Una semana después de haber obtenido la prelibertad, David Piña, uno de los sentenciados en el caso Karina del Pozo en 2013, tiene definido su futuro: cumplir con las medidas dispuestas por la autoridad judicial, trabajar y revertir la sentencia.
Fue condenado a 25 años de cárcel por ser uno de los tres responsables de esa muerte, y tras diez años cuatro meses de privación de la libertad, que los pasó entre cárceles de Quito, Ambato y Cotopaxi, está en su domicilio, en el norte de la urbe.
David Piña, uno de los sentenciados por la muerte de Karina del Pozo, estará en prelibertad 15 años
Piña, Gustavo Salazar y José Sevilla fueron acusados del delito de asesinato -el primero como autor y los otros dos como coautores- tipificado en el artículo 450 del Código Penal con algunas agravantes que fueron tomadas en cuenta para emitir la máxima sanción de la ley para estos casos.
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La chica fue encontrada muerta, con signos de tortura y agresión sexual, el 20 de febrero de 2013, en la quebrada de la población de Llano Grande, nororiente de Quito.
Con un grillete electrónico en su tobillo izquierdo, el cabello rapado a los costados, largo, pero recogido en una cola, y con una barba bien tratada, señaló que lo primero que hizo luego de dejar la cárcel 4 fue abrazar a su padre, Eduardo, pues su madre ya falleció. Luego fue a su domicilio.
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En sus días en prisión, obtuvo el título de abogado en la Universidad Técnica Particular de Loja, que lo aplicará en un estudio jurídico y en una compañía que importa.
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Indicó que fue difícil estudiar porque el sistema de rehabilitación da algunas horas para prepararse académicamente y el acceso a una computadora es limitado.
Estará en prelibertad durante 13 años y medio. En ese lapso de tiempo debe presentarse en el centro de rehabilitación una vez por semana durante cinco horas, una vez al mes ante una unidad judicial, presentar un informe psicológico semestral.
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Además tiene prohibición de acercarse al hermano de la chica.
Sobre su paso por la cárcel, dijo que ha sido superduro, complicado sobrevivir al sistema y lo definió como “un infierno”.
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Para el recurso de revisión a fin de que se declare su inocencia, indicó, tienen, junto a su defensa judicial 13 pruebas nuevas, que fueron inadmitidas inicialmente, pero luego logró que un tribunal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) lo conozca, aunque aún no hay una fecha.
Sobre su permanencia en la cárcel 4 desde 2019, Piña mencionó que es un lugar pequeño, pero en el que hay disciplina y existen áreas para poder cumplir con una reinserción social, que permite estudiar o trabajar.
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Negó haber participado en un video que circuló en redes sociales en el que intervino Daniel Salcedo y por el que fue trasladado al centro de privación de la libertad de Ambato, pero retornó a la cárcel 4.
En su cuello y manos hay tatuajes que se los va a borrar porque se creó un estigma, sostuvo.
“Nueva vida, me siento en paz”, respondió cuando se le preguntó sobre cómo se siente. (I)