Más de 60 homicidios intencionales se han producido en Quito, entre enero y mediados de marzo del 2023.

Según la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased), en la parroquia de Calderón, en el noreste de Quito, hubo trece muertes violentas, y es la localidad, junto con Eloy Alfaro, en el sur, en donde se ha producido el mayor número de esos sucesos.

Una cifra diferente maneja el Distrito de Calderón, pues se afirma que hay quince muertes violentas en lo que va del año. En todo el 2022 hubo catorce.

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En los alrededores del mercado de Calderón se vende gran cantidad de productos. Las ventas se ubican en las veredas lo que complica caminar a los transeúntes. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Uno de los últimos hechos violentos se produjo el pasado 19 de marzo en Carapungo, que forma parte de Calderón. Santiago C., de 27 años , quien se desempeñaba -aparentemente- como cuidador de carros, fue interceptado por desconocidos que le habrían disparado en siete ocasiones.

La jurisdicción de la parroquia Calderón comprende 79,07 kilómetros cuadrados. Su territorio es seco, semidesértico con suelo arenoso. Tiene varios planteles educativos y un hospital, donde se han atendido más de 1′200.000 personas en consulta externa y emergencias desde 2016.

Hay unos 70 barrios. Limita con Guayllabamba, San Antonio de Pichincha, Carcelén y Tababela.

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Una de las características de la parroquia es la elaboración de mazapán y también se hace calzado, bisutería, porcelana fina, yogur, mermeladas, licores, productos de limpieza, manualidades.

El mercado de Calderón, en el centro, luce limpio y ordenado, pero el pasado martes no había mucha presencia de usuarios ni tampoco todos los locales atendían.

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Zoila Espinosa, de 65 años, vende aguacates en el mercado de la parroquia Calderón, en el extremo norte de Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

Zoila Espinosa vende aguacates desde hace 20 años. La mujer, de 65 años, los trae de Guayllabamba.

Señaló que no ha tenido inconvenientes con la inseguridad en el interior, aunque en el exterior ha escuchado de casos.

A pesar de que el mercado está habilitado, los comerciantes prefieren vender sus productos en los alrededores. En las calles Quitus y Lizardo Becerra, por ejemplo, una mujer ofrecía aguacates a un dólar.

Joel Puebla, de 78 años, estaba arrimado en una baranda del parque central mientras una cuadrilla limpiaba la zona con manguerazos de agua.

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Él nació en Calderón y contó que antes se vivía tranquilo con los moradores, mientras que ahora han aparecido problemas por la presencia de personas extrañas.

Para él, otro de los problemas es la falta de buses.

A medida que se aleja del centro, el bullicio de los locales comerciales que venden desde pan hasta maletas o ropa también se va apagando y se mira a supermercados grandes que dinamizan el comercio.

En locales de comida cercanos al hospital de Calderón comentaron que no ha habido pedido de “vacunas”, pero se escucha que sí hay en lugares que están cerca a una bomba de gasolina o en Zavala.

José Simbaña, presidente del comité pro mejoras del centro parroquial de Calderón, se quejó de la presencia de comerciantes informales en las principales calles como son la Carapungo y 9 de Agosto, que se han tomado las veredas y las calles, y cuando hay aglomeración de personas, agregó, se genera desorden, se camufla la delincuencia, venta de drogas.

“Hemos llegado a la Alcaldía, a la administración zonal, a la Policía, pero muy poca respuesta hemos tenido como que se han atemorizado de lo que está pasando aquí, (...) estamos viviendo en zozobra, porque no podemos caminar, no podemos salir con nuestras familias libremente...”, señaló.

Diego Paladines, del barrio San Ignacio n.° 2, contó que conformaron un comité de seguridad debido a que se han encontrado con delincuentes armados.

Contó que en este mes hubo un caso de robo de accesorios a un vehículo que estaba parqueado fuera de un domicilio y cuando los propietarios se percataron fueron amedrentados.

Pidió que haya patrullajes más seguidos. “Los carros proveedores, por ejemplo, de productos para los pequeños negocios, son atracados al momento que paran a descargar la mercadería”, expresó. Eso a pesar de que cuentan con alarma comunitaria, grupos de chat, pero es insuficiente, añadió.

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El Distrito de Calderón recibió cinco camionetas para patrullar la zona. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

El coronel de Policía Félix Fiallos, jefe del Distrito Calderón, atribuyó las muertes violentas a una realidad que no solo es de esa zona, sino nacional y regional. Añadió que, de acuerdo con un medidor de delincuencia común, están en un color verde, pero los quince muertos están clasificados como delincuencia criminal.

Más del 90 % de esas muertes estarían relacionadas con disputa de territorio de grupos delincuenciales por la comercialización de estupefacientes. Identificó problemas en localidades como Bicentenario y San Juan. La manera para contrarrestarlo, agregó, es con trabajo preventivo a lo que añade una unidad investigativa.

En Calderón hay 347 efectivos policiales y unos 30 vehículos que han terminado su vida útil, de los cuales funcionan 5 y 10 se están repotenciando. El pasado martes se entregaron 5 camionetas que fueron adquiridas por el Municipio de Quito.

Fiallos destacó que sus operativos están dirigidos sobre todo a personas que están a bordo de motocicletas.

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Una Unidad de Policía Comunitaria en la Panamericana norte fue quemada en junio pasado. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

En Calderón hay nueve unidades de Policía Comunitaria (UPC), pero cuatro no funcionan porque fueron vandalizadas. Una de las inoperativas está en la Panamericana norte, que incluso fue quemada.

“Es preocupante, pero ahí estamos nosotros tratando de mejorar cada día nuestro servicio”, mencionó el oficial.

Al ingresar a esa UPC se advierten paredes pintadas en contra del Gobierno y en el suelo, restos de lo que alguna vez fue una edificación.

El oficial expresó que serán rehabilitadas, pero se sigue un proceso legal debido a que están aseguradas.

Garantizó la prestación del servicio policial porque indicó que se lo hace a bordo de los vehículos, a pie o en motos.

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Carapungo forma parte de la parroquia Calderón. Sus moradores dicen tener temor por la delincuencia. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: El Universo

Hace tres meses hubo una marcha a favor de la paz en Carapungo.

Un dirigente barrial, quien prefirió el anonimato, aseguró que hay mucha delincuencia no solo por sicariato, sino por las denominadas “vacunas”, que hace que los locales comerciales no abran.

Al preguntarle cuál es la zona más peligrosa, respondió que en todo lado.

“A las siete, ocho de la noche, toda la gente se mete a sus casas (...), antes teníamos la tranquilidad de salir a reunirnos con los amigos, con la familia, a las canchas, nos quedábamos jugando tranquilamente hasta las diez, once de la noche y no pasaba nada”, dijo el ciudadano, quien vive en el sector más de 40 años.

Afirmó que hay venta de droga a la salida y a la entrada de planteles educativos.

Indicó que se envió una propuesta para que no solo haya patrullajes policiales, sino también de Fuerzas Armadas, y están a la espera de una respuesta. (I)