Luego de recibir información del gobierno de EE.UU., al fiscal Baca no le quedó más que ordenar la prisión preventiva del vicepresidente Glas. Desde Brasil ya había testificado el ex-Odebrecht José Santos que le había dado USD16 millones a Glas a través de su tío, su siamés.

Simultáneamente, procede el juicio contra un racimo de expresidentes de Petroecuador por delincuencia organizada. Entre ellos Pareja Yannuzzelli, quien durante su estadía en Miami emitió mensajes en las redes sociales responsabilizando a Glas; Pareja Yannuzzelli se acogió a la figura de cooperación eficaz, que se fundamenta en conseguir una reducción de la pena a cambio de entregar información que permita pescar peces más gordos.

En el caso Caminosca, que para las autoridades nacionales de control no existe, la compañía Kroll determinó que esa empresa fiscalizadora de contratos eléctricos pagó coimas, entre otros, a Vidrio VP y a EsAl, a quienes identificó.

Por lo que en Ecuador no sería más que una indelicadeza; renunció el vicepresidente de Uruguay. Pero aquí Jorge Glas no renuncia, y abriga esperanzas de salir bien librado de las acusaciones. ¿A qué se debe esta drástica diferencia?

Una plausible explicación es que desde el poder se montó una maquinaria para esquilmar al Estado. Se hicieron enormes contrataciones, por valores sin precedentes, con contratistas escogidos a dedo o con concursos mañosos, quienes aceptaron pagar jugosas coimas, a cambio de la libertad para cobrar lo que a bien tuvieren y entregar sin que se fiscalice la calidad de la obra. Caminosca y Odebrecht no son excepciones. La mayoría de los contratistas habría tenido que pagar coimas. En otros casos, como se desprende del caso del ex-Petroecuador Álex Bravo, cuando los contratos eran de solo unas pocas decenas de millones, eran con ellos mismos, a través de testaferros.

Habría una pirámide de corrupción, con un selecto grupo de contratistas en la cúpula que habrán acumulado fortunas sobre los USD100 millones, con un segundo estrato de funcionarios en los millones, pasando a niveles medios con un fuerte número de personas en los cientos de miles de dólares, y así hasta una amplia base en los miles de dólares. La pirámide lucha por su supervivencia y se rebela contra la campaña anticorrupción que emprende Lenín Moreno. Muchos de sus integrantes ni siquiera considerarían que ese dinero fácil es corrupción. Se entiende el rechazo del bloque legislativo de PAIS al juicio político al vicepresidente.

En su lucha anticorrupción el presidente Moreno debe contratar, si hasta ahora no lo ha hecho, a Kroll u otra compañía de la índole para que investigue los movimientos sospechosos de dinero y desenmascare a todos los corruptos, caiga quien caiga. ¿Se han minado a fondo los Panama Papers?

Otra es la extradición de los corruptos. Panamá logra la extradición del expresidente Martinelli. El gobierno ecuatoriano no acierta una. Asesorarse con Panamá sobre los pasos a tomar.

Según Transparencia Internacional, en 2015 fuimos el país Nº 106 más corrupto, en 2016 el Nº 120, y en el informe 2017, que reflejaría la situación de los años inmediatamente anteriores, sin duda calificaremos más bajo. Hay que desarmar el aparato estatal de corrupción. Cirugía radical. (O)