Un sujeto fue llamado a juicio al ser sospechoso de agredir de forma violenta, deliberada y sorpresiva a su exconviviente hasta causarle la muerte.

Según Fiscalía, el ataque mortal ocurrió la mañana del 12 de diciembre de 2024 en el domicilio de la víctima, ubicado en Gualaceo, en Azuay, donde residía con sus cuatro hijos.

Corte ratifica condena contra Germán Cáceres por asesinato de María Belén Bernal

La mujer, de 38 años, llevaba cerca de un año separada de Carlos Eriverto G. debido a los constantes maltratos físicos y psicológicos que sufría, según indagaciones de Fiscalía.

Publicidad

Antes del crimen, el procesado se habría asegurado de que su expareja estuviera sola. A las 07:30 llevó a sus hijos a un centro educativo y regresó dos veces a la vivienda. En la última visita, habría agredido a la víctima con un objeto contundente mientras ella estaba en la cocina.

Luego se cambió de ropa y retiró a sus hijos del establecimiento escolar. Al regresar a la casa, se dirigió a la cocina y habría actuado sorprendido al encontrar a su expareja tendida en el suelo. Salió entonces a pedir ayuda en la casa de la cuñada de la víctima, a quien le habría dicho que la mujer estaba desmayada.

La cuñada encontró a la mujer en medio de un charco de sangre, con el rostro cubierto por una chompa y signos visibles de violencia, pues presentaba hematomas en boca y cuello, y cuatro heridas contuso-cortantes en la parte posterior de la cabeza. Junto al cuerpo se halló un papel con la frase: “Es casado mi padre, puerca”.

Publicidad

Carlos Eriverto G. intentó huir, pero fue retenido por vecinos y entregado a la Policía.

El 80 % de su cuerpo presentaba quemaduras y murió: su expareja fue condenada a casi 35 años de cárcel por femicidio

Según las versiones de hijos y familiares, del informe de la necropsia psicológica y de denuncias hechas por la víctima, Carlos Eriverto G. habría ejercido una relación de poder basada en violencia física y psicológica, control, celos y amenazas de muerte hacia la agraviada y sus hijos para obligarla a restablecer la relación.

Publicidad

Una pericia documentológica confirmaría que la nota encontrada junto al cuerpo fue escrita por el presunto agresor.

También se presentó, como parte de los elementos de convicción, el informe de la autopsia, que determinó que la causa de muerte fue un traumatismo craneoencefálico. (I)