Una misa de honras fúnebres se efectuó este domingo en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro (Esmil), en el norte de Quito, por los once militares que fueron asesinados en el Alto Punino, en la Amazonía ecuatoriana, mientras realizaban labores en contra de la minería ilegal.

En el casino de cadetes de esa escuela de formación se instaló una capilla ardiente la tarde del sábado. Los féretros de los militares llegaron alrededor de las 21:00. Antes arribaron al hangar de Petroecuador en el aeropuerto Mariscal Sucre de Tababela.

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En esa terminal aérea, uno a uno fueron bajados por seis militares y transportados hacia la Esmil, donde familiares y amigos los esperaban en medio de la tristeza y el dolor.

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En la parte delantera de la capilla ardiente fueron colocados los féretros y junto con ellos hubo arreglos florales y se ubicó a personal militar con trajes de gala para despedir a sus compañeros.

En la misa hubo referencia a la defensa que ha hecho Fuerzas Armadas de la integridad territorial y la soberanía a lo largo de la historia, por lo que se les considera a los militares como héroes.

Además, se mencionó que la sangre derramada por los soldados es semilla de vida para el Ecuador.

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Antes de los homenajes en Quito, en el Grupo de Fuerzas Especiales n.º 53 Rayo, en Lago Agrio, también fueron despedidos con sonidos de corneta.

En ese espacio se montó una capilla ardiente para recibir los restos de los uniformados que perdieron la vida cumpliendo su deber.

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En la misa de honras fúnebres en Quito hubo momentos de dolor y tristeza que se plasmaron en abrazos a los féretros o entre sus seres queridos.

Sacerdotes echaron agua bendita a cada uno de los féretros al cierre de la ceremonia religiosa.

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El comandante general del Ejército, Henry Delgado, expresó la solidaridad con los deudos.

Indicó que rinden homenaje a once valerosos soldados que demostraron el verdadero significado de la lealtad, honor, amor a la patria y del juramento de defender la bandera nacional.

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Cada uno, acotó, no solo eran soldados sino esposos, hijos, hermanos, padres y amigos, hombres que llevaban el compromiso de proteger a la nación.

El jefe militar sostuvo que actuarán con firmeza y anunció que habrá apoyo incondicional a las familias.

Gian Carlo Loffredo, ministro de Defensa, mencionó que el ataque no fue contra once militares sino contra 18 millones de ecuatorianos y es un recordatorio que Ecuador está en guerra.

“¿Dónde están los derechos humanos de la gente de bien, de los héroes, de los militares y de las familias que hoy sufren”, se preguntó Loffredo. Reiteró que no les faltará nada, y los fallecidos serán reconocidos como héroes.

Después de la misa, los féretros iban a ser transportados a diferentes localidades del país, pues los militares fallecidos eran oriundos de las provincias de Cotopaxi, Imbabura, El Oro, Tungurahua, Zamora Chinchipe, Pichincha, Sucumbíos. (I)