemente un post de desinformación se viraliza más rápido que una noticia. Por esto es muy importante el rol de la ciudadanía”, añade.

Otro consejo que da Alvear es destinar un tiempo específico para consultar las redes sociales, ya que estar un número significativo de horas en estas plataformas tiende a nublar el sentido común y al ciudadano le empieza a dar igual lo que habla un político, la noticia de un femicidio o una infografía de eventos de belleza.

“Hay un exceso de información. Hay que destinar un tiempo del día para informarse y mirar redes sociales informativas o de entretenimiento. También hay que hacer un llamado de atención a los movimientos y a los políticos para que haya menos retórica, menos ataques y más contenido en sus mensajes”, asegura.

Preocupación por la desinformación en TikTok

La capacidad que tiene actualmente la red social TikTok para atrapar audiencias preocupa a las organizaciones que verifican datos, ya que el formato de la plataforma permite compartir, descargar y reproducir videos cientos de veces. Este es un nicho que la desinformación está aprovechando.

A octubre del 2022, en el país hay 10 millones de usuarios en TikTok, según el informe Estado Digital Ecuador. Las personas están en esta plataforma 95 minutos diarios. Además, la red social lidera en el listado de las app más descargadas a nivel nacional. (I)