Y pasa hasta en “las mejores familias”. Los hermanos se pelean.
A veces, de chicos, por un juguete; de grandes, por una herencia o un billete. Esa es la realidad de algunos a pesar de los pesares que los padres puedan sentir por esto.
El Príncipe de la Canción ha muerto. Hablo de José José y sus herederos, sin ningún título nobiliario ni dentro ni fuera de la música, se dieron una batalla vergonzosa entre ellos. Ahora parece que han reflexionado, al menos dicen que van a estar unidos para los homenajes a su padre; no obstante, a ellos les dejo mis observaciones.
José Joel, Marysol y Sarita Sosa:
Han sido otoño en los últimos días de vida del gran cantante mexicano. Los problemas de salud y las disputas legales entre ustedes no lo dejan, ni ahora mismo, descansar en paz.
No soy quien para analizar sus problemas puerta adentro, no sé de José José como padre, pero sí me confiere el derecho de saber lo que es amar a un papá cuando uno ya es adulto.
Las adicciones del cantante no fueron un secreto para nadie, alguien que fue abusado sexualmente de pequeño, que no supo lidiar con un deslumbrante éxito que lo emparentó con las drogas y el alcohol: “Salía de cantada y nos íbamos de farra. Amanecía en cualquier coche con el esmoquin todavía puesto. Me despertaba con los comentarios de los curiosos que se preguntaban: ¿Es José José?”, lo asumió con dolor en una entrevista. Pero quienes los conocieron a ustedes y al artista aseguran que siempre intentó dejarlos encaminados en el arte del canto y que lo hacía con amor.
¿No resultó?, bueno, eso sucede.
Mientras hay un profundo dolor en el mundo musical, ustedes lejos de abrazarse se acusan mutuamente. Los mayores asegurando que la hermana menor prácticamente secuestró a su padre y lo obligó a firmar documentos importantes sobre regalías. Y usted, Sarita, responde que los primeros hijos del artista son unas arpías interesadas solo en su herencia. Aunque muchos afirman que el dinero se esfumó hace años por el estilo de vida de José José, la exmujer de él ha asegurado que el cantante recibió 5 millones de dólares por los derechos de su historia en Netflix.
Quizá no haya mucho dinero o sí, no se sabe tampoco si el Frank Sinatra latino dejó testamento, pero ustedes están demostrando que el título de herederos pesa más que cerrar la boca y navegar por ese luto que los debería embargar.
Verán, chicos, su señor padre en 55 años de carrera musical nos regaló con sus letras y canto una radiografía de lo que la vida real y cotidiana encierra: alegría, amor, penas, dolor, pasión y tristezas. Considero que es un momento de reflexión para toda su familia y que lo privado debe quedar en lo privado, pero sí deberían sensibilizarse con ese sentimiento y clamor de la fanaticada de darle un adiós. El legado, el recuerdo, sus canciones, su creatividad, sus errores y galardones les pertenece a sus audiencias universales.
Cuánta verdad tenía su papá, “el sentimiento es humo y ceniza la palabra”.
Pero la verdad, “el amor no acaba”,
Ruth. (O)