Analizando la razón del alto porcentaje de pobreza en las áreas rurales de América Latina y resto de países subdesarrollados, aparece como principal causa no haber cumplido los ciclos de la Era de la Revolución Agraria, tarea que con grandes beneficios la realizó en el siglo XVII el Reino Unido aplicando a la agricultura el pensamiento mercantilista de sustentar en la explotación de la tierra la creación de riqueza y el poderío de la nación. El Reino Unido logró completar los ciclos realizando grandes inversiones en infraestructura y transformando en granjas todos los terrenos cultivables, de esa manera incrementó la producción agrícola y elevó la condición de vida de sus habitantes. Con la llegada de la Era Industrial, perfeccionó esta transformación con la aplicación de las nuevas tecnologías, elevando los niveles de productividad del sector agrícola. Los mismos conceptos aplicaron las naciones desarrolladas de Europa y las colonias americanas.

Hoy, los nubarrones de las crisis del norte de África, Oriente Medio y la desaceleración del crecimiento de América Latina por la drástica disminución de los precios de los commodities, petróleo y gas, harán crecer las desigualdades en las grandes urbes del primer mundo por el continuo éxodo de habitantes de países que atraviesan crisis políticas y de los afectados por la desaceleración económica, personas que por falta de conocimientos para incorporarse a la clase media multiplicarán la población de menores recursos de Europa y Estados Unidos, a menos que gobiernos y partidos políticos de los países de origen de esos inmigrantes acuerden, con el apoyo del Banco Mundial y los organismos multilaterales de crédito, priorizar el desarrollo del agro como una de las principales alternativas para en el mediano plazo disminuir la pobreza y la inmigración.

En nuestro caso, desde que nos constituimos en República, únicamente el presidente Galo Plaza Lasso contó con el conocimiento del mundo de su época, la visión y los planes apropiados para traer al país a las grandes multinacionales bananeras Standard Fruit Co. (Dole) y United Brand & Co. (Chiquita Banana), compañías que introdujeron las prácticas agrícolas y técnicas para la producción y exportación de banano, principal rubro exportable del país, hasta que sin perder su importancia, fue superado por las de petróleo durante el primer quinquenio de los años setenta del siglo pasado. Sin embargo, la gran ventaja de las plantaciones agrícolas es constituir un recurso renovable, a diferencia de explotaciones mineras y petrolíferas que no tienen esa característica. Después de Galo Plaza, ningún gobierno ofreció ni ejecutó jamás grandes programas de inversión para la transformación de las tierras agrícolas de propiedad de pequeños y medianos agricultores en unidades productivas eficientes. Ha existido sí crédito agrícola, pero no un programa integral que contemple la solución de toda la problemática socioeconómica de las zonas agropecuarias y ofrezca los recursos y conocimientos necesarios para llevar a cabo su transformación.

En las actuales circunstancias, es indispensable que el Gobierno complemente su Plan de Cambio de la Matriz Productiva, incorporando la transformación de las plantaciones agrícolas de exportación y consumo interno y las de crianza de camarón, como una de las principales herramientas para lograr disminuir la desigualdad y presión social en la Costa, e identifique los productos agrícolas del resto de regiones que de la misma manera contribuyan al logro de los mismos fines. (O)